Dos películas realmente exitosas e importantes en cada una de sus modalidades, pero con divergencias sustanciales o extremas en sus contenidos y tratamientos audiovisuales. Mientras que los científicos sondean el riesgo expuesto por la bomba atómica con acontecimientos históricos y políticos estremecedores, la juguetería reiteradamente adolescente asume formas de muñecas estereotipadas que sólo buscan entretener en acción real.
Oppenheimer (Christopher Nolan, Estados Unidos y Reino Unido, 2023). Espléndida y trascendental producción de resonancia mundial presentada por Universal que figurará como una de las grandes realizaciones cinematográficas de Hollywood en lo que va corrido del siglo XXI. Película de espionaje internacional y film político de época con elementos de crimen, conspiración, suspenso y zozobra –héroe dolido de guerra nuclear que años después fue juzgado como traidor--. Drama histórico que se remonta a 1942 –terror patente del nazismo en Europa-- y el final de la conflagración mundial con amenazas del comunismo soviético y cacería de brujas desatada, hacia 1949, por el macartismo de la Comisión de Actividades Antiamericanas.
Desde locaciones desérticas de Nuevo México, no lejos de la estación nuclear original de Los Álamos, de allí saldría la fisión nuclear o bomba atómica que devastó a Hiroshima (y Nagasaki). Conglomerado de científicos, matemáticos, jueces y altos funcionarios de seguridad estatal; mecánica cuántica, reacción en cadena de un dispositivo atómico y riesgos de misiles que contienen una ojiva nuclear. Hablan del plutonio, los protones y megatones, de fisiones e implosiones, de la rotura del núcleo de un átomo pesado de uranio y del bombardeo aún más letal que podría desencadenar un arma por contraofensiva de los enemigos más temidos.
Rasgos biográficos del físico teórico y científico neoyorquino Julius Robert Oppenheimer (1904-1967), quien dirigió el muy secreto y riesgoso Proyecto Manhattan supervisado por el Pentágono y vuelto arma de destrucción masiva por decisión presidencial de Truman para dar por terminada la guerra con Japón. Aclamado como héroe de guerra, Oppie –así llamado por colegas y familiares--, provocó indirectamente la destrucción masiva por varios kilómetros a la redonda de una onda explosiva equivalente a 20.000 toneladas de dinamita.
Aunque se opuso a la igualmente mortífera Bomba H (de hidrógeno), Oppenheimer le pidió perdón al mundo por haber obtenido la ecuación que podría desatar el fin de la humanidad. Se representa un fugaz encuentro con Albert Einstein que confiesa su preocupación por utilizar los progresos de la ciencia con fines mortíferos.
Luminosos primeros planos en b./n. (pasado), que alternan con desoladas panorámicas a colores de tiempos más recientes. Un aparte para el inteligente y emotivo intérprete irlandés Cillian Murphy, primer gran favorito al Óscar 2024, quien revela estados anímicos en crisis y desasosiego crónico.
BARBIE (Greta Gerwig, Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, 2023). Brillante e insólita comedia femenina del salto de las niñas que dejan de jugar con sus muñecos bebés al irrumpir matrices reales de señoritas estilizadas vistosamente vestidas para todas las ocasiones y profesiones. Su primera escena rompe esquemas infantiles y constituye de por sí un grito anárquico, que marcará la transición de jugar a la mamá para internarse en mundo irreales (Barbieland) de íconos adolescentes de largas piernas, vestuario rosa y cabellos alborotados de nylon.
Greta Gerwig, directora y coguionista californiana, autora de la reciente versión de ‘Mujercitas’; Margot Robbie, actriz o estrella femenina australiana (‘Yo, Tonya’) y Ryan Gosling, canadiense (‘La La Land’). Porque la estereotípica Barbie, así como ella misma se presenta, tiene a su favor la belleza y expresividad emocional de quien también es llamada “la más bonita de las Barbie”; además de rica, sofisticada e informal modelo de pasarela.
Por cuanto la pantalla se viste de muñequeros y telones pintorescos, objetos de consumo decorativos y figurines plásticos barnizados de tonalidades en colores pastel. Pero Barbie (The Movie) va más allá del juguete favorito de chiquillas de todas las edades para pasearnos por el exagerado consumismo al que son sometidas y elevar igualmente los niveles banales o fetichistas de criaturas americanizadas, cuyos atuendos y poses obligan a exponen el tema del empoderamiento banal y las autodeterminaciones de mundos cerrados solo para ellas.
Además de estúpidos y cansones, los Ken quedan rebajados o quizás castigados por cuanto ellos son simplemente utilizados como amigos o parejos ocasionales de las Barbie de todos los calibres. Un grafiti subido a las redes: “El que no es Ken que no pida Barbie”; es decir, quien no sea guapo, rubio y atlético no merece una bonitura –en rojo firma Mi Granero, con letreros resaltados sobre ladrillo blanco pintado--.
Pero en este paraíso californiano de juguetería de multicolor ensueño, en donde nada parece ser auténtico o natural, se cuenta la historia de su creadora (Ruth Handler), hacia 1959, e igualmente se bosqueja la exitosa comercialización de la marca Mattel con su respectivo CEO (Chief Executive Officer). Es que ha sido tal el arrasador éxito de esta decorativa superproducción que, como simples espectadores, debemos dejarnos llevar por su factura visual y fantasiosa de ponqué de quinceañera sin mayores sorpresas.
MAURICION LAURENS