La evidencia del nexo entre compra de misiles, Nicolás Maduro e Irán

“Venezuela e Irán tenemos derecho a comerciar libremente e intercambiar los productos que queramos (...) Rohaní, acá estamos hermano, para las que sea”.

Estas son algunas de las frases que viene lanzando Nicolás Maduro sobre su alianza con Irán.

Pero para la inteligencia de Colombia y de al menos otros tres países es evidente que el intercambio entre Caracas y Teherán no es solo de dólares y oro venezolanos a cambio de gasolina iraní, medicamentos y algo de comida.

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El presidente Iván Duque se encargó este jueves de dejar al descubierto el interés de Nicolás Maduro de ir más allá y negociar misiles de corto y largo alcance 'made in' Irán: “Hay información de organismos de inteligencia de carácter internacional que dan cuenta de que hay un interés de parte de Maduro de adquirir misiles de mediano y largo alcance, a través de Irán”.

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Y, horas después, su ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, agregó que Colombia ha venido denunciando que la dictadura de Maduro es una amenaza latente para la paz, la democracia y la estabilidad del país y de la región. Además, dijo que se trata de datos confirmados por gobiernos con los que Colombia trabaja temas de inteligencia, descartando versiones de que fue Robert O’Brien, asesor en seguridad de Trump de visita en Colombia, quien los dio.

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Una alta fuente de inteligencia del Gobierno le dijo a EL TIEMPO que la información sobre “esa adquisición de misiles es real y circula desde hace un par de meses”.

La fuente agregó que Irán, país bloqueado a nivel mundial, encontró a otro bloqueado para venderle misiles y desafiar a EE. UU.

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“Es ingenuo creer que Irán solo quería abrir una cadena de supermercados en Venezuela y una ruta directa Teherán-Caracas. Además, que los viajes de Maduro y de sus alfiles a ese país (incluido Álex Saab) eran solo para gestionar la llegada de barcos petroleros”, añadió la fuente de inteligencia.

Y desde Venezuela le dijeron a EL TIEMPO que una militar (quien estuvo casada con un ciudadano cubano) es que realiza la negociación de los misiles.

Además, que las islas La Orchila y Margarita serían utilizadas como plataformas para ubicarlos.

En Venezuela es claro que Maduro se quiere armar ante la eventualidad de que el bloqueo de Estados Unidos al régimen y los ataques de Trump pasen al terreno militar.

Al respecto, recuerdan que en abril Trump ya desplegó buques antinarcóticos en el Caribe. Además, el propio Maduro ha dicho que entre los acuerdos firmados con Hasán Rohaní (presidente de Irán) hay uno de carácter militar.

A eso se une que los misiles Taer-2, que Irán construye desde 2012, son más avanzados que los rusos Buk, con los que Maduro realizó ejercicios militares en la isla La Orchila, el 22 de mayo pasado.

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Tras la muerte del general Qasem Soleimani, exjefe de la Fuerza Quds iraní, se usaron esos mismos cohetes para atacar dos bases en Irak que albergan a militares estadounidenses. Y el 29 de julio, Irán destruyó con misiles la maqueta de un portaaviones estadounidense, durante ejercicios militares que Estados Unidos calificó de “irresponsables y peligrosos”.

Johan Obdola, experto en seguridad, le dijo a EL TIEMPO que hay evidencia de que Issa Rezaer, del ministerio de Defensa iraní, y el político Mehdi Ghazanfari permanecen en Caracas.

Además, los también emisarios Alí Asghar Sassani y Simón Yokhana portan cédulas venezolanas. “Ambos se trasladaron el domingo pasado a los estados Carabobo, Yaracuy, Lara y Portuguesa en un helicóptero de la empresa iraní Plumrose”, agregó Obdola.

Pero Venezuela salió a desmentir la denuncia de Duque. Jorge Arreaza, su canciller, dijo: “En Colombia no cesan las masacres, la violencia desatada, el narcotráfico incontrolable. Si le sumas su catastrófica e impopular gestión y tener a su jefe en la cárcel por paramilitar, @IvanDuque vuelve a las infamias y ficción antivenezolana para distraer a la opinión”.

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Y su ministro de Defensa, Vladimir Padrino, agregó: “Iván Duque intenta desviar de nuevo la atención hacia Venezuela lanzando como señuelo la estrategia de falso positivo”.

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