Las cartas de Nicolás Maduro para negociar con Trump: deportaciones y sanciones, en la lista: ¿qué hay en juego?

Un arancel del 25 por ciento a quienes le compren petróleo a Venezuela a partir del 2 abril, esta es la nueva amenaza de Donald Trump en contra del país caribeño. 

Trump hizo el anuncio basándose en que el arancel secundario a Venezuela, se imponía "por diversas razones", incluyendo el hecho de que ese país ha enviado a EE.UU., "de forma deliberada y engañosa, a decenas de miles de delincuentes de alto rango y de otros tipos, muchos de los cuales son asesinos y personas de naturaleza muy violenta", escribió en su red social Truth Social. 

(Vea también: EE. UU. niega fianza al exmilitar venezolano Rafael Quero Silva y este delata a otros altos rangos por su libertad)

Venezuela respondió a la amenaza y por primera vez en estos meses mencionó directamente a Trump, acusándolo de querer imponer una medida "arbitraria, ilegal y desesperada", que, "lejos de afectar nuestra determinación, confirma el fracaso rotundo de todas las sanciones impuestas contra nuestro país", se lee en un comunicado del Gobierno de Nicolás Maduro. 

Más tarde Maduro dijo en televisión nacional que "podrán sancionar y poner aranceles a lo que le dé la gana, a lo que no podrán sancionar es el patriotismo del pueblo venezolano". 

Sin embargo, hay quienes consideran que las posturas fuertes del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no han sido del todo duras con Venezuela y que, por el contrario, han abierto plazos de negociación en los que pareciera que Nicolás Maduro aprovechará para jugar sus cartas.

Incluso, este mismo lunes la Ofac publicó una extensión del plazo de salida de Chevron de Venezuela. Inicialmente, estaba para el 3 de abril, ahora será el 27 de mayo. 

(Le puede interesar: Estados Unidos anuncia aranceles del 25 % a países que compren petróleo o gas a Venezuela)

Desde que Trump llegó a la Casa Blanca, e incluso poco antes de ganar la elección, Maduro limitó su batería de ofensas en contra del estadounidense, a quien insultaba constantemente en el pasado (durante el primer periodo de Trump, entre 2017 y 2021). 

Sin embargo, en esta oportunidad, sabiendo cómo fue su relación en el pasado, y que el Gobierno del magnate debilitó casi por completo en el año 2019 a Maduro, el chavismo ahora toma las cosas con más cautela.

El mandatario venezolano logró acuerdos sustanciosos con la istración del demócrata Joe Biden e incluso la liberación de una pieza clave: Álex Saab, quien luego de estar preso en Cabo Verde, fue extraditado en 2021 a Florida y se acusaba de ser el testaferro de Maduro.

Venezuela también logró la famosa licencia petrolera 41 que permite a la empresa estadounidense Chevron operar en territorio del país caribeño y, a su vez, ir pagando una deuda de más de 3.000 millones de dólares con la petrolera.

La presencia de Chevron dio paso al regreso de Repsol, Maurel & Prom, ENI y la india Reliance. Creció la producción petrolera, ubicada hoy por encima del millón de barriles diarios y alivió la economía nacional por primera vez en muchos años, permitiendo que Venezuela saliera de hiperinflación.

Pero esta licencia 41, dada a finales de 2022 venía con letras pequeñas que Maduro y su gabinete no cumplió y que ahora Trump se ha encargado de recordárselo. 

"Por la presente, revertimos las concesiones que el corrupto Joe Biden le dio a Nicolás Maduro, de Venezuela, sobre el acuerdo de transacción petrolera, con fecha del 26 de noviembre de 2022, y que también tiene que ver con las condiciones electorales dentro de Venezuela, que no han sido cumplidas por el régimen de Maduro. Además, el régimen no ha estado transportando a los criminales violentos que enviaron a nuestro país de regreso a Venezuela al ritmo rápido que habían acordado. Por lo tanto, ordeno que el ineficaz e incumplido 'Acuerdo de Concesión' de Biden se rescinda a partir de la opción de renovación del 1 de marzo", dijo Trump el 26 de febrero.

Las garantías electorales tienen que ver con que la licencia petrolera se otorgó después de que el chavismo y la oposición acordaron en Barbados realizar elecciones con garantías, permitiendo incluso la participación de los inhabilitados, lo que le abría la puerta María Corina Machado a participar, cosa que nunca ocurrió.

Las deportaciones, por otro lado, se iniciaron en 2022, pero en 2023, Venezuela, a través de su vicepresidenta Delcy Rodríguez, rechazó seguir recibiendo a migrantes deportados luego de que Estados Unidos impusiera nuevas sanciones al oro de su país.

Con la revocatoria de Trump, Maduro tomó de nuevo la carta de negarse a recibir a sus conciudadanos a pesar de que los vuelos ya habían comenzado y unos 300 venezolanos estaban de vuelta.

Cosa que tuvo que revertir y aceptar un vuelo de 199 migrantes que fueron enviados desde Honduras y luego a Venezuela en la madrugada del 24 de marzo.

