En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Exclusivo suscriptores
Los caminos que abre la muerte de Benedicto en el pontificado de Francisco
El fallecimiento del papa emérito deja al máximo jerarca de la Iglesia expuesto al ala conservadora.
Vista del funeral de Benedicto XVI en la plaza de San Pedro. Foto: EFE/EPA/Riccardo Antimiani
En medio de una densa niebla que cubría la Plaza de San Pedro en el Vaticano, y entre aplausos y hasta carteles que solicitaban que sea considerado "santo subito" (santo de inmediato), cerca de 50.000 personas le dieron el último adiós el pasado jueves al papa emérito Benedicto XVI, quien hizo historia al convertirse en 2013 en el primer papa en renunciar en 600 años dentro de la institución católica.
Joseph Ratzinger, teólogo conservador, falleció el 31 de diciembre a los 95 años, casi una década después de dimitir alegando "falta de fuerzas para seguir al frente de la Iglesia".
Pero, contrario a lo que implica el fallecimiento de un pontífice, tras su muerte no hubo cónclave ni humo blanco para elegir a su sucesor. En una circunstancia inédita en la historia reciente, Francisco presidió su funeral poniendo fin a lo que algunos llamaron la "era de los dos papas".
Benedicto XVI falleció el sábado a los 95 años. Foto:AFP
"Benedicto (...) que tu gozo sea perfecto al oír definitivamente y para siempre la voz del señor", dijo el sumo pontífice en el rito de despedida al destacar a Benedicto por "su sabiduría, delicadeza y entrega".
En los años que coexistieron dos papas, dos caras de la Iglesia se hicieron notorias: una más progresista, representada por el argentino Jorge Mario Bergoglio; y un ala más conservadora, encarnada en la figura del papa alemán Ratzinger.
Y es que Benedicto XVI fue un pontífice retirado pero no invisible. En 2020, por ejemplo, se conoció su postura a favor del celibato para los sacerdotes luego de que se discutió la posibilidad de ordenar a hombres casados en la Amazonia. Otro de los pronunciamientos que más le pesó tuvo que ver con los escándalos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, los cuales golpearon de manera mortal su pontificado.
El cuerpo del papa emérito reposó en cámara ardiente hasta este miércoles. Foto:EFE
No obstante, expertos coinciden en que su figura de liderazgo fue respetada hasta el último de sus días. De ahí que las incógnitas se posen sobre el futuro del pontificado de Francisco.
"Benedicto, aunque no se metía en asuntos del gobierno de la Iglesia, sí tenía un papel moderador. Su autoridad moral, al igual que su paso previo por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, y su gran conocimiento de la teología, lo hizo ser un maestro al cual todos acataban y respetaban. Francisco sabía de la importancia de Benedicto XVI dentro de la Iglesia como doctrinante, luego como papa lo siguió y como papa emérito lo respetó", le dijo a EL TIEMPO Hernán Olano, vaticanista y rector de Unicoc.
Sea como sea, lo cierto es que, por primera vez desde que fue elegido, Francisco estará solo a la cabeza de la institución que engloba más de 1.200 millones de fieles.
El historiador eclesiástico Alberto Melloni dijo en declaraciones al Washington Post que, tras el funeral de Benedicto, "el pontificado de Francisco comienza de nuevo".
Uno se pregunta si está a punto de comenzar una temporada de confrontación más dura entre los diversos sectores de la Iglesia
También lo afirmó el vaticanista italiano Marco Politi, que insistió en que "se trata del final de una época en la que Benedicto fue instrumentalizado por los sectores a los que Francisco no agrada".
A su vez, el periodista y experto en Benedicto XVI, Massimo Franco, en su análisis en Corriere della Sera abrió la duda central: "Ahora que Benedicto murió, uno se pregunta si está a punto de comenzar una temporada de confrontación más dura entre los diversos sectores de la Iglesia, de abierta crítica a algunas elecciones del pontífice argentino (....) El papado de Francisco no terminó, pero terminó con Benedicto ‘un’ papado suyo, el de la convivencia diplomática con su predecesor".
Lo que temen los vaticanistas es que el fin de la figura de Ratzinger, que manejó al fin de cuentas un tono moderado tras su renuncia, eleve las tensiones dentro de la Iglesia en un momento en el que Francisco parece estar dispuesto a darle un nuevo aire a la institución.
El año pasado, el Papa argentino aprobó una reorganización de la Curia romana, el Gobierno de la Santa Sede, con la intención de frenar la burocratización. Eso sumado a que desde 2021 ha hecho una incursión moderada de las mujeres en el Vaticano y ya anunció que espera nombrar a una mujer en un Dicasterio que quedará vacante en dos años.
En otros frentes, Francisco ha lanzado explosivas declaraciones, como: “los divorciados no están excomulgados" o "la Iglesia no rechaza a los homosexuales", sin hablar de su intento por aprobar la ordenación de hombres casados en zonas remotas, que finalmente él mismo rechazó.
