En un mundo donde los desafíos exigen respuestas audaces, el emprendimiento y la innovación social emergen como faros de esperanza. Según una investigación pionera de la Alianza Global para el Emprendimiento Social de la Fundación Schwab, organización hermana del Foro Económico Mundial, se estima que existen aproximadamente 10 millones de emprendimientos sociales en todo el mundo, generando alrededor de 2 billones de dólares en ingresos anuales, creando más de 200 millones de empleos y contribuyendo significativamente al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Este sector supera, en ingresos anuales, a industrias relevantes como las telecomunicaciones y la moda. Un dato destacable es que en el emprendimiento social, 1 de cada 2 organizaciones es liderada por mujeres, en comparación con 1 de cada 5 empresas convencionales.
Colombia necesita avanzar en la creación de terrenos fértiles para el florecimiento de estas iniciativas transformadoras. A comienzos de este mes tuve el privilegio de participar en el Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), donde líderes mundiales debatieron sobre problemas globales, abordando temas como la crisis climática, la seguridad y el papel de la inteligencia artificial en nuestra realidad, entre otros. En este contexto, los emprendedores sociales, entre líderes políticos y empresariales, desempeñan un papel cada vez más crucial en la agenda global, contribuyendo con soluciones estructurales a desafíos económicos, sociales y ambientales.
La creciente presencia de este sector se atribuye en gran parte a la labor de la Fundación Schwab, la cual elige anualmente a un grupo selecto de emprendedores que han consolidado y escalado modelos innovadores para reducir desigualdades sociales y preservar los ecosistemas naturales. Las y los emprendedores seleccionados en 2024 impulsamos soluciones en todos los continentes en torno a temas diversos como la inclusión educativa de niños y niñas refugiados, el cierre de brechas entre personas y el sistema legal, el a mercados para mujeres rurales, la conexión a energía solar doméstica, la reconstrucción de confianza y la cultura de paz que lidera la Fundación Mi Sangre en Colombia. A través de modelos basados en valores de inclusión, colaboración y sostenibilidad, esta comunidad de líderes, creada hace 25 años, ha impactado la vida de 891 millones de personas en todo el mundo.
Los emprendedores sociales, entre líderes políticos y empresariales, desempeñan un papel cada vez más crucial en la agenda global.
Durante el Foro se evidenció la creciente presencia de voces de emprendedores sociales en es y debates. Fue motivador observar la consolidación de alianzas con diversos sectores, no solo para amplificar el impacto de experiencias ya existentes, sino también para ayudar a las grandes corporaciones y gobiernos a encontrar soluciones a sus desafíos más apremiantes. Los emprendimientos sociales tienen un gran potencial para innovar y experimentar a través de iniciativas piloto, escalando luego estas soluciones para beneficiar a sistemas más amplios.
No obstante los notables avances de este sector es importante reconocer que el trabajo de los emprendedores sociales puede estar sujeto al acoso, a la opresión política e incluso poner en peligro sus vidas, especialmente a medida que ganan masa crítica y generan cambios en los sistemas establecidos. Es hora de rodearlos y fortalecer nuestro compromiso con el ecosistema emprendedor y de innovación social, asegurando fondeo, visibilidad, alianzas estratégicas y otros recursos esenciales para avanzar con éxito. Para impulsar el emprendimiento social en Colombia, debemos asegurar un terreno fértil para el florecimiento de estas iniciativas transformadoras. Al hacerlo, no solo garantizamos el éxito de proyectos innovadores, sino que también cultivamos un entorno propicio para el surgimiento de soluciones que impacten de manera significativa en nuestra sociedad y el mundo.
CATALINA COCK DUQUE