Con el paso de los años, los especialistas recomiendan someterse a varias pruebas, luego de superada determianda edad. Los estudios, permiten prevenir o detectar con anterioridad trastornos como cáncer o enfermedades cardiovasculares, lo que ayuda a
prever a consecuencias graves, al igual que frenar el desarrollo de estas.
Los exámenes solicitados, deberán ser en función del género, la edad, los antecedentes médicos y las características particulares de cada persona. Por otro lado, la frecuencia de la evaluación médica deberá ser propuesta por el doctor según lo que determinen los resultados.
A continuación, lea sobre las tres examinaciones que sugieren hacer los médicos en casos generales.
1. Mamografías
El cáncer de mama se puede diagnosticar de forma precoz, incluso antes de que haya algún síntoma. Por ello, las campañas del autoexamen han hecho que en los últimos años se reduzca la mortalidad relacioanda con estos tumores.
En cuanto al panorama médico, la técnica que se emplea habitualmente es la mamografía, una 'radiografía' de las mamas en la que se observan lesiones. Lo recomendable es que cada año, máximo cada dos, se sometan a esta prueba todas las mujeres cuya edad este entre los 50 y los 69 años.
Cuando se solicita la evaluación en mujeres más jóvenes, es porque hay factores de riesgo que pueden poner en peligro la salud del paciente. Por ejemplo, un perfil genético relacionado con la enfermedad.
2. Citología
El cáncer de cuello uterino también se puede detectar con premura. Se aconseja que mujeres entres 25 y 65 años tengan revisiones ginecológicas que incluyan una citología cérvico vaginal.
La prueba no es dolorosa y consiste en tomar muestras celulares del fondo de la vagina y el cuello uterino. Con esta, se diagnostican lesiones premalignas y poner en marcha terapias, en caso de ser necesario. Lo sugerido es hacer el test al menos una vez cada tres años.
3. Tensión
La hipertensión es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. Sin embargo, es asintomática a pesar de que sea perjudicial, por lo que puede pasar desapercibida durante mucho tiempo.
Por eso, es aconsejable revisar la presión arterial con frecuencia. Se considera una prensión arterial normal cuando la sistólica está por debajo de 129 mmHg y la diastólica no supera los 84 mmHg.
Las personas con enfermedades crónicas como la diabetes, distintas cardiopatías o problemas renales deben tener especial cuidado con su tensión arterial y someterse a controles de forma habitual.
Jimena Delgado
Escuela de periodismo EL TIEMPO