Particularmente doloroso y enigmático ha sido el caso de la pequeña Sara Sofía Galván, una preciosa niña rubia y con ojos azules, quien acaba de cumplir 2 años y se encuentra desaparecida desde el pasado 19 de enero. Dicen que fue separada de su madre porque la descuidaba y la trataba muy mal. Por lo tanto –y de seguro, por orden de las autoridades–, la niña vivía en la casa de una tía, quien la cuidaba y la protegía. Pero el 15 de enero la madre de Sara Sofía fue a buscar a su hija, a quien visitaba antes, para llevársela un fin de semana. Y la tía que la protegía se la entregó.
Hoy, el país está consternado. Porque el paradero de Sara Sofía es un verdadero misterio desde hace casi dos meses. Su madre, Carolina Galván, hoy en la cárcel junto con Nilson Díaz, su compañero sentimental –quien también ha sido acusado por las autoridades de la desaparición de la pequeña–, ha dado versiones contradictorias sobre el paradero de Sara Sofía. La más aterradora la dio su propia madre. Ella asegura que su hija murió tras comer algo, y que botaron el cuerpo en una bolsa al río Tunjuelito. Y pare de contar.
Las autoridades siguen investigando para dar con el verdadero paradero de la pequeña, pero las averiguaciones han sido infructuosas. En vista de que las medidas tomadas por las autoridades no han servido para hallar a la pequeña en el país, las averiguaciones y pesquisas se han extendido a países vecinos, y acaban de extenderlas al resto del mundo al reportar su desaparición a la Interpol.
Este caso, desgarrador, tendrá que resolverse tarde o temprano. ¡Una niña de 2 años no puede desaparecer de su casa y de su país, como si nada!
Aunque las autoridades han estado muy diligentes, buscando rastros de Sara Sofía incluso en el exterior, hasta el momento no se han encontrado señales de la niña en ninguna parte. Entonces la gente se pregunta: si las diligencias adelantadas hasta ahora no han servido para dar con el paradero de la pequeña Sara Sofía, ¿tendrán que haber algunos recursos y posibilidades para conseguir sacarles la verdad a Carolina Galván, la madre de la niña, y a Nelson Díaz –su compañero sentimental–, los muy posibles causantes de esta tragedia?
Como periodista, uno se mete a averiguar sobre este caso criminal, porque están de por medio una menor de 2 años de edad y una mujer, su propia madre, de quien es difícil saber si es culpable de la misteriosa desaparición de la pequeña, o si es una víctima más. Este caso, desgarrador, tendrá que resolverse tarde o temprano. ¡Una niña de 2 años no puede desaparecer de su casa y de su país, como si nada!
Todo lo que pide la sociedad es que el extraño caso de Sara Sofía se aclare y se castigue como debe ser. Sobre todo, que descubran a los culpables de vender, regalar o matar a una inocente criatura. Todo lo que se relaciona con la seguridad de los niños interesa a todas las personas de bien. Y todos los que atenten contra la vida, la seguridad y el bienestar de los pequeños deben ser castigados duramente, como lo merecen.
El doloroso y extraño caso de Sara Sofía Galván tendrá que ser aclarado. Y su desaparición deberá ser castigada con la máxima severidad. A los culpables de lo que pudo haberle sucedido a una pequeña de 2 años de edad les espera, por lo menos, cárcel perpetua.
Muy importante y oportuna la reciente intervención de la Corte Interamericana de Derecho Humanos con respecto al doloroso caso sufrido hace 20 años por la periodista Jineth Bedoya. Además, acaba de verificarse que, en relación con las pavorosas experiencias que padeció la valiente periodista, han hecho falta más investigaciones y castigos por su secuestro y violación. También quedó claro que, en tan peligrosas circunstancias, la protección del Estado a la periodista y a su madre no ha sido suficiente. En resumen, el Estado no queda bien parado en materia de la dilucidación y el castigo de esos crímenes, ni en la protección de la valiente comunicadora. Este caso, como muchos otros, no puede quedar impune.
Lucy Nieto de Samper