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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, durante un acto de campaña en Caracas.

Foto:AFP

Contenido

Análisis

Venezuela

Nicolás Maduro, el chavista que podría convertirse en el presidente que más tiempo ha gobernado Venezuela en la historia reciente

El actual mandatario aspira a lograr un tercer mandato de seis años con el que sumaría 18 años en el poder. No obstante, la crisis económica y la represión a las voces disidentes durante su mandato lo tienen marcando una baja intención de voto en las encuestas. Perfil.

Angie Nataly Ruiz Hurtado

Periodista internacional

En la que fuese su última alocución pública el 8 de diciembre de 2012, ad portas de un nuevo viaje a Cuba para someterse a una cuarta cirugía, y por primera vez convencido de que no podría completar el periodo presidencial por cuenta del cáncer que le había sido diagnosticado en 2011, el entonces mandatario venezolano Hugo Chávez Frías se dirigió a la nación anunciando quién sería el llamado a sucederlo.

(Lea también: Elecciones en Venezuela: A una semana de los comicios, el opositor Edmundo González supera por 20 puntos a Nicolás Maduro)

Con la Constitución en la mano, y sentado junto a su entonces vicepresidente Nicolás Maduro, dijo: “Si algo ocurriera que me inhabilitara de alguna manera, Nicolás Maduro no sólo en esa situación debe concluir, como manda la Constitución, el periodo; sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que en ese escenario, que obligaría a convocar a elecciones presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Se los pido desde mi corazón”, sentenció un alicaído Chávez.
Así ocurrió. Poco más de un mes después de su muerte, en las elecciones celebradas el 14 de abril de 2013, Nicolás Maduro Moros se convirtió oficialmente en el presidente de Venezuela y hoy completa 11 años en el poder mientras aspira a su segunda reelección en una contienda en la que se medirá con Edmundo González Urrutia, el exdiplomático que tomó las banderas de la inhabilitada opositora María Corina Machado.

De hacerse con el triunfo en la votación de este 28 de julio, Maduro superaría el mandato de Hugo Chávez –14 años al frente del país caribeño– y podría convertirse en el presidente con el periodo más largo en la historia reciente de Venezuela (estaría en la presidencia hasta 2031 y completaría 18 años en el cargo).

​(Le puede interesar: 'Nicolás Maduro solo tiene dos opciones: aceptar que perdió o hacer fraude para quedarse en el poder')
Pero, de momento, las cifras no lo respaldan. La peor crisis económica en la historia del país, la represión a las voces disidentes y la salida de más de 7,7 millones de ciudadanos desde 2015, de acuerdo con cifras de Acnur, han dejado por los suelos sus niveles de aprobación y de intención de voto.

La más reciente encuesta del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello y la encuestadora Delphos le da a Maduro un 24,6 por ciento de intención de voto, contra el 59,1 por ciento de González Urrutia. Al contrario, el comando de campaña de Maduro asegura que el denominado ‘hijo de Chávez’ tiene entre 70 y 80 por ciento de probabilidad de ganar el próximo domingo y que saca entre 15 y 20 puntos de ventaja a los nueve candidatos en contienda.
Simpatizantes del presidente de Venezuela y candidato a la reelección, Nicolás Maduro, sostienen carteles en un acto de campaña este jueves, en Caracas.

Simpatizantes del presidente de Venezuela y candidato a la reelección, Nicolás Maduro, sostienen carteles en un acto de campaña este jueves, en Caracas.

Foto:EFE/MIGUEL GUTIÉRREZ

De conductor de metro y sindicalista a mano derecha de Hugo Chávez

Conocido como 'El dictador' por sus opositores y ‘El hombre del pueblo’ por sus allegados, Nicolás Maduro Moros nació en Caracas en 1962. 

En su adolescencia, militó en el partido Liga Socialista, un grupo de izquierda revolucionaria, y hasta hizo parte de una banda de rock amateur

En 1991, sin haber pasado por la universidad, comenzó a trabajar como chofer del metro, desde donde se involucró en la actividad sindical con la creación del Sindicato de los Trabajadores del Metro de Caracas (Sitrameca).

