Una reciente investigación publicada por psicólogos de Australia señaló que, aunque la evidencia permite concluir que hombres y mujeres son iguales en cuanto la inteligencia media, hay diferencias en la percepción que cada quien tiene sobre su propia inteligencia.
¿Por qué? Por la existencia de dos factores: la arrogancia masculina y la humildad femenina.
La publicación de David Reilly y Glenda Andrews de la Escuela de Psicología aplicada de la Universidad de Griffith, junto a David L. Neumann del Instituto de Salud Menzies Queensland, se adentró en esos dos factores, explorando los elementos de la personalidad de hombres y mujeres, para una mejor comprensión del fenómeno.
Con 103 hombres y 125 mujeres participantes en el estudio, cada uno proporcionó estimaciones sobre su propio coeficiente intelectual, antes de hacer una prueba sobre ello, y completaron un inventario de roles sexuales, entre otros.
La investigación encontró que, por ejemplo, al comparar el CI estimado (el que creían tener los participantes) con el decretado en la prueba oficial, se descartan diferencias de género. Pero sí se encontró que las mujeres subestimaban su propia inteligencia de manera sistemática.
“Se investigaron posibles explicaciones para las diferencias de género ampliamente observadas en la inteligencia autoestimada, que también se ha denominado el efecto de humildad masculino-arrogancia femenina.
Descubrimos que el problema es complejo y matizado, sin que surja una causa única, sino que hubo una serie de factores contribuyentes”, dice el estudio publicado en inglés y disponible
aquí.
En primer lugar, dice el estudio, “la identificación del rol sexual hace una contribución significativa a la autoimagen intelectual, con rasgos de personalidad masculinos/agentes que conducen a una mayor autoestima”.
“En segundo lugar, encontramos un efecto significativo e independiente de la autoestima sobre la inteligencia autoestimada. Dado que las mujeres de nuestra muestra informaron una autoestima general más baja en línea con la tendencia identificada en la literatura, esto puede ser un factor importante que subyace al efecto de humildad femenina de arrogancia masculina”.
El informe señala que, sin embargo, “se necesita más investigación para dilucidar los factores de riesgo que identifican patrones de sobreestimación o subestimación de la inteligencia”.
EL TIEMPO