SEÑOR DIRECTOR:
Los agricultores del norte del departamento del Cauca y sur del Valle estamos asfixiados, sin que el Gobierno central resuelva los problemas de invasiones de tierras acá. La situación es demasiado crítica, pues no tenemos ingresos. Por eso hemos solicitado que nos exoneren del pago del impuesto predial, pero sin éxito.
Como no pagamos predial, nos vemos abocados a otro gran problema judicial y es que las alcaldías nos embarguen. Pero además, se llega el momento de la declaración de renta y tenemos que salir a pagar el impuesto al patrimonio, y la Dian tampoco nos exonerará del pago.
No hay quien compre una finca en estas circunstancias distinto del Gobierno.
Estamos asfixiados por reuniones con infinidad de personas del Gobierno, derechos humanos de la ONU, la Agencia Nacional de Tierras, etc., sin resultados.
Y la joya de la corona. No entendemos por qué el Gobierno nos puso la absurda talanquera de que mientras los invasores indígenas, afros y campesinos no se pongan de acuerdo con la repartición de tierras, el Gobierno no nos compra.
¿Y si no se ponen de acuerdo?
Hernando Flórez Caicedo
Agricultor invadido
SEÑOR DIRECTOR:
Estoy totalmente de acuerdo con su editorial del jueves 13 de febrero 2025, ‘Los retos en la Policía’, en el cual se analiza el cambio abrupto y sorpresivo del director de la institución policial colombiana. Nuestra querida y centenaria institución no se salva de ser contaminada por los tintes e influencias de los políticos de turno, que la han permeado, así el artículo 219 de Constitución Política lo prohíba. Esto desdibuja la confianza ciudadana, desmoraliza a sus integrantes –hombres y mujeres que se juegan la vida en los procedimientos en todo el país–, afecta los patrones de comportamiento en la calidad del servicio de policía que se ofrece a la comunidad y desde luego contrasta con los principios de la doctrina institucional, que impartimos en nuestras escuelas de formación policial. ¿Cuál es el ejemplo del mando?
Víctor Eduardo Quiroga M.
Subcomisario Reserva Activa Policía Nacional
SEÑOR DIRECTOR:
El alcalde de Barranquilla es el fiel ejemplo de que no se necesita ser de izquierda para crear y desarrollar (sobre todo esto) programas sociales que impacten positivamente a su comunidad. La vieja Barranquilla desapareció en manos de un mandatario que piensa en todos y trabaja para todos, pero lo más importante, sin odios ni lucha de clases; concentrado, como él dice, en llevar a la ciudad a otro nivel; sin utilizar la verborrea como señuelo. Char es hoy el alcalde más popular del país. Apreciado y irado en esa ciudad tanto por ricos como por pobres. Un mandatario sencillo que trata a todos por igual. Sus logros no solo lo convierten en el alcalde que Colombia necesita, sino que es, también por actitud, carisma y popularidad, la persona que tiene la clave para que entendamos que el bien no es de ideologías o de origen, sino que nace del alma. Después de este desgobierno, volver a equivocarnos ya no es opción.
Wadid Arana D.