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Precaución y economía: las claves en el debate sobre el uso del ‘fracking’
Ambientalistas alertan por efectos negativos. Expertos dicen que se perdería oportunidad económica.
El proyecto, que tendrá que pasar por cuatro debates, abre un debate que ya había planteado Gustavo Petro cuando era candidato y que cumple su bancada de Gobierno con su llegada al poder y es detener esta técnica por los impactos ambientales que podría llegar a tener.
Según señala el mismo proyecto prohibir el ‘fracking’ en Colombia se fundamenta en “la protección del medio ambiente y la salud de las actuales y futuras generaciones; la prevención de conflictos socioambientales asociados a estas actividades y contribuye al cumplimiento efectivo de las metas del Acuerdo de París”.
De acuerdo con la ministra Muhamad, quien antes de estar a cargo de la cartera ambiental también había sido un rostro visible del activismo en el país, el proyecto de ley muestra el compromiso del nuevo Gobierno con realizar “una transición social, económica y ambiental, para enfrentar la crisis climática”.
“Hoy estamos iniciando el camino de cumplimiento de ese compromiso político y esa posición de que en Colombia no entra la técnica del 'fracking' y las técnicas de yacimientos no convencionales. No es lógico que si queremos iniciar una transición energética, vayamos a profundizar la dependencia de combustibles fósiles con técnicas de altísima incertidumbre e impacto social y ambiental”, aseguró la jefa de la cartera ambiental.
Según explica la senadora Isabel Zuleta, quien ha sido uno de los rostros visibles en el debate anti ‘fracking’, lo que se aplica en este caso es un principio precautorio, un punto que está consignado en el proyecto de ley, buscando así proteger a los acuíferos y recursos naturales del país de prácticas que pueden terminar repercutiendo en las comunidades.
Zuleta, quien es vicepresidenta de la Comisión Quinta del Senado por donde deberá pasar el proyecto, destacó que la geografía colombiana es muy variable y que por eso desde el punto de vista técnico no en todas las zonas se puede desarrollar fracturación hidráulica con resultados que no generen daños.
“El principio de precaución lo que está diciendo es que si no tenemos certeza del daño lo que tenemos que hacer es prevenirlo, proteger las comunidades y esto implica proteger el futuro”, aseguró la senadora.
Al respecto, aseguró el doctor en geología e investigador y experto en temas de fracturación hidráulica, Luis Stinco, un punto que según él es clave es que si se hace de manera correcta el ‘fracking’ como técnica para ampliar las reservas de hidrocarburos, esto puede ser beneficioso desde el punto de vista social y económico, pues genera empleo, aumenta las exportaciones y entrega los fondos que se requieren para hacer la transición energética que hoy tiene altos costos.
“La actividad petrolera en Colombia tiene un volumen muy importante. Siempre y cuando se realice con los estándares de seguridad y se tengan adecuados recaudos respecto de las normas, leyes, decretos y operaciones asociadas según los estándares internacionales y las mejores prácticas será totalmente segura”, destacó el experto.
Para él, es cierto que toda actividad antrópica (intervención en la naturaleza realizada por el hombre) tiene el riesgo de fallar, sin embargo esos riesgos deben medirse desde antes y se debe contar con un plan para enfrentarlos.
De tiempo atrás en el país se viene anunciando el inicio de la exploración del subsuelo con la técnica del 'fracking'. Foto:Archivo / EL TIEMPO
“Lo que sí es necesario plantear es cuáles serían los posibles impactos respecto a los potenciales riesgos. Para eso están los estudios de impacto ambiental, los estudios de remediación asociada y existen mecanismos que permiten a las empresas y a los Estados adelantarse a cualquier tipo de inconveniente”, aseguró el experto.
Stinco, quien ha trabajado e investigado alrededor del ‘fracking’ en Argentina destacó que en el escenario actual, Colombia puede tener grandes oportunidades económicas si aprovecha el ‘fracking’, el que además, según él puede realizarse de manera correcta como se ha visto en muchos otros países del mundo.
De hecho, según cálculos del Gobierno de Iván Duque, quien en campaña se opuso al ‘fracking’ pero luego dio vía libre para su desarrollo en el país, Colombia podría perder hasta 324 billones de pesos en 30 años si no realiza esta técnica para ampliar las actuales reservas de hidrocarburos, uno de los principales motores económicos actuales en el país.
