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Netflix y ‘Betty la fea’: lo inisible hoy

Ojalá sea vista con una mirada crítica que logre hacer avanzar las cosas sin falsas nostalgias.

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Cansados de leer lo exitosa que fue la telenovela Betty la fea en el mundo entero, hoy pienso que ya es hora de retirar, 22 años después, este esperpento de la pantalla y no volverlo a emitir nunca más. Por azar volví a algunos de sus capítulos y fui testigo de lo impresionantemente mal que envejeció la telenovela. En esa época (finales de los noventa), yo la veía como un producto cultural; sin embargo –y con mi mirada feminista–, ya encontraba muchos estereotipos de género muy caducos. Pero hoy –vista en este nuevo milenio– es simplemente aberrante. Los tiempos han cambiado, y la modernidad llegó como un valor universal.
Dos o tres capítulos, y ya es palpable que todo está mal. En estos que tomé al azar, de los cientos de entregas disponibles en Net-flix, Patricia Fernández, la secretaria peliteñida, busca quien le pueda prestar cinco millones, pues tiene muchas culebras. Es cuando Daniel Valencia, socio de Ecomoda y hermano de Marcela, le sugiere que estaría dispuesto a prestarle el dinero siempre y cuando ella acceda a acostarse con él o con sus amigos hasta pagar la deuda. Hoy, esa simple sugerencia sería catalogada como un claro abuso sexual.
En ese mismo capítulo me sorprendió que la ayudante de costura, doña Inesita, lanzó un chiste homofóbico pesado contra su jefe Lombardi, diseñador de modas de la firma. Un poco después, en ese mismo capítulo, asistimos a los clásicos chistes de don Armando por la fealdad de Betty, las miradas sexistas de los hombres contra el cuartel de las feas y los piropos del mensajero desmedidos hacia todas las mujeres.
Por supuesto, mi deseo sería que la plataforma de entretenimiento Netflix retirara esta producción, pues creo que las audiencias jóvenes merecen algo más apropiado para estos tiempos; pero debo itir que volverla a ver me permitió tomar conciencia de lo mucho que ha cambiado la sociedad en algo más de dos décadas.
En otras palabras, el feminismo y los movimientos de mujeres lograron transformar esas estructuras patriarcales visibles e invisibles de la sociedad, de tal forma que hoy no sería posible un guion como el que propuso Fernando Gaitán en ese momento.
Hemos aprendido por experiencia que los cambios culturales y societales son de larga duración, pero, tarde o temprano, llegan. Ver someramente una telenovela que fue capital en la cultura latinoamericana y mundial, hoy me permitió entender que es importante que nuestras series y novelas traigan relatos muchos más conciliadores con unas perspectivas distintas de la sociedad. Por ejemplo, una serie exitosa y colombiana como Quién mató a Sara, lejos de ser ideal, refleja algunos de los cambios logrados hoy día.
Ya sé que podrían decirme que Betty la fea fue un producto cultural caricatural de una época. Y es posible que sea cierto. Es decir, Fernando Gaitán reforzó y subrayo todo lo que estaba presente en su época: la cultura machista de oficina, el rechazo y la caricatura de la homosexualidad, la hipersexualización de los cuerpos femeninos, entre muchas otras cosas. Es decir, es una huella del pasado, como lo fueron en su época la serie mexicana Simplemente María o la venezolana Leonela. Pero lo que me parece importante es señalar que hoy esta reemisión de Betty (exitosa, pues sigue ocupando los primeros lugares de sintonía) ojalá sea vista con otros ojos. Con una mirada crítica que logre hacer avanzar las cosas sin falsas nostalgias.
Florence Thomas
Coordinadora del grupo Mujer y Sociedad

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