Mientras el oro subía este año a su precio más alto en la historia, Xena Lin se unió al frenesí haciendo compras mensuales de “frijoles” de oro, pedacitos tipo guijarro del metal precioso.
Para Lin, una trabajadora istrativa de 25 años en el sur de China, los frijoles de 80 dólares —suficientemente pequeños como para descansar en la punta de un dedo— eran una forma costeable de participar en la emoción del oro sin derrochar en joyas, lingotes o monedas de oro. Dijo que comprar oro, particularmente de esta manera divertida, la inspiró a seguir invirtiendo.
“Sigo trabajando duro para ahorrar más”, dijo Lin.
A menudo considerado una inversión segura en tiempos de zozobra geopolítica y económica, el oro se ha disparado en precio en respuesta a la invasión rusa de Ucrania y la guerra en Gaza. Pero el ascenso del oro a máximos superiores a los 74 dólares por gramo ha demostrado ser más resiliente y ha durado más gracias a China. Los consumidores chinos se han volcado al oro a medida que ha flaqueado su confianza en inversiones tradicionales como bienes raíces o acciones.
Y continuó escalando nuevas alturas pese a factores que tradicionalmente hacen del oro una inversión comparativamente menos atractiva: tasas de interés más altas y una dólar estadounidense fuerte.
Existe un creciente sentimiento de que el mercado del oro ya no está gobernado por factores económicos, sino por los caprichos de los compradores e inversionistas chinos.
“China indudablemente está impulsando el precio del oro”, dijo Ross Norman, director ejecutivo de MetalsDaily.com, una plataforma de información sobre metales preciosos con sede en Londres. “El flujo de oro hacia China ha pasado de ser sólido a ser un torrente”.
El consumo de oro en el País aumentó 6 por ciento en el primer trimestre respecto al año anterior, reportó la Asociación del Oro de China. Se produjo tras un aumento del 9 por ciento el año pasado.
Otro importante comprador de oro en China es el banco central del País. En marzo, el Banco Popular de China aumentó sus reservas de oro por decimoséptimo mes consecutivo. El año pasado, el banco compró más oro que cualquier otro banco central del mundo, añadiendo más a sus reservas que lo que había hecho en casi 50 años.
Beijing está comprando oro para diversificar sus fondos de reserva y reducir su dependencia del dólar estadounidense, considerado durante mucho tiempo la moneda más importante para mantener en reserva. China tiene más de una década de estar reduciendo sus tenencias del Tesoro estadounidense. En marzo, China tenía alrededor de 775 mil millones de dólares de deuda estadounidense, contra alrededor de 1.1 millones de millones de dólares en el 2021.
La combinación de compras minoristas agresivas por parte de los consumidores chinos y las compras de los bancos centrales ha despertado el interés de los especuladores en los mercados de Shanghai, que apuestan a que esta tendencia continuará.
El volumen promedio de operaciones de oro en la Bolsa de Futuros de Shanghai se más que duplicó en abril respecto al año anterior.
Kelly Zhong, una maestra en Beijing, empezó a comprar oro en el 2020, al inicio de la pandemia. Ha acumulado más de 900 gramos de lingotes de oro, pero también ha invertido en el metal vía fondos cotizados en bolsa.
Zhong dijo que se inspiró en un viejo dicho: “Jade en tiempos prósperos, oro en tiempos difíciles”.