“Colombia, potencia de la vida”, bellísima frase y magnífica propuesta de gobierno, una de tantas del presidente Petro que no pasan del papel ni de la tribuna pública ni del TikTok a la realidad. Así lo sentimos los colombianos y más todavía lo sienten las víctimas de los secuestros, que se han multiplicado más del 100 %. La inseguridad es tal que los colombianos tenemos ya miedo de salir a la calle. Pero hay otra propuesta de Petro, que podemos entre todos convertir en realidad: “Colombia, el país de la belleza”. ¿Cómo?
De muchas maneras. Una de ellas, la más elemental, es contribuir a que nuestros escenarios de belleza natural se conserven intactos y limpios: playas, montañas, caminos, ríos, bosques, páramos, selvas, paisajes, monumentos, ciudades. Eso lo podemos hacer todos. Igualmente, todos podemos mostrar a los turistas nuestra cara más amable atendiéndolos bien. Esos cobros abusivos de algunos taxistas deben eliminarse por completo.
De cuando en cuando leemos de cobros millonarios, sí, millonarios, a turistas por un almuerzo en algunos restaurantes de la Costa. Conozco muchos casos a lo largo del país en los que se han abierto las agallas a muchas personas y abusan de los precios especialmente con los extranjeros. Traigo un caso, entre mil: un famoso escalador, ícono del alpinismo de Madrid, España, ha querido escalar uno de los cerros de Mavecure, en el Guainía, y los indígenas exigen 7 millones de pesos. De la caja fuerte de un elegante hotel boutique de Cartagena robaron joyas y dinero a unos turistas, y el hotel no responde. En El Dorado se puede comprobar el abuso de algunos comerciantes. Hace poco la prensa habló del cobro de 7.000 pesos por una fotocopia. Otros se quejan por los 13.000 pesos que cobran por un tinto.
Al Estado corresponde brindar la seguridad para que los millones de turistas que pensamos atraer siendo “el país de la belleza” se sientan tranquilos.
Entré en El Dorado a un almacén a comprar un candadito que en la calle vale 4.000 pesos y me cobraron 21.000. Tengo testigos. Un alcalde de un pueblo de Cundinamarca pretendía cobrarme por pasar caminando por una carretera nacional. Yo acompañaba una excursión ecológica. Podría llenar columnas de prensa contando abusos en muchos lugares del “país de la belleza”. Debería haber mano dura contra los abusadores que echan por la borda la tranquilidad y la belleza del país.
Al Estado corresponde brindar la seguridad para que los millones de turistas que pensamos atraer siendo “el país de la belleza” se sientan tranquilos y regresen a sus países de origen satisfechos y felices de haber conocido un país tan hermoso, variado y pacífico.
Después de este “memorial de agravios”, vengamos a los atractivos de nuestro país. Les ahorro al Ministerio y al Gobierno el recuento de las bellezas naturales. En cuatro libros de lujo, editados con el sello de Villegas Editores, he publicado mis viajes por toda la geografía nacional, mostrando a los colombianos nuestros bellísimos paisajes naturales, muchos de ellos desconocidos para la mayoría de los ciudadanos. Los libros se llaman: Colombia secreta, Caminando Colombia, Paraísos de Colombia y Parques nacionales de Colombia. Los cuatro están publicados en español y en inglés en ediciones diferentes, y con todos he ganado en Estados Unidos el premio a the best travel book.
Con gusto pongo a disposición del Gobierno estos libros. En centenares de conferencias, artículos de prensa, programas de televisión, en Colombia y en el extranjero durante más de 40 años he mostrado y sigo mostrando a propios y extraños las bellezas de nuestro país y he atraído a muchos extranjeros a que visiten el “país de las bellezas”.
ANDRÉS HURTADO GARCÍA