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Noticia
En Colombia la inseguridad alimentaria se redujo en 2024, pero aumentó en las zonas rurales y hogares vulnerables
Según el Dane, 14,4 millones de personas están en situación de inseguridad alimentaria moderada o grave.
El Departamento istrativo Nacional de Estadística (Dane) presentó los resultados registrados por la entidad sobre la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave en hogares. Estos datos muestran que para 2024 el total nacional fue de 25,5 por ciento, una disminución de 0,6 puntos porcentuales frente a 2023.
A su vez, se observó un aumento para la inseguridad alimentaria grave de 0,2 puntos porcentuales, al pasar del 4,8 al 5,0 por ciento, movimiento que, de acuerdo con la entidad no resulta estadísticamente significativo.
Se trata de una medición que la entidad realiza por medio de la Encuesta de Calidad de Vida a través de la a Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria (Food Insecurity Experience Scale, FIES), una herramienta de medición del a los alimentos en términos de cantidad y calidad, diseñada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En dicha escala. se entiende la inseguridad alimentaria como la falta de un permanente a una alimentación suficiente y adecuada para llevar una vida activa, saludable y productiva. En este campo, el hambre sería la forma grave como se expresa la inseguridad alimentaria en los hogares y en la población, como explicó durante la presentación Santiago Mazzo, profesional misional especializado en seguridad alimentaria y nutricional de la FAO.
"El concepto de inseguridad alimentaria, desde lo moderado, implicaría que los hogares no están teniendo a una alimentación de calidad. Pueden tener alimento, pero están afectando la calidad y la variedad de su alimentación. Incluso están afectando parte de la cantidad de alimentos a los que tienen sin que necesariamente estén pasando hambre. Pero los que están pasando hambre definitivamente son los que tienen inseguridad alimentaria grave", puntualizó.
De esta manera, para 2024 eran 14,4 millones de personas en Colombia las que no tenían a una alimentación de calidad. "Esta cifra representa una reducción de 0,6 puntos porcentuales frente al año anterior, lo que se traduce en 167 mil personas menos afectadas. No obstante, la inseguridad alimentaria grave se mantuvo en 5,2 por ciento, aunque en términos absolutos se incrementó en 84.000 personas, alcanzando un total de 2,7 millones”, indicó la directora del Dane, Piedad Urdinola Contreras.
Sin embargo, Urdinola manifestó que en materia de seguridad alimentaria la preocupación está puesta en lo que está ocurriendo en la ruralidad. De acuerdo con el Dane, la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave en los hogares ubicados en centros poblados y rural disperso, registró un incremento de 3,0 puntos porcentuales al pasar de 31,2 en 2023 a 34,2 por ciento en 2024.
Una situación que contrasta con el comportamiento del indicador para las cabeceras, que en 2024 disminuyó 1,7 puntos porcentuales, ubicándose en 23,0 por ciento, mientras que en 2023 fue de 24,7 por ciento. Una variación que para el Dane es estadísticamente significativa en ambos dominios.
Según detalló la directora del Dane, aunque reconocen como positivos los resultados que hablan de una reducción de la inseguridad alimentaria en los hogares colombianos en general, reconocen que son varios los factores que no han permitido avances más acelerados en este tema.
La inseguridad alimentaria moderada se refiere a una falta de alimentación de calidad. Foto:iStock
"No es solamente la producción de comida, es también su distribución. Son también temas ambientales, como lo presentó la FAO, la crisis climática, así como los conflictos son factores que impiden que estas cifras mejoren a la velocidad que nosotros quisiéramos que sucediera a nivel mundia. De la misma manera sucederá en el interior del país. Vemos aquí unas complejidades y unas diferencias que son muy particulares para cada una de las regiones", especificó la directora del Dane.
En lo que se refiere a los resultados por regiones, a nivel departamental, La Guajira (52,4%), Sucre (49,5%) y Córdoba (47,6%) fueron los lugares con mayor prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave en 2024. En contraste, Caldas (12,8%), Bogotá D.C. (13,9%) y Santander (16,2%) presentaron los menores porcentajes.
En cuanto a la prevalencia de inseguridad alimentaria grave, registró aumentos estadísticamente significativos entre 2023 y 2024 en diez departamentos (San Andrés, Córdoba, Nariño, Chocó, Cundinamarca, Vaupés, Norte de Santander, Antioquia, Putumayo y Boyacá) y reducciones (también estadísticamente significativas) en Bogotá y 10 departamentos (Huila, Cauca, Guaviare, Meta, Tolima, Amazonas, Magdalena, Cesar, Arauca, Vichada).
Características de los hogares con inseguridad alimentaria
De acuerdo con el Dane, los resultados de la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave en hogares con déficit habitacional (deficiencias estructurales de las viviendas) para el total nacional en 2024 fue del 40,4 por ciento, nivel que duplica el obtenido para hogares que no ocupan viviendas con deficiencias de habitabilidad (19,5%). Esa misma situación se registra en las cabeceras y en centros poblados-rural disperso.
