Bien se sabe que las labores de intermediación de China en la búsqueda de paz en el Medio Oriente están llamadas al fracaso debido a la aplicación del principio de “guerra de guerrillas” (‘The Economist’, 17 de agosto de 2024). Este principio, en la confrontación Israel-Gaza, quiere decir que China se aprovecha del conflicto prolongado que desgasta a Estados Unidos, su archienemigo ideológico.
Aunque China podría imponer bloqueos comerciales a Irán para disuadirlo de apoyar a Hezbolá (el gran controlador de Hamás a nivel regional), se abstiene de hacerlo para dejarle claro a Estados Unidos que mayores tarifas comerciales o bloqueos tecnológicos no son de su agrado. De esta manera, China sabe que induciendo un escalamiento militar contra Israel y Ucrania termina minando la capacidad fiscal de Estados Unidos (país que actualmente repite déficits fiscales del 7 % del PIB y que han llevado su relación deuda pública/PIB al 110 %).
En este sentido, “la gran marcha” autocrática de China no ha alterado en lo más mínimo su renuncia a la democracia (1949-2024) y, de hecho, está conllevando un control más detallado del comportamiento ciudadano a través de redes sociales que vigilan de cerca potenciales disidencias.
La historia en episodios de giro político nos indica que ha prevalecido la ideología del totalitarismo en estos 75 años de China comunista: durante 1962-1971, la banda de los 4 intentó destronar al propio Mao bajo la idea de que todos los intelectuales estaban contaminados de sesgos clasistas occidentales y tocaba reeducarlos descalzándolos en las zonas rurales (... quienes usaban anteojos despertaban sospechas capitalistas). Surgió entonces Deng Xiaoping como nuevo líder, se viró hacia el “capitalismo salvaje” desde 1979 (superando el incidente de la plaza de Tiananmén de 1976 y la muerte de Mao); y actualmente se está bajo la égida de reelección para un tercer mandato de Xi Jinping (2013-2028), tal como lo había hecho Mao.
El progreso económico de China tiene a su favor una notable reducción de la pobreza (inferior al 5 %), pero generando una alta contaminación ambiental y creciente opresión política. Inclusive quienes viven en el exterior sienten la presión de sus organismos de seguridad combatiendo la disidencia política.
Cuando Fausto Cabrera (tras huir de la guerra civil española y sufrir hambre en la zona rural de la República Dominicana) embarcó a toda su agobiada familia hacia la China de 1962, no sabía que sus labores de “traducción e impulso de la revolución maoísta” estarían dominadas por la autocracia. Y, aun tras experimentar tal opresión en carne propia, terminó sacrificando a su esposa (Helena Cárdenas, entonces de 25 años) y a sus hijos Sergio (de 8) y Marianela (de 6), a favor de la causa totalitaria maoísta.
Con pan, pero sin libertad es el lema de la China en 'guerra de guerrillas' ideológica, ahora completando un siglo de opresión
El maravilloso relato de Vásquez (2023, ‘Volver la vista atrás’) no solo tiene gran valor literario (7 años compilando información), sino que constituye tal vez la mejor vacuna contra el sarampión izquierdista, tanto de los años 1970-1980 como la actual que impulsan los narcotraficantes con brazaletes del Eln-Farc y antes del Epl.
¿Cómo es posible que un padre haya podido inmolar el futuro de sus hijos a favor de una revolución fundamentalista autocrática en China? Tal vez la respuesta esté en que son los mismos principios de sectas religiosas que inmolan a sus feligreses hasta llevarlos como misioneros a las selvas caucheras, como lo relataba J. E. Rivera en ‘La vorágine’.
En el caso del cineasta Sergio Cabrera, se dio la fortuna de ser liberado del yugo del Epl gracias a los lazos de poder de Fausto y a que su madre (informante guerrillera) había dado todo por la causa. Así que, tras años de sacrificios y maltratos, los padres se hastiaron de la opresión humana totalitaria y lograron liberarlos de vidas, hasta el momento, desperdiciadas. Con pan, pero sin libertad es el lema de la China en “guerra de guerrillas” ideológica, ahora completando un siglo de opresión.
SERGIO CLAVIJO