La globalización, la transformación digital, el auge del comercio electrónico, la migración, la creciente informalidad y hasta el cambio climático, entre otros muchos fenómenos, no solo han transformado la forma en que vivimos y trabajamos, sino que han redefinido la estructura productiva del mundo y del país en los últimos años.
Sin embargo, no podemos gestionar esta transformación sin comprenderla plenamente. Planificar el futuro requiere información precisa y actualizada, porque solo lo que se mide se puede mejorar y Colombia no puede permitirse diseñar políticas económicas basadas en cifras desactualizadas.
Corea del Sur y China llevan a cabo censos económicos cada cinco años para monitorear y orientar su crecimiento industrial. Estados Unidos sigue la misma periodicidad, recopilando información para diseñar estrategias de financiamiento que impulsen negocios emergentes en comunidades vulnerables. En la región, México mantiene esta misma frecuencia, asegurando datos actualizados para ajustar sus políticas económicas con mayor precisión.
Mientras tanto, en Colombia cumplimos 34 años sin realizar un censo económico nacional. El último se llevó a cabo en 1990, cuando el país tenía 32 millones de habitantes, el sector agropecuario representaba alrededor del 18 % del PIB, la economía digital era apenas un concepto incipiente y ni siquiera se había dado la apertura económica.
Y aunque en estas tres décadas el Dane ha consolidado un sistema estadístico robusto, permitiendo comprender con precisión fenómenos clave para la planeación, el país carecía de una radiografía completa de su estructura productiva nacional y regional.
Esta operación del Dane no solo corregirá un rezago histórico, sino que actualizará el conocimiento sobre cada sector productivo y su productividad.
Esta necesidad llevó al desarrollo del Censo Económico Nacional Urbano 2024, un hito en la generación de información nacional y regional al ser la operación estadística económica más grande, innovadora e importante que se ha realizado en Colombia.
Más de 8.000 censistas recorrieron durante meses las calles de todas nuestras ciudades y municipios, visitando más de 500.000 de las manzanas urbanas del país. Se han recopilado datos detallados sobre más de 2’352.875 unidades económicas (cifra preliminar al 22 de enero) con actividad visible en todas las cabeceras municipales y centros poblados.
Esta operación del Dane no solo corregirá un rezago histórico, sino que actualizará el conocimiento sobre cada sector productivo y su productividad. Contará con información que hoy no tenemos a nivel municipal, regional y nacional, permitiendo la identificación de sectores estratégicos y la regionalización de políticas económicas, lo que ayudará a diseñar programas de apoyo técnico, financiero y tributario que mejorarán la planificación y los diagnósticos para ejecutar una mejor política pública, así como facilitar la toma de decisiones privadas por parte de entidades nacionales y locales.
De hecho, incluirá datos sobre los vendedores de la calle y unidades económicas de todo tipo de tamaño, así como la identificación de propietarios que se autorreconocen con algún grupo étnico racial, lo que facilitará que Colombia conozca, por primera vez, la importancia de su economía y de su diversidad étnica y cultural como motores de desarrollo y progreso.
El censo sigue altos estándares internacionales basados en el Modelo Genérico del Proceso Estadístico de la ONU y usa tecnología avanzada, producto de la modernización del Dane en 2023, lo que permite georreferenciación y seguimiento en tiempo real.
El operativo está por concluir y dará paso al análisis de datos y la difusión de resultados en el cuarto trimestre del año. Luego, el reto principal será aprovechar esta información inédita, pues solo lo que se mide se entiende, y solo lo que se entiende se puede mejorar.
* Directora del Dane