Su vida política comenzó formalmente en 1992, cuando se adhirió al Movimiento Bolivariano Revolucionario (MBR-200), fundado por el entonces teniente coronel Hugo Chávez en contra del gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez.

(Además: María Corina Machado, la mujer que no le teme al régimen chavista)

Maduro conoció formalmente a Chávez en 1993, cuando ‘El comandante’ se encontraba encarcelado en la prisión de Yare por el fallido intento golpista de febrero de 1992. 

Luego, el hoy presidente apoyó en las calles –junto a su pareja Cilia Flores, abogada y parte del equipo defensor de Chávez– la campaña para exigir la liberación del militar.

Una vez fuera de prisión, en 1994, Chávez le dio a Maduro un puesto dentro de la dirección del MBR-200 y desde allí comenzó a despegar su carrera política: fue diputado del Congreso de la República, integrante de la Asamblea Nacional Constituyente en 1999, parte de la nueva Asamblea Nacional en el 2000 y cabeza del Legislativo en 2006. Fue nombrado posteriormente ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores en 2006 (canciller), un cargo en el que permaneció seis años y medio.
Nicolás Maduro y Hugo Chávez.

Nicolás Maduro y Hugo Chávez.

Foto:X Nicolás Maduro

Desde allí, tal como reseña el Barcelona Center for International Affairs (Cidob), “Maduro defendió las posiciones de la República Bolivariana en la ONU y la OEA, trabajó para extender el Alba y su red cooperativa de consorcios interestatales de signo petrolero, preparó las cumbres caraqueñas que echaron a andar la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) en 2007 y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en 2011, y estuvo detrás de alianzas tan polémicas como la establecida con Irán”.

También sorteó las cercanas relaciones con Cuba así como la problemática relación con Colombia entre 2008 y 2010, y fue blanco de la opinión pública por sus polémicas declaraciones sobre Siria o Libia.

Para 2012, el ex líder sindicalista fue nombrado vicepresidente de Venezuela, aunque meses atrás su rostro había comenzado a hacerse cada vez más visible en el país: fue el encargado de comunicar las cirugías a las que se sometía ‘El comandante’ en Cuba y los partes médicos sobre la salud del presidente, reemplazó a Chávez en grandes eventos de la agenda internacional ante su incapacidad médica y, en 2013, tuvo sobre su espalda el peso de comunicar la noticia del fallecimiento del líder de la revolución bolivariana.

“A las 4:25 de la tarde de hoy 5 de marzo ha fallecido el comandante presidente Hugo Chávez Frías (...). Comandante, donde esté usted, gracias, mil veces gracias, por parte de este pueblo que usted protegió, que usted amó, y que nunca le falló”, dijo con lágrimas en los ojos en una alocución que duró más de 10 minutos.

​(Puede leer: Elecciones en Venezuela: cinco países de Latinoamérica exigen al gobierno de Nicolás Maduro cesar los insultos y hostilidades contra la oposición)

Una cuestionada legitimidad y años de crisis económica en Venezuela

Maduro, hoy de 61 años, asumió finalmente el poder en abril de 2013 tras derrotar por estrecho margen –menos de dos puntos porcentuales– al opositor Henrique Capriles en las elecciones convocadas tras la muerte del entonces presidente (50,61 por ciento vs. 49,12 por ciento para Capriles). 

Y aunque prometió darle continuidad a “la revolución que construyó Hugo Chávez”, tal como reseñó The Economist en 2015, Maduro careció siempre del “carisma y las habilidades políticas de Chávez” y su popularidad nunca se disparó como la de su antecesor.

“La popularidad de Chávez se vio impulsada por una bonanza petrolera, que él regó en la Venezuela descuidadamente pobre. Esto le ayudó a ganar unas tres elecciones más, por un amplio margen, antes de morir de cáncer en 2013. El sr. Maduro, un ex conductor de autobús, no sólo carece del carisma de Chávez y sus habilidades políticas, sino también de su suerte. La caída del precio del petróleo, además de años de mala gestión corrupta han afectado muy duro a Venezuela”, afirmó en aquel momento el semanario inglés.

