He seguido con atención la polémica que se ha suscitado por el bajísimo nivel de recursos que hay en el anteproyecto del Presupuesto General de la Nación del 2024 para el sector de ciencia y tecnología. Muchas voces se han alzado en diferentes medios para criticar y alertar sobre esta situación.
Pero si por el lado de la ciencia y la tecnología llueve, por el lado de la cultura no escampa. El panorama presupuestal para 2024 es desconsolador. Hay que advertir que se trata del anteproyecto y que todavía falta mucho para la aprobación en el Congreso. Ojalá cambien las cosas y nos llevemos una grata sorpresa, aunque ya se siente la tendencia de que va por lo bajo. Así que es mejor advertir de la problemática desde ya.
El presupuesto que se está ejecutando en 2023 representó una victoria para la cultura, los recursos aumentaron hasta los $ 700.000 millones, un incremento de casi 25 % frente al del año pasado. Sin embargo, lo que nos depara el 2024 será muy escaso si las cifras se aprueban como están.
Seguimos muy preocupados por la incertidumbre que genera el hecho de que ministros, viceministros y directores sigan “encargados”.
Según el anteproyecto, le tocarían $ 466.000 millones en la próxima vigencia, esto corresponde a un recorte del 33 % frente a la actual. El Gobierno había prometido en campaña que la cultura llegaría a representar 2 % del presupuesto. Luego redujo su promesa a 1 %, y ahora a duras penas alcanzamos el 0,1 %.
El lío presupuestal solo es un aspecto de nuestra problemática. Seguimos muy preocupados por la incertidumbre que genera el hecho de que ministros, viceministros y directores sigan “encargados”. Va a ser más difícil que en el Congreso nos ponga atención con tanta interinidad.
El futuro de las artes y la cultura en Colombia se ve poco halagüeño. Es necesario encender la alerta naranja para que el presidente Petro envíe un mensaje claro de hacia dónde quiere que vayamos. Primero, debe nombrar en propiedad a los directivos del Ministerio y, segundo, dar la indicación para que en el debate del presupuesto de 2024 se aumenten los recursos con el objetivo de alcanzar las promesas de su campaña.
Lo repetiremos cuantas veces sea necesario: sin impulso a la cultura es impensable un país en paz.
Por eso hay que seguir trabajando para encontrar salidas a todas las dificultades. En el caso específico de los museos, me uno a la voz de varios expertos, entre ellos el director del Museo Nacional, William Alfonso López Rosas, que está impulsando la idea de sacar adelante una Ley de Museos que nos permita definir, primero, un marco conceptual sobre la importancia de estas instituciones para la sociedad colombiana. Además, se puede pensar que dicha ley garantice recursos más estables para cumplir con la labor de mantener viva la memoria de nuestra sociedad. Es posible que se nos asignen recursos de destinación específica, como ocurre con otros rubros, para evitar la volatilidad y la incertidumbre presupuestal de todos los años.
Los museos permanentemente se ven damnificados por la escasez de apoyo económico, generalmente toca salir a pedir ayuda extra. Ahora que los subsidios están en boga nos preguntamos a dónde debemos ir a hacer fila para lograr el a alguno de ellos.
Antes de cerrar esta columna quiero extender una felicitación para todos los organizadores del ArtBo Fin de Semana que se desarrolló del 21 al 23 de abril. Es un programa importante tanto para el público que participa de los recorridos y actividades en los diferentes espacios de arte como para los artistas que exponen sus obras. Su impacto es muy positivo, tanto en el turismo como en el comercio. Este tipo de iniciativas muestra lo que el arte genera. Ojalá la Alcaldía y el Ministerio lo tengan en cuenta porque evidencia de lo que la cultura y el arte son capaces de hacer en un país como Colombia.
CLAUDIA HAKIM
* Directora del Museo de Arte Moderno de Bogotá