Este viernes 25 de febrero se inaugurará oficialmente el Museo Arqueológico Nueva Esperanza (Mane), un recinto en el que los colombianos podrán apreciar una colección única, conformada por objetos en arcilla cocida (cerámica), restos óseos humanos y animales; además, de artefactos en piedra, hueso y metal transformados en diversos elementos que usaban cotidianamente en tiempos prehispánicos poblaciones que habitaron en el altiplano durante el período Herrera (400 a.C.) hasta el muisca tardío (1.600 d.C.).
Se trata de 16 toneladas de material arqueológico que fue recuperado en el sitio Nueva Esperanza en Soacha, por la Transmisora Colombiana de Energía (TCE), uno de los hallazgos más importantes de su tipo para Colombia y Latinoamérica.
El Mane estará ubicado al interior del Agroparque Sabio Mutis entre los municipios de La Mesa y Tena en Cundinamarca. Un lugar donde Uniminuto tendrá el compromiso de resguardar, conservar, custodiar y continuar con las investigaciones del hallazgo, para ampliar el conocimiento que tenemos en el país sobre esas primeras poblaciones humanas que habitaron la región.
Precisamente, el museo es el resultado de la alianza entre TCE y Uniminuto, un trabajo conjunto con el que, según Vinicius Andrade, director de TCE, ambas organizaciones esperan contribuir a promover el conocimiento de nuestra historia, algo que considera relevante para proyectarnos al futuro.
Para Uniminuto la esencia de su trabajo es la transformación social para aportar al crecimiento de las regiones y del país. Por ello la Universidad se abre a los campos de la cultura y el arte, más específicamente a la museología y la arqueología considerando que la conexión con el pasado facilita un futuro con innovación.
El Padre Harold Castilla Devoz, rector general de la institución, manifestó: "la Universidad recibe un gran tesoro cultural que protegerá por siempre, fieles a nuestra misión de tener presente nuestro ayer para transformar nuestro mañana”.
Promover, proteger, valorar, divulgar y conocer el origen de nuestra riqueza cultural y arqueológica es el mayor reto que asume el Museo Arqueológico Nueva Esperanza con su entrada en funcionamiento.
REDACCIÓN CIENCIA