Ante la sequía de agua potable: ¿debería Colombia aprovechar su agua subterránea?

En Colombia existen registros de al menos 68.397 puntos de agua subterránea. Además, y pese a que el 78 % del territorio podría aprovechar este tipo de acuíferos, solo se conoce el 15 % de estos sistemas, que son fundamentales en la producción de agua potable y que han cobrado relevancia en un escenario de escasez del líquido como el que enfrentamos hoy. Eso, según datos del Estudio Nacional del Agua (ENA) 2022, presentado por el Ideam.

Y es que, aunque nuestro país sea rico en agua, en escenarios de sequía como el que estamos viviendo actualmente debido al fenómeno de El Niño, el aprovechamiento de las aguas subterráneas vuelve a surgir como una opción viable no solo para enfrentar la emergencia, sino también para surtir la demanda, según explican expertos.

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“El uso conjunto de agua superficial y agua subterránea debe considerarse para reducir los consumos de agua superficial en áreas de alta criticidad por presiones por uso y contaminación. En este sentido, se debe mejorar el conocimiento de los sistemas acuíferos para determinar oportunidades de aprovechamiento de extracción por pozos profundos y de recarga artificial”, señala el ENA.

De acuerdo con Laura Carrero, directora de la Sociedad Colombiana de Geología, el país necesita estudiar más los acuíferos subterráneos para poder aprovecharlos de manera sostenible. Eso porque ya hay al menos 175 municipios que toman agua de este tipo de reservas, pero se tiene muy poco conocimiento de si lo hacen de manera correcta.

“Es un recurso del que tenemos que disponer. Cuando pensamos en agua subterránea lo hacemos como si fuese un recurso para el futuro, y esa no es la realidad. Hoy en día 175 municipios dependen de manera exclusiva o parcial del agua subterránea, con aljibes o pozos que no están caracterizados. No sabemos cuánta agua se bombea y no se está aprovechando de manera responsable porque no se tiene el estudio suficiente de estos acuíferos”, señala Carrero.

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Entre los departamentos que más aprovechan las aguas subterráneas en el país están San Andrés y Providencia, Quindío, Magdalena y La Guajira. Sumado a ello, Colombia comparte aguas subterráneas con países como Panamá, Venezuela, Brasil y Ecuador. Sin embargo, extraer agua del subsuelo también genera riesgos en los ciclos naturales, por lo que Carrero señala que se debe hacer de manera sostenible y con el acompañamiento de expertos en geología.

“Los acuíferos son un sistema dinámico, complejo y frágil. Tienen una zona de recarga y otras de descarga y están casi siempre conectados al sistema hídrico superficial. En los páramos, por ejemplo, a veces vemos lagunas que están llenas aún en época de sequía. Eso muchas veces puede estar relacionado con los niveles de los acuíferos y cómo llega esa agua subterránea a la superficie. Entonces, al ser un sistema frágil, si los aprovechamos sin el conocimiento técnico suficiente pudiéramos estar rompiendo ese ciclo”, enfatiza la experta.

Bajo su concepto, lo que se debe evitar es que se haga una sobreexplotación de los recursos disponibles, permitiendo que los acuíferos se recarguen naturalmente y no extrayendo más de lo que estos pueden proveer. Pero estos sí son una opción que podría ayudar a solventar el consumo de agua potable en el país y disminuir la presión de los embalses.

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“Explorar nuestro subsuelo es un acto de soberanía y no podemos tener miedo al conocimiento técnico. Hay que aprovechar estos recursos de manera responsable”, finaliza la experta.

Según explica el ingeniero civil, Alberto Groot, quien por casi dos décadas trabajó en la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) y lideró un estudio para evaluar la viabilidad en el uso de aguas subterráneas para abastecer a Bogotá, esta es una opción viable para la ciudad.

La idea dicho estudio era revisar la viabilidad de un proyecto para el aprovechamiento de aguas subterráneas del orden de los 2 m3 /s para el uso cotidiano, es decir durante todo el año; y de 4 m3 /s en caso de emergencias y solo durante un período de 6 meses, pudiendo activar ese sistema una vez cada 15 años.

La población directamente beneficiada por el suministro de agua de dicho proyecto sería de 1,3 millones para el consumo cotidiano y en caso del sistema para emergencias la población beneficiada por el suministro de agua sería mayor de 7,7 millones de personas.

“A través del Plan Maestro de Abastecimiento del Acueducto están planteados todos los escenarios. Y hay riesgos en algunos proyectos más que en otros. En 2010 se hizo el estudio para el abastecimiento de agua potable en Bogotá a través de pozos subterráneos. Ese estudio se hizo con apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón y yo tuve la fortuna de ser el director de ese estudio. A partir de ese proyecto se generó un plan maestro de abastecimiento en caso de emergencia”, señaló Groot. 

EDWIN CAICEDO | REDACTOR MEDIOAMBIENTE

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