Sin embargo, ante eso, Carlos Santiago, integrante de la Alianza Colombia Libre de Fracking, plataforma que fue clave para el desarrollo del proyecto de ley que busca prohibir esta técnica en el país, en el cálculo económico también se deben cuantificar los impactos que podría generar en el flujo natural de los territorios el desarrollo de ‘fracking’.
Según él, sería más costos para las comunidades locales por ejemplo tener que traer agua de otras zonas porque su acuíferos fueron contaminados por un mal desarrollo de facturación hidráulica, o bien tener que desplazarse porque ya no es posible realizar actividades de agricultura o ganadería, e incluso por la posible afectación a su salud, lo que además, señala Santiago, sería una carga más para el sistema de salud colombiano.
“Tenemos unos impactos ambientales probados, unos impactos a la salud probados, hay evidencia científica que muestra la relación entre las emisiones de metano del fracking con la crisis climática y el aumento de gases de efecto invernadero. Entonces, ahí ya tenemos un desbalance negativo. Pero si vemos la balanza económica, esta cifra de los 324 billones que nos muestran no es tan cierta, porque cuando uno saca las cuentas de las exenciones que dejan de pagar (las petroleras) y de lo que podrían implicar las externalidades económicas pagadas, cuantificadas, de lo que implicaría que en Colombia se den los impactos que se están dando en el mundo, nos dejan una correlación negativa y un saldo que nos lleva a decir que la mejor decisión es prohibir el fracking”, finalizó el experto.
En esa misma línea, la senadora Zuleta señala que “en las explotaciones de los yacimientos no convencionales, su productividad dura menos tiempo; por lo tanto, la inversión y el costo-beneficio de construir un oleoducto de esta magnitud es más bajo que uno convencional”.
El riesgo de cerrarle la puerta a esta técnica
Europa ha sido un ejemplo de transición energética para el resto del mundo. Sin embargo, la dependencia que ha generado por el gas y petróleo rusos ahora tiene a varios países en una crisis sin precedentes. La guerra en Ucrania y las sanciones al gobierno de Vladimir Putin son la causa de que, por ejemplo, en Alemania se estén quemando grandes cantidades de carbón para cubrir la demanda de energía eléctrica de sus ciudadanos, que ahora están pagando precios exponenciales.
Con este espejo internacional, el exministro de Minas y Energía Diego Mesa llama la atención sobre la necesidad que tiene Colombia de fortalecer la autosuficiencia energética, especialmente en gas, a través de la ejecución de los proyectos piloto de fracking.
“Los pilotos son un seguro que permitirá, en etapa investigativa y no comercial, monitorear las variables y por eso es clave hacer el ejercicio, de forma contenida, y con esos insumos se toma una decisión informada con base en la ciencia y la investigación”, insistió Mesa hace unas semanas.
Y es que estos yacimientos que requieren del fracking son ricos en gas, y en países como Argentina, Canadá y Estados Unidos han permitido mantener una producción estable para garantizar el abastecimiento. Lo mismo podría significar para Colombia.
De acuerdo con Julio César Vera, presidente de la fundación XUA Energy, el fracking tiene un potencial muy importante para la soberanía energética del país.
“Se estima entre 2.000 y 7.000 millones de barriles de crudo, es decir, sería la posibilidad de doblar y cuadruplicar las reservas actuales. En materia de gas se estiman 23 terapiés cúbicos, es decir, casi seis veces más de lo que tenemos ahora de un energético que usan más de 35 millones de colombianos”, explica Vera.
Esto tendría una relación directa con la autosuficiencia energética del país y Francisco José Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo, afirma que ese debería ser el foco del debate.
“Lo que está en discusión en este momento no es siquiera el fracking, sino la autosuficiencia energética del país, y con esta, el costo del gas, la electricidad, la gasolina. Si terminamos en un modelo energético de importación, como se propone, los más afectados serán los colombianos más pobres y, de paso, las finanzas públicas, a nivel nacional y regional, pues ¿con qué se van a reemplazar los impuestos, dividendos de Ecopetrol y regalías regionales?”, apunta Lloreda.