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Cómo identificar un ataque de pánico y qué hacer cuando se vive uno
Expertos calculan que entre el 15 y el 30 % de la población ha tenido alguno de estos episodios.
Los ataques de pánico son episodios repentinos de miedo intenso que provocan reacciones físicas graves cuando no existe ningún peligro real o causa aparente que los desencadene. Los ataques de pánico pueden provocar mucho miedo, estrés y ansiedad.
Expertos estiman que se trata de una condición que afecta al menos a tres de cada diez personas a nivel global y puede presentarse mediante diversos síntomas físicos como palpitaciones, sudoración, temblor de manos, náuseas, molestias abdominales, mareos, dolor de cabeza, opresión en el pecho y sensación de ahogo.
Si bien las manifestaciones suelen ser en su mayoría físicas, los síntomas cognitivos son el punto de partida de estos episodios. Las personas que los padecen sienten miedo a morir o a que algo terrible esté por suceder, sumado a una sensación de descontrol. Llama la atención que en los niños estos signos no son tan frecuentes puesto que en la mayoría de los casos no son capaces de comprender lo que les sucede.
Sin embargo, especialistas en salud mental de Vithas en Canarias, subrayan que el cuidado de la salud mental en la infancia y la adolescencia "es fundamental" para evitar un deterioro en la calidad de vida adulta.
De acuerdo con Franklin Scheider, codirector de la Clínica de Trastornos de Ansiedad del Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York, aunque se estima que entre el 15 y el 30% de las personas sufrirán al menos un ataque de pánico en su vida, sólo entre el 2 y el 4% desarrollará un trastorno de pánico.
Existen algunas técnicas que pueden ayudar a prevenir este tipo de episodios, aunque lo más recomendable siempre será acudir con un profesional de la salud que pueda estructurar un plan específico para cada persona.
Técnicas de relajación
meditar Foto:Stock Adobe
Las técnicas de relajación son estrategias que han dado resultados muy positivos a la hora de reducir o evitar la aparición de ataques de pánico. Cuando llegan los síntomas de estrés o ansiedad, se pueden poner en práctica estrategias como el Mindfulness o atención plena. También se puede respirar con profundidad, relajar los músculos de manera progresiva, o cualquier otra estrategia que permita distraer la mente en momentos críticos.
El consumo habitual de bebidas con mucha cafeína, tabaco u otras drogas también puede aumentar el riesgo de sufrir ataques de pánico en determinadas personas cuyas mentes son más proclives a sufrir este tipo de trastornos. Por este motivo, expertos recomiendan eliminar los hábitos diarios el uso de cualquier tipo de sustancia con potencial excitante, así como también el consumo de drogas de toda clase.
Mantener una organización óptima
La organización provee un sentimiento de control. Anotar y tener controladas las tareas pendientes durante la semana ayudará a salvaguardar la tranquilidad de muchas personas. La correcta gestión del tiempo se puede entrenar siguiendo horarios de actividad claros. Esto permitirá evitar imprevistos que puedan surgir debido a la mala organización y la predisposición a olvidarnos de tareas pendientes, lo que podría producir la aparición de síntomas ansiosos, estresantes o en última instancia, de ataques de pánico.