La medición del pasado mayo de CB Consultora reveló que la imagen negativa de Maduro crece hasta el 58,1 por ciento, mientras un 24,7 por ciento considera su imagen como muy buena y solo un 14,8 por ciento como buena. Incluso diez años después de su muerte, Chávez se ubica muy por encima que su sucesor, con una popularidad que alcanza el 56 por ciento.

Otra encuesta de Datincorp encontró que el 80 por ciento de los venezolanos evalúan negativamente la gestión de Maduro, mientras que un 23 por ciento asegura sentir rabia cuando se le habla del presidente y otro 17 por ciento afirma sentir vergüenza.

​(Además: Retenes, amenazas policiales y simpatizantes presos: así es la odisea de María Corina Machado para hacer campaña en Venezuela)

El sr. Maduro, un ex conductor de autobús, no sólo carece del carisma de Chávez y sus habilidades políticas, sino también de su suerte

The Economist

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ofrece este martes su Mensaje Anual de Memoria y Cuenta ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), en el Palacio Federal Legislativo, en Caracas (Venezuela).

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ofrece este martes su Mensaje Anual de Memoria y Cuenta ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), en el Palacio Federal Legislativo, en Caracas (Venezuela).

Foto:EFE

Pese a las malas cifras, Maduro ha sobrevivido a todo: críticas, investigaciones internacionales, protestas masivas, supuestos atentados y hasta gobiernos paralelos. Desde el primer día en que puso un pie en el Palacio de Miraflores, de hecho, se ha enfrentado a fuertes cuestionamientos sobre su legitimidad en el poder por cuenta de procesos electorales tildados como irregulares.

Tras la elección de 2013, por ejemplo, Capriles demandó un recuento de votos y una auditoría de cada firma y huella tras denuncias de irregularidades, desatando una oleada de protestas que se saldó con al menos siete muertos. Y unos años después, en 2022, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos reconoció que Venezuela vulneró el derecho de Capriles de participar en “condiciones de igualdad” en dicha votación.

Nuevamente, esta vez en 2018, la elección presidencial –convocada por la criticada Asamblea Nacional Constituyente que operó entre 2017 y 2020– fue duramente cuestionada por la comunidad internacional al afirmar que las condiciones de la votación no eran legales o democráticas. 

Entre otras cosas, la fecha de la elección fue adelantada sin que el tema fuese discutido con la oposición y varias voces disidentes fueron inhabilitadas antes de la elección, entre ellas la del propio Capriles.

“Las elecciones han sido convocadas por una autoridad ilegítima, sin la participación de todos los actores políticos venezolanos, sin observación internacional independiente y sin las garantías necesarias para un proceso libre, justo, transparente y democrático”, rezaba una carta firmada en mayo de 2018 por los 14 países pertenecientes al Grupo de Lima, entre los que estaban Argentina, Brasil, Canadá y Colombia. 

(En otras noticias: ¿Habrá elecciones presidenciales el 28 de julio en Venezuela? Estos son los escenarios que manejan los analistas de cara a los comicios)
El político venezolano Henrique Capriles.

El político venezolano Henrique Capriles.

Foto:EFEEFE/ Miguel Gutiérrez ARCHIVO

Y es que, desde el ascenso de Maduro al poder, la comunidad internacional ha denunciado un grave deterioro democrático que ha llevado a Venezuela a ocupar el puesto 142 en el Índice de Democracia de The Economist, una medición que contempla aspectos como el proceso electoral y el pluralismo, el funcionamiento del gobierno, la participación política, la cultura política democrática o las libertades. Caracas, de hecho, aparece desde hace años como un régimen autoritario, con una puntuación que apenas llega a 2,31 sobre 10.

Distintos informes de la ONU, además, han denunciado un “clima de temor e intimidación” en el país y hasta medidas para “silenciar a la oposición a cualquier precio”. 

