Existe un mito ampliamente difundido con relación al aseo de los gatos. Este hace referencia a que los mininos le tienen pavor al agua y que basta solo con su rutina de acicalamiento para que se mantengan limpios; sin embargo, este mito está muy lejos de ser cierto.
La realidad es que, efectivamente, los gatos son más sensibles que los perros al agua y, sobre todo, a
situaciones nuevas a las cuales no han sido previamente sensibilizados como objetos, animales, sonidos, olores, o en este caso, el agua y los baños; los cuales pueden generarles mucho estrés.
La clave está en acostumbrarlos desde que son muy pequeños a todas las rutinas de aseo: cepillado, limpieza de dientes, corte de uñas y los baños periódicos; para que, ya siendo adultos, no tomen estas actividades con prevención y nos permitan realizarlas con seguridad tanto para ellos como para nosotros.
Pero, ¿es necesario bañar a un gato? Usualmente el gato, que es un animal muy aseado por naturaleza, se esmera con su lengua y sus patas delanteras para limpiar todo su cuerpo; sin embargo, muchas veces no basta solo con esa rutina, ya que puede haber zonas que requieren más dedicación o limpieza.
Adicionalmente, si al gato se le permite salir al exterior, tiene pelaje largo o de color claro o tiene problemas de piel, entre otras condiciones, se necesitará brindar apoyo a través del baño.
Respecto a ello, una de las preguntas más comunes es ¿desde qué edad se puede bañar a un gato? La respuesta es muy sencilla: Si bien no existe una edad indicada para empezar el baño de los mininos, y este puede realizarse a partir de los tres meses de vida, lo ideal es que no se haga sino hasta después de los seis meses de edad.
Es justo en esa etapa en la que el gato tiene el esquema de vacunación y desparasitación completo, y tolera mejor los cambios de temperatura que puede generar el tener el pelo y la piel mojados sin que se produzcan resfriados.
Antes de los 6 meses, será la madre la encargada de hacer la limpieza del gatito y, a través de ello, enseñar el instinto de acicalamiento a sus crías.
Existen algunas excepciones respecto a la edad del primer baño, y este puede hacerse antes de los tres meses cuando:
- El gato es huérfano, ha sido rescatado y se encuentra en condiciones poco óptimas de limpieza.
- Si presenta algunas enfermedades como diarrea, vómito, parásitos o lesiones en piel.
- Si presenta residuos producto del parto y la madre carece de instinto maternal, ha desaparecido o ha muerto.
- Si es una recomendación del médico veterinario tratante.
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GABRIEL GARCÍA*
Médico Veterinario