Ciertos pacientes con cáncer no mueren a causa de esta enfermedad, fallecen debido a problemas cardíacos y vasculares, según una investigación publicada en el European Heart Journal en diciembre de 2019.
Según el análisis, la mitad de los pacientes con algunos tipos de cáncer como los de mama, próstata, endometrio y tiroides, morirán a causa de una enfermedad cardiovascular (ECV).
Relación bidireccional
Las enfermedades cardíacas y el cáncer, dos de las principales causas de muerte en el mundo, parecen diferentes, pero tienen mucho más en común de lo que se piensa. Los malos hábitos en el estilo de vida aumentan el riesgo de padecer estas condiciones, y existen estudios que demuestran que las patologías del corazón pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer. Entre las personas que han sufrido un infarto o que tienen insuficiencia cardíaca (IC), el riesgo es todavía mayor.
Algunas investigaciones sugieren que existe una relación bidireccional entre la IC y el cáncer, y han demostrado que cuando el corazón falla puede estimular el crecimiento de tumores cancerígenos directamente, independiente de los factores de riesgo compartidos. Se han identificado mecanismos que pueden ser la base del crecimiento tumoral inducidos por la insuficiencia cardíaca y hay suficientes registros de que la IC acelera el crecimiento del cáncer de mama.
Asimismo, la enfermedad cardíaca produce inflamación en el cuerpo y alteraciones a nivel hormonal, lo cual aumenta el riesgo de padecer cáncer. Es más, se sabe que la inflamación es un contribuyente común al cáncer, el envejecimiento y las enfermedades cardiovasculares.
Un dato interesantes es que las enfermedades que afectan a las encías, en especial las infecciones periodontales, son un factor de riesgo para sufrir episodios coronarios, algunos tan graves que pueden llegar a poner en peligro la supervivencia del paciente (como el infarto de miocardio). De igual forma, se ha visto que esta misma enfermedad periodontal aumenta el riesgo de cierto tipo de cánceres, como el de cabeza y cuello, además del cáncer del tracto gastrointestinal superior.
Buenos hábitos
Especialistas han señalado en varias oportunidades que los malos hábitos y un estilo de vida deficiente pueden aumentar las posibilidades de desarrollar enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer, sobre todo aquellos relacionados con la alimentación, el sedentarismo, el tabaquismo y el sobrepeso u obesidad.
Para el cardiólogo Gabriel Robledo Kaiser, expresidente de la Asociación Colombiana de Obesidad (Funcobes) y máster en Cardio-Oncología, la obesidad, la hipertensión y el colesterol alto son factores de riesgo para el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
En este sentido, resulta fundamental disminuir el riesgo de enfermedad cardíaca y retrasar o prevenir un infarto cardíaco; esto no solo logrará que una persona pueda mantener su corazón saludable, también puede ayudarle a reducir el riesgo de padecer cáncer.
Cabe resaltar que existen factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular o del cáncer que no se pueden cambiar. Algunos de estos son la edad, sexo, raza y la historia familiar (genética). Sin embargo, modificar ciertos hábitos de estilo de vida puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir estas patologías.
De acuerdo con expertos, es importante priorizar el consumo de una dieta rica en vegetales y nutrientes, que incluya frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras. De igual forma, los médicos recomiendan hacer ejercicio regularmente (150 minutos a la semana o 30 minutos diarios), bajar de peso si tiene sobrepeso (índice de masa corporal –IMC– de 25 o más) y dejar de fumar. Todos estos son factores que pueden prevenir la aparición de estas dos enfermedades.
Si una persona tiene cáncer, es importante considerar la salud de su corazón. Algunos tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia o la radioterapia, pueden causar daño a este órgano. Adicionalmente, se deben considerar los efectos secundarios relacionados con el tratamiento. Algunos se pueden presentar durante este, y otros, solo años después.
Por este motivo, se recomienda conocer a profundidad los medicamentos que se van a utilizar en el tratamiento del cáncer, además de los efectos cardiovasculares que puedan llegar a repercutir en la salud de cada persona.
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