Las cifras de Foro Penal dan cuenta que entre 2014 y 2023 se presentaron alrededor de 15.700 detenciones arbitrarias por motivos políticos y solo en la actual campaña electoral la ONG ya registra 301 presos políticos y 102 arrestos vinculados a eventos electorales. 

La I, asimismo, investiga al gobierno de Maduro por crímenes de lesa humanidad ante la represión contra las protestas ciudadanas de 2017, que se saldaron con más de 100 muertos, si bien la investigación también incluye otros casos de represión en las movilizaciones de 2014.

Pero, quizás lo que más le ha pesado a Nicolás Maduro en sus 11 años de gobierno es la prolongada crisis económica que llevó al exilio a miles de venezolanos: 7,7 millones de personas, de las cuales 6,5 permanecen en distintos países de América Latina y su gran mayoría en territorio colombiano.

Según las cifras, en diez años el PIB de Venezuela se contrajo un 80 por ciento en lo que la BBC cataloga como una de las contracciones económicas más fuertes en el mundo. A lo que se suma un periodo de hiperinflación que duró al menos cuatro años y un tiempo de fuerte escasez de alimentos o medicinas para los venezolanos. 

En su peor momento, los precios en la nación caribeña llegaron a subir hasta un 233 por ciento en un mes y en un año promediaron un aumento de 2.000.000 por ciento. 
En 2020, 1.650 migrantes venezolanos en Colombia se vieron forzados a desplazarse.

7,7 millones de personas salieron de Venezuela en medio de la crisis económica, de las cuales 6,5 permanecen en países de América Latina.

Foto:FOTO: Jaime Moreno / El Tiempo

La moneda venezolana también se devaluó, el salario quedó en los mínimos –130 bolívares mensuales o 3,60 dólares–, y las reservas internacionales cayeron considerablemente, al igual que la producción de petróleo: mientras en su mejor momento el país llegó a producir más de 3 millones de barriles al día, ahora promedia entre 700.000 y 800.000.

Toda una crisis de la que Maduro responsabiliza a la oleada de sanciones internacionales en su contra, que incluyen desde órdenes de captura y  recompensas por él y otros funcionarios de su gobierno, hasta bloqueos a la industria del petróleo o el gas. 

El mandatario, no obstante, ha sabido maniobrar las críticas y las sanciones de la comunidad internacional y hasta ha logrado negociar con su mayor crítico: Estados Unidos. 

En 2023, por ejemplo, logró un levantamiento parcial de sanciones que terminó impactando positivamente en la economía venezolana, aunque meses después perdió el beneficio por incumplir los acuerdos alcanzados con la oposición en Barbados. A su vez, logró la liberación de los dos hijos de su esposa Cilia, condenados en EE. UU. por narcotráfico, y hasta la liberación del señalado testaferro Álex Saab.

(Siga leyendo: ‘La única manera de que Maduro pueda quedarse en el poder en Venezuela es a la fuerza, los votos no los tiene’: María Corina Machado)

‘El hijo de Chávez’ ha sobrevivido incluso al establecimiento de un gobierno interino liderado por el opositor Juan Guaidó, hoy refugiado en Estados Unidos. Aunque el interinato llegó a contar con el reconocimiento de más de 60 países en todo el mundo, no alcanzó pasos reales hacia una transición democrática en el país y terminó por diluirse en 2022.

Sin embargo, Maduro se enfrenta ahora al mayor reto de su carrera política con una oposición más unida que nunca en torno a la figura de María Corina Machado y sumamente segura de tener los votos para ganar la elección de la mano de González Urrutia.

Así las cosas, y ante su historial represivo, los analistas temen que Maduro sea capaz de llegar a límites insospechados para mantenerse en el poder por otros seis años. Puesto que si bien se dice "convencido" de tener todo para ganar el 28 de julio, también ha asomado las posibilidades más extremas en caso de un triunfo opositor: desde un alzamiento militar hasta un "baño de sangre" en el país. ¿Hasta dónde llegará? Eso es lo que está por verse tras las históricas elecciones de este 28 de julio.
ANGIE NATALY RUIZ HURTADO 
Redacción Internacional
EL TIEMPO

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