El consumo global de carbón tiene que haberse reducido un 95 por ciento a mediados de siglo con respecto a 2019, el de petróleo un 60 por ciento y el de gas un 45 por ciento para alcanzar la meta de que la temperatura media global no suba más de 1,5 grados centígrados, recomendó este lunes Naciones Unidas.
Esa es una de las conclusiones del nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, centrado en las medidas de mitigación del calentamiento global y que concluye que las emisiones pueden reducirse a la mitad en 2030 si hay, entre otras cosas, cambios en el sector energético.
En el escenario más optimista, donde se logra no rebasar ese límite de los 1,5 grados (o se supera momentáneamente a mediados de siglo para bajar de ese umbral después), "casi toda la electricidad proviene de fuentes que no emiten carbono o con bajas emisiones", destaca el texto.
Un 87 por ciento de la reducción de emisiones de dióxido de carbono y otros gases causantes del calentamiento global puede lograrse con una optimización del sector energético e industrial y el 13 por ciento restante con cambios en el sector agropecuario, afirma el documento.
Subraya que lograr la neutralidad de carbono (emisiones netas cero) es "complicado, pero posible" si se apoya en nuevos procesos de producción que usen energías alternativas (entre ellas el hidrógeno) y otras medidas, algunas de ellas todavía en pruebas y que no han sido adoptadas para uso comercial.
"Adoptar las políticas, infraestructuras y tecnologías adecuadas para permitir que cambie nuestro comportamiento y nuestro estilo de vida puede conseguir una reducción de entre el 40 y el 70 por ciento en los gases de efecto invernadero hacia 2050", aseguró Priyadarshi Shukla, copresidente del grupo de trabajo que ha elaborado el informe.
El texto resalta que las áreas urbanas tienen un papel vital a la hora de reducir emisiones, "creando ciudades más compactas y para caminar", desarrollando transportes públicos electrificados y mejorando la capacidad de absorción de las emisiones con zonas verdes.
En cuanto al estilo de vida, resaltan que la gente puede aportar también adoptando dietas más saludables, reduciendo el despilfarro de alimentos y utilizando biomateriales alternativos al plástico; según el informe, eso puede suponer una reducción del 3,5 por ciento de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero.
Para lograr el objetivo de no superar los 1,5 grados, las emisiones globales de los transportes deben reducirse un 59 por ciento en 2050 con respecto a los niveles actuales. La inversión en transporte público urbano e interurbano, y políticas para estimular su uso que podrían incluir la bajada de precios, son herramientas para lograr esas metas, destaca el IPCC, que también recomienda estimular el teletrabajo, la digitalización y la movilidad inteligente para avanzar en la misma dirección.
El informe subraya que los vehículos eléctricos están reduciendo su coste y su consumo está aumentando, pero indica que ello tiene que ir acompañado de "inversión continua en infraestructura que los apoye".
Expresa, por otro lado, una "creciente preocupación" por la explotación de algunos de los minerales críticos que se necesitan para las baterías que mueven estos vehículos (caso del litio), aunque el IPCC no ofrece ejemplos.
Ahora o nunca
Los autores del informe insisten en que sin unas políticas ambientales mucho más firmes, las emisiones de gases de efecto invernadero seguirán aumentando más allá del 2025, lo que puede llevar a un calentamiento global de hasta 3,2 grados hacia 2100.
Las emisiones netas globales deben bajar un 43 por ciento en 2030, con respecto a las de 2019, y un 84 por ciento en 2050 con el fin de cumplir con el objetivo de 1,5 grados, e incluso en caso de que esto se logre es probable que la temperatura exceda ese límite de manera temporal para luego empezar a descender.
El documento subraya que incluso si los países cumplen los compromisos de reducción de emisiones expresados en la reciente Conferencia del Cambio Climático de Glasgow, en noviembre de 2021, la subida de la temperatura global sería de 2,8 grados a finales de siglo con respecto a los niveles preindustriales (1850).
En el texto se calcula que el mundo puede lograr la neutralidad de carbono (emisiones netas cero) a mediados de este siglo, lo que supondría reducir las emisiones actuales en un 50 por ciento.
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