Y el género y características de la persona que es cabeza de hogar también resulta ser un factor que está asociada con niveles altos de inseguridad alimentaria. En 2024, los hogares con jefatura femenina registraron una prevalencia del 28,2 por ciento mayor que aquellos con jefatura masculina (23,1%). Por su parte, los hogares encabezados por personas sin ningún nivel educativo alcanzaron una prevalencia del 47,4, frente al 12,5 por ciento en hogares con jefe/a con educación superior.
Adicionalmente, los resultados del Dane para 2024 ratifican que la presencia en el hogar de niños y niñas menores de cinco años, menores de 18 años o personas de cinco años y más con discapacidad aumentan la probabilidad de que el hogar experimente inseguridad alimentaria moderada o grave.
El informe indica que las prevalencias respectivas para esos hogares fueron de 31,5%, 29,7% y 35,0%, superiores a las estimadas para hogares sin presencia de personas con esas características (24,3%, 21,8% y 24,1%, en su orden).
Por el contrario, la presencia de adultos mayores en el hogar reduce la probabilidad de inseguridad alimentaria moderada o grave: el indicador en 2024 fue de 24,4 por ciento para hogares con al menos un adulto mayor, frente a 26,1 por ciento en hogares sin la presencia de personas con esa condición.
Agustín Zimmermann, representante de FAO en Colombia
¿Por qué no se ven avances en materia de seguridad alimentaria en la Guajira?
Agustín Zimmermann, representante de FAO en Colombia. Foto:FAO
La Guajira sigue siendo el departamento con mayor índice de inseguridad alimentaria (52,4%). Tenemos muchas preocupaciones porque es uno de los departamentos que más cooperación y asistencia recibe y los índices de seguridad alimentaria no caen. Allí la apuesta de la FAO es tratar de generar, es un contexto geográfico muy particular -afectado por el cambio climático y con una altísima proporción de población indígena- de generar resiliencia. Estamos trabajando con muchas de las comunidades para, primero, dar agua y que utilicen ese recurso para tener una primera defensa de inseguridad alimentaria, que es la producción propia de alimento.
Una segunda etapa es la diversificación de alternativas productivas, que hoy por hoy es muy limitada porque, casi exclusivamente son las artesanías. Allí tratamos de poner algunas soluciones que tengan que ver con lo energético y con la seguridad alimentaria, en conjunto con otras agencias de Naciones Unidas, como es el PNUD.
¿Qué motivos hay detrás del aumento de la inseguridad alimentaria en las znas rurales de Colombia?
Entre las causas principales que desde la FAO vemos que probablemente explican este incremento está primero el tema de fenómenos climatológicos extremos, por ejemplo, El Niño ha afectado en el último año mucho a las zonas rurales. De ahí nuestra insistencia en generar una mayor inversión en la resiliencia de los sistemas agroalimentarios en estas zonas.
Adicionalmente, durante el último año, el conflicto y los desplazamientos en las zonas rurales también han provocado un incremento en inseguridad alimentaria, y sobre todo resaltar la congruencia que hay entre los índices de pobreza monetaria en lo rural y en lo urbano, que se refleja también en estos mayores índices de inseguridad alimentaria en lo rural.
En resumen, en lo rural creemos que sigue siendo sumamente prioritario la inversión en la resiliencia para hacer frente a muchos choques climáticos, como El Niño y La Niña que afectaron muy fuertemente estas zonas, y sobre todo trabajar también en consolidación del Proceso de Paz. El primer punto del Acuerdo de Paz, la Reforma Rural Integral, precisamente hace referencia a eso, y esa es otra de las causantes de generación de inseguridad alimentaria, particularmente en las zonas rurales.
Para la FAO, Latinoamérica es una región que tiene posibilidades de alcanzar el ODS 2, que se refiere a la erradicación del hambre para 2030, ¿por qué?
Latinoamérica vino progresando desde el inicio de los años 2000 hasta el 2016 en la reducción de los índices de hambre. Luego vinieron unas seguidillas de shocks internacionales, entre ellos la pandemia y conflictos internacionales que provocaron una subida muy pronunciada en precios de los alimentos y de los insumos agrícolas, que hicieron retroceder el avance que se había logrado.
Luego de la pandemia, luego de los conflictos internacionales empezó a haber una mejora, aunque todavía los niveles no son tan fuertes, pero sí se nota, y Colombia es un caso muy claro. El tercer año consecutivo de los tres últimos años pasó del 28% al 25% de la inseguridad alimentaria moderada o grave.
Entonces, si se conectan mejor los circuitos agroalimentarios de producción y de consumo a través de plazas de mercado, a través de mejores sistemas de información de precios para que los consumidores puedan tomar mejores decisiones, si mejoramos el a los alimentos, todavía hay chance de que América Latina y Caribe lleguen al ODS 2. Tenemos que generar dos o tres cosas para lograr eso. Primero, esa mayor resiliencia de sistemas agroalimentarios; generar mejores circuitos de producción y de consumo en los sectores rurales y urbanos; mantener los precios de los alimentos estables y sistemas de protección social que generen impacto.