Parásitos que pueden afectar a su mascota y las medidas preventivas que puede tomar

Las molestias causadas por los parásitos son una de las principales consultas en la práctica veterinaria. Estos microorganismos pueden generar comezón, inquietud, inapetencia, decaimiento e, incluso, enfermedades infecciosas en gatos y perros. Generalmente, los parásitos se pueden dividir en tres grandes grupos: pulgas, garrapatas y ácaros.

La doctora Guadalupe Miró, experta en parasitología y medicina preventiva, graduada de la Universidad Complutense de Madrid, visitó Colombia y habló con EL TIEMPO sobre las medidas que debería tener todo cuidador de mascotas para protegerlos de los parásitos.

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Todo radica en adelantarnos a los acontecimientos, es decir, utilizar ciertos fármacos o antiparasitarios y también vacunas que permitan prevenir las enfermedades en mascotas. Hay que hacerlo de una manera racional, o sea, se debe diseñar lo que llamamos protocolos de desparasitación y que están muy ligados al tipo de vida que lleva la mascota y a los riesgos a los que esté sometida. Hay mascotas que están más tiempo en el exterior, que tienen más o con arenas, con posibles hospedadores intermediarios, como por ejemplo pequeños pájaros y roedores; y existen otras mascotas que a lo mejor están más tiempo en la casa y que tienen, por lo tanto, menos riesgo. Entonces, en función de esos riesgos, se establecen ciertos protocolos.

En principio, estos medicamentos suelen ser muy seguros. Se han probado incluso a triple dosis y están testeados durante ensayos clínicos antes de ponerlos en el mercado. Han pasado todas las pruebas, que se conocen como de seguridad y tolerancia y no tienen por qué producir ningún efecto adverso, salvo que se utilicen específicamente en un animal que esté muy enfermito. Por eso, los protocolos de desparasitación y las vacunas se utilizan en animales sanos.

Las mascotas son propensas a varios tipos de parásitos si no se toman medidas. Hay parásitos que afectan el intestino digestivo; otros, el aparato respiratorio; y otros, el aparato circulatorio, que se llaman endoparásitos o parásitos internos. Luego hay parásitos que afectan a la piel y al pelo, que se llaman ectoparásitos y que se conocen como pulgas y garrapatas, que les pican a las mascotas y también a nosotros. Entonces, en función de qué tipo de parásito adquiere esa mascota, se produce una sintomatología u otra.

Tenemos enfermedades producidas por parásitos intestinales como la toxocara, echinococcus y giardia, parásitos claves que se deben controlar, sobre todo en animales jóvenes, pero también en animales adultos. En aspectos externos se deben controlar todas las infestaciones por garrapatas, pulgas, picadoras de mosquitos y el gusano del corazón.

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Después de la primera visita al especialista es muy importante mantener unos buenos hábitos de higiene de la mascota. Por ejemplo, no dejarle que coma cosas de la calle, que beba agua de los charcos, que lama restos de caca de otros perros, lavarlo y limpiarlo adecuadamente. Dentro de la casa es importante mantener unas normas básicas de higiene, es decir, que antes de comer nos tenemos que lavar las manos, estando en la mesa no le debemos de dar comida porque al darle de comer, la mascota te chupa la mano y tú luego comes y te contaminas. Si vas a hacer un bocadillo, pues lávate las manos antes porque has estado jugando con el perro. Además, intentar que a los niños no les laman las mascotas y no dormir en la cama con las mascotas. Lo más importante son hábitos de higiene que hay que fomentar desde el minuto cero y todo eso te lo va a recordar el veterinario.

Lo primero es que acudan a su veterinario porque es la conexión entre la familia y la educación sanitaria. Entonces, tenemos que intentar asegurar que los tutores de mascotas vayan a la clínica veterinaria para que expliquen bien su estilo de vida, el tipo de estructura familiar, y que, en función de eso, el veterinario diseñe un plan a la medida. Una parte muy importante también no solo son los riesgos a los que está sometida la mascota, sino también hay una parte muy importante que es la estructura familiar, o sea, en una casa donde viven niños pequeños, donde viven ancianos, embarazadas o enfermos inmunocomprometidos o que tengan alguna enfermedad debilitante, todos esos se llaman población de riesgo. Eso hace que las mascotas deban estar aún más sanas, ya que no se puede permitir que un paciente de este tipo, un individuo familiar con estas características, enferme porque haya una mascota enferma en la casa.

DYLAN ESCOBAR RUIZ

Escuela de Periodismo Multimedia EL TIEMPO.