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Noticia
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¿Nueva crisis en los diálogos con el Eln? Las implicaciones de congelar el séptimo ciclo
Guerrilla dice que las conversaciones están suspendidas; delegación de Gobierno pide avanzar en agenda.
Acto de clausura VI ciclo de diálogos entre el gobierno de Colombia y el Eln en Cuba. Foto: Oa
El comienzo del séptimo ciclo de conversaciones con el Eln está en duda. Se esperaba que se diera este viernes, pero el grupo guerrillero dijo desde el lunes que “no hay condiciones” para el inicio. En la mañana de este jueves la delegación de este grupo se mantuvo en dicha tesis y confirmó que se reunirán con los negociadores del Gobierno, pero será en una reunión extraordinaria para tratar de descongelar las conversaciones.
La respuesta de la representación del Estado fue un comunicado en el que se pidió avanzar en las discusiones y que se desarrolle la agenda que ya se tenía planteada. A esto le sumó un llamado de que las discusiones se concentren en la mesa, que es el espacio natural para ello.
Aunque parezca una nueva crisis en la mesa de diálogos, lo cierto es que es una prolongación de la situación de mediados de febrero. El 21 de febrero, dicho grupo anunció en un comunicado que llamaba a sus delegados a consultas y hasta planteó que estaba en crisis los diálogos.
El presidente Gustavo Petro estrecha la mano del jefe de delegación del Eln, Antonio García, tras acordar un cese al fuego. Foto:EFE
En este caso la crisis no fue por una violación del cese al fuego, como había ocurrido en anteriores ocasiones -el secuestro del ‘Mane’ Díaz-. Esta vez fue determinación del Eln suspender las conversaciones por cuenta del desarrollo de diálogos regionales en Nariño.
El gobernador Luis Alfonso Escobar convocó a la población para construir espacios de diálogo para la transformación del territorio. Ese llamado fue asumido por un sector del Eln que opera en Nariño, los Comuneros del Sur, que expresaron en un video su intención de hacer parte de estos espacios.
“Solicitamos participar en el proceso de diálogo regional de paz a desarrollarse en el Departamento. Queremos hacer parte de esta propuesta de construcción de paz territorial que ha sido anunciada y ha hecho el llamamiento el Gobernador de Nariño, Luis Alfonso Escobar, como parte de la política de paz total del presidente Gustavo Petro”, fue el mensaje del frente que hizo tambalear la mesa de diálogos.
Después del llamado a consultas, la crisis perdió fuerza. Aunque las tensiones se reactivaron en marzo, en la previa al primer diálogo por la paz organizado por el gobernador Escobar. Los Comuneros del Sur reiteraron su intención de participar en estos espacios.
El Estado colombiano, a través del comisionado Otty Patiño, se limitó a destacar la posición de dicho frente como un acto que “favorece la paz” y anunció que dicho frente participaría en una acción de desminado en Nariño. No obstante, se hizo la siguiente salvedad frente a las dinámicas internas del Eln: "Esperamos que sus divergencias se resuelvan de la manera más positiva posible”.
Vera Grabe (i), representante del gobierno, y Pablo Beltrán (d), del Eln, se dan la mano tras firmar la prórroga del cese el fuego en Cuba. Foto:Yamil Lage. AFP
Sin mayores ruidos, se llegó a la segunda semana de abril. Al no haberse movido el tema y al anunciarse el comienzo del séptimo ciclo de diálogos, todo daba a entender que la polémica se había superado. No fue así. El Eln reiteró que el proceso estaba congelado por cuenta de sus molestias frente al tema de Nariño y así lo hizo saber.
“En vista del congelamiento en que ha sumido este proceso, la doble política de paz del Gobierno, no encontramos condiciones suficientes para realizar los acostumbrados ciclos de conversaciones de nuestra delegación de diálogos del Eln con los representantes del Gobierno Nacional", dice la carta firmada por la delegación negociadora de la guerrilla y que se conoció este lunes.
La supuesta doble política de paz a la que hacen referencia fue explicada en otro comunicado, en el que se aseguró que, a ojos del Eln, el Ejecutivo busca tener presencia en la mesa de diálogos, pero “por debajo de ella promueve la desmovilización en Nariño”.
De nuevo la mesa queda detenida y la pregunta que está en el aire es si se está ante una nueva gran crisis en los diálogos. A este interrogante también se le suma el cuestionamiento de la unidad del Eln. Hechos como el del ‘Mane’ Díaz ya habían planteado esta duda, pero ahora se hace más evidente con la determinación de un grupo de tomar un ritmo distinto frente a sus intenciones de reincorporarse a la vida civil.
