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Share Especial Ana María Castro

Misterioso carro y video, claves para aclarar muerte de Ana M. Castro


En el arranque del juicio fue aplazado. Se esperaba que la defensa de los implicados destapara sus cartas. Para la Fiscalía, no hay duda de que es un feminicidio agravado.

Por: Unidad Investigativa.

Nidia Romero no ha podido cumplir la promesa que, una tarde cualquiera de ocio, selló con su hija Ana María Castro. La joven le hizo jurar que en caso de morir antes que ella, cremara su cuerpo porque no soportaría que la encerraran en una bóveda de un cementerio.

Una parte de lo hablado ese día se cumplió. Ana María murió de manera trágica y violenta la madrugada del 5 de marzo de 2020, con apenas 21 años y sin que pudiera cumplir sus sueños. Pero su cuerpo continúa atrapado en la bóveda 283 de un cementerio bogotano, como parte de la evidencia de la Fiscalía que busca comprobar que se trató de un crimen.

Veintisiete fotos de su cadáver, imágenes de cámaras de seguridad y varios testimonios hacen parte de la evidencia que se empezará a destapar en el juicio en contra de dos de los señalados responsables de la muerte de la joven: Julián Ortegón y Paul Naranjo; este último, un fotógrafo que pretendía a la linda Ana María.

(Exclusivo: la acusación contra Paul y Julián por muerte de Ana María)

La fecha y hora de la primera audiencia preparatoria del juicio, después de varios aplazamientos, quedó anotada en la agenda de doña Nidia: "Jueves, 15 de julio de 2021, a las 2 de la tarde".

En la audiencia se empezarán a destapar evidencias contenidas en 21 DVD y varias teras de información, para establecer si esta es la historia de un brutal feminicidio (como lo dice la Fiscalía) o de un supuesto accidente, como alegará la defensa de los implicados.
Doña Nidia Romero visitó el martes, 16 de febrero, la tumba de Ana María. Ese día habría cumplido 22 años.
Reproducir Video

Las piezas

Además de varios diminutos tatuajes en su piel morena (un nombre en su hombro derecho, una especie de daga en la pelvis, una corona en el pecho y dos frases escritas detrás del cuello y en la pierna izquierda), las fotos de la necropsia muestran los golpes que recibió Ana María esa madrugada, después de lo que inició como una noche de rumba.

(Madre de Ana María Castro denuncia irregularidades en el proceso)

Su pretendiente, Paul, se encontró con ella en el Bar Cantina Plaza México, en el norte de Bogotá. Y videos revelados por EL TIEMPO muestran a la joven saliendo a tumbos del local, por las escaleras del lugar. Minutos más tarde, en el parqueadero, su amiga Patricia les grita a sus acompañantes: "Ustedes me responden por ella".

A pesar de la advertencia, convertida en premonición, Ana María se subió a una camioneta Kia Sportage, de color negro y de placas FSP 598. La misma en la que Paul iba a su casa cuando la estaba cortejando. Él iba manejando, Julián Ortegón (su amigo) era el copiloto y atrás estaban la joven y otro personaje que será clave en el desarrollo del juicio: Mateo Reyes.

Según videos que se exhibirán y analizarán en el juicio, el grupo arrancó a la 1:26 de la madrugada del 5 de marzo; y a la 1:40:18 cámaras captaron a la Kia parando en una zona desolada de la calle 80 con carrera 68 K. Menos de un minuto después, a la 1:41:05, la Kia reinició la marcha sin Ana María ni Mateo en su interior.

(Mateo Reyes no aceptó protección como testigo en caso de Ana Castro)

Testigos aseguran que vieron cómo la joven fue lanzada del carro como una muñeca de trapo. Y policías, la tripulación de una ambulancia, transeúntes y pasajeros de otros vehículos observaron su cuerpo en un charco de su propia sangre (lago hemático), con el mismo chaleco de plumas con el que salió de la cantina, pero sin sus efectos personales, incluido el celular.

Para la Fiscalía no hay duda de que el golpe que —según la necropsia— Ana María recibió en su ojo izquierdo, se produjo dentro del carro. Y que la hipótesis es clara: Ana María y Mateo se empezaron a besar y a tocar en la parte trasera del carro y Paul reaccionó. Hasta ahí, todos están de acuerdo, incluidos los procesados.

Sin embargo, la Fiscalía agrega que Paul y Julián, en solidaridad con su amigo, lanzaron a Ana María de la Kia y, antes, fue golpeada. Además, se llevaron su celular, una evidencia clave dentro de la investigación y hoy desaparecido.