Funeral Benedicto XVI Foto:EFE
Todas iniciativas que reafirman su visión progresista de la religión y que, en todo caso, lo obligarán a enfrentarse al ala más tradicional de la Iglesia.
Y eso ya parece ser una realidad. El diario italiano La Repubblica mencionó esta semana que "para los círculos conservadores y tradicionalistas, la personalidad de Ratzinger se había mantenido como un baluarte para frenar las propuestas de Bergoglio y ahora se sienten huérfanos".
Olano destaca que los conservadores saben que Francisco finalmente podrá tomar medidas de lo que ha manifestado a través de sus encíclicas, cartas apostólicas y discursos. "Esto le permitirá dejar allanado el camino para una Iglesia que ha precisado desde hace tiempo de una apuesta por actualizarla", asegura.
En ese sentido, Francisco -libre del peso de Benedicto- enfrentará, de nuevo, dos caras. “Con la muerte de Benedicto Francisco es más libre, pero en cierta forma también está más expuesto", tal como resume Jacopo Scaramuzzi, vaticanista de La Repubblica.
En el otro extremo, la teóloga Isabel Corpas cree que la muerte del emérito no supondrá un cambio en la Iglesia ni en el rol de Francisco, teniendo en cuenta que el ciclo de Benedicto terminó en 2013 con su abdicación.
"El papa Francisco es quien tiene la vocería y asume las riendas para orientar el hacer de la Iglesia. Benedicto estaba en el silencio de su retiro. De manera que el cambio se dio cuando Benedicto se retiró y fue elegido un nuevo papa", afirma.
¿Una nueva renuncia?
La muerte de Benedicto también aumentó los rumores de una posible dimisión de Francisco, de 86 años, quien sufre de ciática, dolores en su rodilla derecha por una ruptura de ligamento y dolores de cadera. Todos ellos problemas que lo han llevado a movilizarse en silla de ruedas y que lo obligaron incluso a cancelar un viaje a África en 2022.
En una entrevista concedida en diciembre al diario ABC de España, Francisco sorprendió al afirmar que ya había firmado su carta de renuncia y que la haría efectiva en caso de ser necesario. "Yo la firmé y le dije (a Tarcisio Bertone, antes secretario de Estado): ‘En caso de impedimento por cuestiones médicas o qué sé yo, acá está mi renuncia. Ya la tienen", dijo.
Con esa, y otras declaraciones como "cuando sienta que el Señor me lo pide, sí" o "no es una catástrofe cambiar de Papa", Francisco le ha insinuado al mundo su convicción de renunciar si en algún momento lo cree necesario. Un hecho que se veía imposible antes del fallecimiento de Benedicto, pues plantearía para la Iglesia un inédito escenario de tres papas.
(La pregunta ahora es) si el papa Francisco querrá considerar también la opción de su renuncia
"La pregunta que se perfila en la Iglesia, con la muerte de Joseph Ratzinger, es si el papa Francisco querrá considerar también la opción de su renuncia, naturalmente con tiempos y métodos que analizar y ciertamente no de inmediato, pero con menos obstáculos de los que supondría la presencia de otro papa emérito vivo", escribió hace pocos días Franca Giansoldati, vaticanista del diario italiano Il Messaggero.
No obstante, su renuncia se ve lejana al menos en el corto plazo. No solo porque él mismo la ha alejado diciendo que "se gobierna con la cabeza y no con la rodilla", sino también, piensa el vaticanista Olano, por la serie de compromisos y retos que se ha impuesto el Papa en el corto y largo plazo.
Entre sus objetivos, dice la teóloga Corpas, están el Sínodo de la Sinodalidad, cuya asamblea final está prevista para 2024 y donde el papa consultará a los obispos sobre asuntos de interés de la Iglesia, y otros aspectos como la búsqueda de la paz mundial.
"Si no fuera por esto, quizá renunciaría en marzo próximo, cuando cumplirá 10 años de su pontificado, pero ahora no lo hará porque sería dejar la imagen impotente de una Iglesia ante la guerra o incapaz de negociar con China", le dijo a Efe Massimo Franco.
Y es que su posible renuncia -que en caso de ocurrir sería la segunda consecutiva en este siglo- supondría un claro mensaje dentro de la iglesia. "Sería casi ponerle un límite al pontificado, lo que permitiría también que más de 1.200 millones de personas de los cinco continentes pudieran en algún momento ver un papa de su propio territorio", concluye Olano.
En todo caso, para los expertos, son más los logros de Francisco en su primera década al frente de la Iglesia que sus fracasos. De ahí que este nuevo capítulo podría resultarle gratamente desafiante al primer papa latinoamericano, aquel que parece estar dispuesto a transformar una de las instituciones más conservadoras de todos los tiempos.