En su reciente gira por países árabes, el presidente Gustavo Petro anunció la construcción de tres modernos centros de datos estratégicos en Santa Marta con el apoyo de Emiratos Árabes Unidos y la multinacional Microsoft. Esta infraestructura, aseguró el Gobierno, nos permitirá tener soberanía sobre datos estatales clave y avanzar en transformación digital.
La idea de los centros de datos en Santa Marta se suma a esa larga lista de propuestas superfluas, insensatas, gaseosas y pueriles. ¿Centros de datos en Santa Marta, una ciudad a nivel del mar, con serios problemas de electricidad y temperaturas promedio superiores a los 30 grados centígrados durante casi todo el año? ¿Y tres centros de datos con una inversión de tan solo 80 millones de dólares?
Vayamos por partes. La sola idea de construir esa infraestructura en la capital del Magdalena presenta unos desafíos técnicos y operacionales considerables. Los servidores de los ‘data centers’ generan elevadas cantidades de calor, y en climas cálidos, los sistemas de enfriamiento requieren de una gran cantidad de energía para mantener la temperatura óptima de operación, que son -22 grados centígrados.
Para poder mantener la refrigeración se requeriría de sistemas de enfriamiento avanzados –refrigeración líquida y enfriamiento adiabático–, sistemas que son de elevadísimo costo de adquisición, operación y mantenimiento. Como si fuera poco, la humedad samaria eleva los riesgos de daño de los componentes electrónicos, lo que requeriría de elevadas inversiones en sellado especial, deshumificadores industriales y controles de ambiente.
Un centro de datos como el que se está imaginando el Gobierno exige una altísima demanda de energía, la cual, a la fecha, ni siquiera es garantizable, y menos en un país en el que el propio Gobierno está empeñado en socavarla. Si no hay plata para la niñez ni para la salud, ¿de dónde se va a sacar el dinero para el costo de energía? ¿Y cómo van a operar los centros de datos en un lugar del país donde ni siquiera la población tiene una energía confiable?
Los servidores de los ‘data centers’ generan elevadas cantidades de calor, y en climas cálidos, los sistemas de enfriamiento requieren de una gran cantidad de energía para mantener la temperatura óptima de operación
Países cálidos como Emiratos Árabes Unidos han podido desarrollar dicha infraestructura porque tienen miles de millones de dólares. En promedio, cada MW de un centro de datos cuesta entre 8 y 12 millones de dólares. Un centro de datos de 30 MW como el que quiere el Gobierno costaría entre 240 y 360 millones de dólares. Y son tres. Estamos hablando de casi 1.000 millones de dólares de inversión. Si la inversión que tienen planeada el Gobierno son de algo más de 80 millones, ¿de dónde va a salir la plata para los tres centros de datos? ¿Otra idea como la del ferrocarril aéreo de Buenaventura a Barranquilla?
Los centros de datos podrían usar energía renovable, de la cual tenemos todo para ser una potencia, pero, oh sorpresa, poco o nada han avanzado los proyectos de este tipo de energía en el país. Las nefastas políticas de Andrés Camacho, Irene Vélez, Susana Muhamad y Gustavo Petro han frenado cualquier iniciativa seria en el país. Todo anda congelado. No más miren el desastre que hay en La Guajira.
Sorprende que en el interior del Gobierno nadie se le haya acercado a Petro a decirle que estamos en un país donde se ofrecen alternativas de construcción más inteligentes, ubicaciones en altitudes más elevadas, con climas más fríos y una mejor infraestructura de conectividad. Ya que al Presidente tanto le gusta lo subterráneo, bien haría en estudiar los países que han construido ‘data centers’ bajo tierra, o cerca de fuentes de agua fría para mejorar la eficiencia térmica. ¡Más eficiente y más barato!
En fin, este gobierno pareciera sentirse orgulloso de ser una constante sumatoria de despropósitos, de chambonadas, de aplaudirle las irracionalidades a un mandatario charlatán y vanidoso. Qué triste en lo que cayó Venezuela. Perdón, Colombia.
DIEGO SANTOS
Analista digital
En X: @DiegoASantos