Pero EL TIEMPO conoció de manera anticipada que la defensa de Paul y Julián insistirá en el juicio en que las sombras que se ven en uno de los videos dan fe de que ellos dejaron a Ana María y a Mateo vivos y de pie en el andén de la calle 80.

Además, citará a más de una decena de testigos que entregaron incluso croquis a mano alzada del cuerpo de Ana María, la Kia y la llamada escena del crimen.

Entre los testigos está el hombre que llamó al 123 a reportar lo sucedido y un par de ciudadanos que alcanzaron a ver cómo Ana María agonizaba.

“Si los botaron del carro (a Ana María y a Mateo), ¿por qué Mateo no tiene lesiones ni rasguños ni lesión alguna?", señala el jurista Gilberto Rondón González, encargado de la defensa de Julián Ortegón. Además, dice, Ana María quedó viva sobre el andén, pero su cuerpo fue encontrado atravesado en el carril derecho.

(Los chats y testimonios claves del crimen de Ana María Castro)

Médicos y físicos

“Vamos a pedirle a la juez del caso que ordene que un físico y un médico especialista analicen los golpes que la joven presenta y que incluso le rompieron varias costillas, le fracturaron su cráneo y hasta le reventaron el hígado. Esos no fueron golpes dentro del carro sino lo que en física se consideran golpes de alta energía”, le explicó Rondón a EL TIEMPO y así lo repetirá en la audiencia virtual.

Su hipótesis es que la joven pudo haber sido atropellada por otro misterioso vehículo que aparece en un nuevo video al lado de una camioneta Van que otro de los testigos dijo ver zigzaguear por el carril central de la calle 68.

¿De quién es el carro del que habla la defensa? ¿Se puede identificar en el nuevo video? ¿Hay alguien que sabe algo más sobre este trágico episodio?

(Quién es quién en la investigación por feminicidio de Ana María Castro)

Mateo, hombre clave

La defensa planteará estos interrogantes para –dice Rondón– probar que ni Julián ni Paul están vinculados de ninguna manera a la muerte de Ana María.

De hecho, los abogados de ambos hombres pedirán que Mateo Reyes –quien permanece en Miami y está en calidad de testigo– explique en detalle qué pasó después de que se bajaron de la camioneta Kia y por qué ha dado varios testimonios contradictorios.

Testigos aseguran que, angustiado, llorando, bebido y confundido, les dijo que los habían botado de la camioneta. Pero más tarde manifestó que él había sido bajado primero por Paul y Julián.

(¿Quién es Mateo Reyes, testigo clave en el caso de Ana María Castro?)

Y ante la Fiscalía General, señaló: “Me subí al andén y Ana se queda hablando con los ocupantes del carro por la ventana: no sé si la de adelante o la de atrás. Lo que sé es que Ana ya estaba abajo de la camioneta”.

Y agregó: “Oí discutir a Ana con alguno de sus amigos y les preguntaba: ‘¿por qué’, por qué?'. Y de un momento a otro, el que iba manejando arranca y como Ana estaba recostada contra la ventanilla, no sé si fue que quedó enganchada en el auto y como arrancó tan rápido, cayó al piso y se golpea la cabeza. No sé si el carro la arrastra, pero sí gira antes de caer”.

(Mateo Reyes no aceptó protección como testigo en caso de Ana Castro)

Pero la defensa de los sindicados, al menos la de Naranjo, también ha tenido reversazos. Ofrecieron una indemnización económica para zanjar el caso, que la familia de la joven y sus abogados –en cabeza de la oficina de Abelardo De La Espriella– rechazaron indignados y seguros de que la evidencia es contundente y de que se probará el feminicidio.

De hecho, el fiscal del caso también pedirá varias pruebas para demostrar que Julián (el presunto cómplice del crimen) registra episodios en contra de sus exparejas; y que Paul está detrás de lo que le ocurrió esa madrugada a Ana María Castro, a quien cortejaba. De hecho, Mateo será uno de los testigos del ente acusador.

Mientras el juicio avanza, Paul seguirá preso en una celda de la cárcel de máxima seguridad de Cómbita (Boyacá); mientras que su amigo, Julián, está bajo custodia en la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de Puente Aranda.

Y doña Nidia solo quiere la verdad y poder cumplirle la promesa a su hija: sacarla de la bóveda número 283.

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