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Debemos cambiar primero

Me pregunto si todos nos hemos cuestionado si contribuimos a aumentar la espiral de violencia.

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SEÑOR DIRECTOR:
En nuestro país, todos los días se habla sobre la violencia: en las noticias, conversaciones cotidianas, redes sociales, espacios laborales y académicos, etc. Sin embargo, me pregunto si todos nos hemos cuestionado alguna vez si de una manera u otra contribuimos a aumentar esa espiral de violencia. La violencia no es solo matar, robar o lastimar a alguien, también es injuriar, calumniar, engañar, discriminar, enseñar malos hábitos a los niños, por mencionar algunos.
Por eso invito a los colombianos a ser autocríticos, a reflexionar sobre la manera como ayudamos, con actos que a primera vista parecen insignificantes, a que esta cultura perdure. Si queremos que el día de mañana el país deje de ser conocido por su faceta más repudiable, debemos empezar por ser más empáticos y conscientes de que los impulsores de este fenómeno crecen y se forman dentro de nuestra sociedad.
Carolina Cortés Espinosa

El pico y placa y sus efectos

SEÑOR DIRECTOR:
Es obvio que el pico y placa de 15 horas diarias mejore el tránsito vehicular, aumente el promedio de velocidad, reduzca la accidentalidad y disminuya la polución de la capital; como también, que al seguir quitándoles a las avenidas y arterias un carril para las bicicletas y reduciendo los que queden a uno, en muchos tramos, los monumentales trancones y el caos vial sigan empeorando. El pico y placa de 15 horas diarias, sin contar con un sistema de transporte urbano eficiente y seguro, perjudica enormemente a mucha gente, sobre todo, y como siempre, de estrato medio, que no puede adquirir un segundo vehículo ni comprar exoneraciones. Es imperiosa la necesidad de elegir alcaldes con talante más gerencial que político.
Luis Iván Perdomo Cerquera

Vidas en soledad

SEÑOR DIRECTOR:
En las calles, en los hospitales, el transporte público y demás establecimientos podemos ver a personas de la tercera edad que en su soledad y confusión acuden a otros por ayuda de cualquier tipo. Por eso me cuestiono: ¿dónde están sus parientes? ¿Por qué no están presentes sus acudientes en el momento en que los adultos mayores necesitan una mano?
Estas preguntas nos llevan hacia una reflexión sobre los vínculos familiares, en busca de que los adultos mayores se encuentren seguros, respaldados y confiados al asistir una cita médica, entrar a un colectivo y hacer un pedido en algún café o restaurante. En fin, todas actividades que los llenan de vida.
Paula Prieto González

Respetar la autonomía

SEÑOR DIRECTOR:
Es mandato constitucional ser artífices y promotores de la paz y tranquilidad entre los seres humanos que vivimos en Colombia. No está bien que una coalición se entrometa en otras, porque cada una de ellas debe arreglar sus tropiezos con autonomía y sin intervención dañina de extraños. Eso trae desagradables atmósferas en el mundo de la política, que no se puede parecer a una pelea de perros. Cada coalición preocúpese por lo suyo y no por el rabo de paja del vecino para capitalizarlo en votos y discurso. En la vida hay que ser hidalgos.
Rogelio Vallejo Obando

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