Frente a esta situación, la mayoría de expertos consultados apuntaron a que es algo normal que se produzca tanto las crisis como las posibles rupturas al interior del Eln, sobre todo ante las dinámicas regionales de cada frente. Esta tesis la expone el politólogo especialista en conflictos Luis Felipe López.
Sesión de uno de los ciclos de negociaciones con el Eln, en La Habana. En la foto, entre otros, ‘Pablo Beltrán’ (d) y Vera Grabe (i). Foto:FOTO: EFE
“La fractura interna se debe a la fortaleza que tienen los mandos medios en el Eln y el control territorial que ostentan debido a las dinámicas cada vez más distintas”, expresó López, que señaló que incluso temas como ganancias o choques con otros actores a nivel regional hacen que estas divisiones sean cada vez más complejas.
El tema regional también fue expuesto por Laura Bonilla, subdirectora de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), que expuso las limitaciones que implican el cese al fuego a los grupos. A esto hay que sumarle, según la experta, que “los tiempos de la negociación en la mesa no son los mismos que en las regiones”.
Para Bonilla, un tema que no ha tenido en cuenta ninguna de las dos delegaciones es que al mismo tiempo que se está llevando a cabo el diálogo y el cese al fuego, hay zonas en las que el Clan del Golfo y otros actores están aprovechando para entrar a los territorios en los que el Eln ha tenido dominio histórico. “Eso presiona al Eln en Colombia de una forma diferente al Eln que está en la mesa”, acotó.
Jorge Restrepo, director del Centro de recursos para el análisis de conflictos (Cerac), también catalogó como normales las diferencias, pero señaló que debe evitarse que estas se profundicen pues pueden terminar yendo en contravía de todo el diálogo. “Miren el ejemplo del EMC: es imposible negociar con un grupo desestructurado”, sentenció.
Otro punto a tener en cuenta, según expone Elizabeth Dickinson, analista en Colombia International Crisis Group, es que el Eln tiene una autonomía muy grande en sus frentes en temas económicos y tácticos, pero siempre se había buscado mostrar que hay centralidad en el ComandoCcentral (Coce) para las decisiones políticas.
“La apuesta del Gobierno es que las dinámicas del conflicto son supremamente locales, y así hay que tratarlas. Pero para el Eln, eso es un camino que contradice la coherencia de su organización. Es un tema existencial mantener el rol del Coce en la toma de decisiones”, aseveró Dickinson.
María Lucía Zapata, experta en resolución de conflictos de la Pontificia Universidad Javeriana, agregó a esta matriz de análisis que hay que cuestionar tanto al Eln como al Gobierno sobre el rol que tenía dicho frente al comienzo de los diálogos. Esto implica saber si tenía el mismo estatus en 2022 y si el Ejecutivo tenía claro que Comuneros del Sur estaba bajo la sombrilla del Eln o si ya estaban marcando distancia.
En este aspecto, Zapata destacó la reciente actitud de la delegación de gobierno. Considera que fue muy asertivo al “demandar que las dificultades se discutan en la mesa”. “Si el Eln considera que no hay juego limpio por parte del Gobierno debe discutirse en la mesa, pero también aclarar cuál es el status del frente Comuneros del Sur. ¿Es parte del Eln? ¿es un grupo aparte?”, sentenció.
Vera Grabe, jefa negociadora para los diálogos con el Eln, en el Comité Nacional de Participación. Foto:Delegación de paz del Gobierno Nacional
En lo que concuerdan todos los consultados es que, dependiendo del manejo que se le dé a esta situación, puede ser un simple impase o una gran crisis, como comentó Luis Felipe López. “Puede ser algo fácilmente subsanable con el diálogo”, añadió el experto, que señaló que a pesar de estas crisis debe apostarse por seguir dialogando.
Bonilla señala, en todo caso, que es poco probable que la crisis se profundice porque a “ninguna de las partes les interesa ser la primera que se levante”. Por el lado del Gobierno, porque no puede darse el lujo de perder el único frente de la ‘paz total’ que está teniendo algunos avances. Por el lado del Eln, porque a la disputa que ya sostiene en los territorios con el 'clan del Golfo' y las disidencias por las rentas de la coca tendría que enfrentar la eventual presión armada del Estado.
Por lo pronto, pese al ruido que están causando en la mesa de Caracas, los diálogos regionales con el 'Comuneros del Sur' aún no despegan y, a corto plazo, no se ven indicios de que esa situación vaya a cambiar rápidamente.