Para el politólogo Wálter Molina, “el uso de los vuelos de deportación como ficha de negociación con Estados Unidos tiene límites”.

El experto asegura que no es lo mismo haber negociado con la gestión pasada a hacerlo ahora con Donald Trump y Marco Rubio. 

“El fin de las licencias petroleras y el enfoque en desmantelar sus fuentes ilícitas de financiamiento, indican que Washington ha tomado una línea clara: golpear directamente el flujo de dinero del sistema criminal y mafioso del chavismo”, insiste el politólogo.

En el pasado, parece que funcionó negarse a recibir migrantes, incluso, la semana pasada, Estados Unidos anunció que Venezuela acordó reanudar los vuelos de repatriación, pocos días después de que el ministro del Interior y Justicia venezolano, Diosdado Cabello, frenara el recibimiento.

"Estados Unidos tomó una decisión de suspender la licencia de Chevron. Entonces suspendemos todo. Es una decisión que tomó el presidente", dijo Cabello a principio de semana.

Pero en menos de siete días, las cosas cambiaron: "Me complace anunciar que Venezuela ha acordado reanudar los vuelos para recoger a sus ciudadanos que violaron las leyes de inmigración de Estados Unidos y entraron ilegalmente al país", escribió Richard Grenell, enviado especial de Trump para Venezuela, quien a principios de febrero se reunió en Caracas con Maduro y logró llevarse a Estados Unidos seis estadounidenses que estaban presos en Venezuela.

"Hemos llegado a un acuerdo (...) ratificamos que cuidaremos de nuestros compatriotas donde quiera que estén", dijo Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional y jefe negociador de Venezuela.

A través de un comunicado, Rodríguez afirmó que su país "protege los derechos humanos" de los ciudadanos deportados que "han sido víctimas de las sanciones criminales".

Y gracias a ese acuerdo llegaron los 199 migrantes, algunos estuvieron presos por más de un año en cárceles migratorias. 

Las acusaciones sobre recibir migrantes o no, van y vienen. Washington acusa a Caracas de no querer recibir a su gente y Caracas dice lo contrario. 

En medio de la disputa, Estados Unidos envió a El Salvador a 238 venezolanos que ahora están en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una cárcel de máxima seguridad.

Según familiares, estas personas fueron engañadas y se les dijo que el sábado 15 de marzo volarían deportados a Caracas. Pero el 16 de marzo, El Salvador difundió videos de cómo llegaban los jóvenes, cómo eran trasladados y sus cabellos rapados. 

De manera extraoficial se sabe que ese vuelo iría a Honduras para luego llegar a Venezuela, pero entre la disputa Trump - Maduro,  el primero "castigó" al chavista con esta acción. 

“Le he dado la orden al enviado especial para las negociaciones de paz con Estados Unidos, doctor Jorge Rodríguez, que incremente todas las acciones para garantizar los vuelos de regreso desde Estados Unidos de todos los migrantes que han sido detenidos. Vamos a regresar a todos los migrantes que han sido detenidos”, dijo Maduro el miércoles. 

Sin embargo, el viernes, la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos publicó en X el siguiente mensaje: "Como era de esperar, Nicolás Maduro y sus compinches siguen mintiendo. A pesar de los informes de prensa, los vuelos de repatriación a Venezuela vía México no se están realizando hoy. Maduro debe dejar de engañar y programar vuelos de repatriación semanales y constantes. Nuestra Unidad de Asuntos Venezolanos espera su respuesta".

Ese mensaje llegaba minutos antes de que un avión de la estatal venezolana Conviasa aterrizara procedente de México. Llegaron 311 venezolanos a Caracas. 

Para el politólogo Leandro Rodríguez, si Maduro quisiera retomar el tema de las sanciones a Chevron permitiendo la repatriación de los venezolanos, aún queda un aspecto que no se ha solventado, y es el de las elecciones. “Trump pudiera decirle a Maduro ¿qué vas a hacer con los resultados del 28 de julio? ¿Qué pasa con la presencia de China, de Irán y de los presuntos grupos irregulares de Venezuela”.

Según Trump, Chevron tendría hasta el 27 de mayo para dejar el país vecino, un lapso que podría servir para estas posibles negociaciones.

La constante entre los analistas es que Caracas tiene bajas posibilidades de negociar. Y aunque ahora Grenell anuncia la reanudación de los vuelos, y así Maduro se comprometa a traer a los deportados, “¿cómo se restituye el hecho de que la licencia se dio para lograr salir de la crisis política en Venezuela? Él mismo (Maduro) se suicidó cuando él mete al CNE y al Tribunal de Justicia para que validen su victoria”, así lo considera Antonio de La Cruz, analista y presidente del centro de pensamiento Inter American Trends.

Pero además, De La Cruz insiste en que Chevron va a hacer más lobby para seguir en el país latinoamericano y que ya buscan otras oportunidades de mercado. 

ANA RODRÍGUEZ BRAZÓN

CORRESPONSAL DE EL TIEMPO

CARACAS