SEÑOR DIRECTOR:
Interesante reflexión la que hace el columnista Francisco Cajiao, al referirse a la publicación que se hizo la semana pasada sobre la situación de la población carcelaria en nuestro país; es hora de que los gobiernos, a nivel nacional y territorial, asuman la responsabilidad que les compete en el sentido de garantizar lo que quedó estampado en la Ley General de Educación relacionado con la educación para la rehabilitación social y en la cual se establece que debe realizarse con procesos pedagógicos diferentes y con maestros capacitados específicamente.
Comparto el criterio, expresado por Cajiao, de que la educación es clave para bajar los índices de criminalidad, aunque valga decir que muchos de los grandes criminales de cuello blanco han cursado todos los niveles de la educación, incluso en aquellas universidades extranjeras que se precian de ser las de gran calidad; mas sin embargo, algunos de sus egresados dejan mucho que desear. La ética debe convertirse en una cátedra de primer orden y que deje de ser la costura, como la llaman muchos estudiantes universitarios.
Igualmente, celebrar la noticia de que el Gobierno destinará seis mil millones de pesos para financiar matrículas para la resocialización de 2.800 internas.
Profesor Henry Sarabia Angarita
SEÑOR DIRECTOR:
Pasé como estudiante, hace cerca de 45 años, por el Hospital San Juan de Dios y su torre Central, que ya para esa época presentaba múltiples falencias de tipo estructural. No me imagino, luego del abandono prolongado, cómo estará.
Se ve a leguas que las necesidades son inmensas, empezando por la sísmica, que debe ser estricta, para garantizar la vida de los hospitalizados y del personal, y dónde atender a las víctimas de un posible terremoto.
Estoy seguro de que la mejor opción es lo que se tenía programado: tumbar y hacer un hospital moderno, con todas las especificaciones y normas exigidas por el Ministerio y la Secretaría de Salud.
Rodrigo Encizar Moreno Bejarano
SEÑOR DIRECTOR:
La vacuna contra la malaria en 1987 fue donada a la Organización Mundial de la Salud (OMS). El creador fue el científico colombiano nacido en Ataco, Tolima, Manuel Elkin Patarroyo Murillo, quien murió en Bogotá a los 78 años, el pasado 9 de enero de 2025. Inmunólogo y patólogo, recibió en vida muchos galardones nacionales e internacionales: Universidad Nacional de Colombia, Universidad de Yale (Estados Unidos), Universidad Rockefeller, premio Príncipe de Asturias, premio Robert Koch, entre tantos. Fue perseguido por supuesto maltrato animal, al utilizar roedores en su laboratorio de investigación. Bajo esta premisa deberían prohibir el ‘utilizar’ perros para detectar drogas, personas vivas en desastres naturales como terremotos, dinero falso y demás irregularidades en sitios como centros comerciales, terminales terrestres y aéreas.
¡Gracias por el aporte a la investigación y a la ciencia, doctor Patarroyo! Sus pupilos continuarán con su encomiable trabajo, si no los persiguen y les quitan la Fidic, Fundación Instituto de Inmunología de Colombia.
Helena Manrique Romero