Restaurar cinco millones de hectáreas y crear más de 522 mil empleos relacionados a la biodiversidad, entre los compromisos que asumió Colombia a 2030

Seis ambiciosas metas, conformadas por 191 acciones, para restaurar la biodiversidad de aquí a 2030 fueron el primer gran anuncio de Colombia durante la Cumbre de Biodiversidad (COP16). Antes de posesionarse oficialmente como presidenta de la conferencia, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, presentó el Plan de Acción de Biodiversidad del país, uno de los compromisos de esta cumbre que hasta la fecha solo han presentado 34 países.

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Los Planes de Acción son los actos específicos que cada país establece realizar para cumplir con lo pactado en el Marco Kunming - Montreal de aquí a 2030. Colombia, con su anuncio de este lunes, no solo puso el ejemplo sino que además asumió una posición “ambiciosa pero alcanzable”, de acuerdo con el Gobierno, que busca que los demás Estados que hacen parte de la cumbre y no han presentado aún sus planes decidan hacerlo.

Una de las metas de Colombia es crear territorios con integridad ecosistémica y modelos regenerativos, y para ello se buscará por ejemplo restaurar y reconvertir a modelos productivos sostenibles un total de 5’000.000 de hectáreas. Sumado a ello, el país también tiene como meta potenciar la economía de la biodiversidad y para lograrlo se espera que el sector ambiental pase de representar el 0,8 % del PIB a un 3 %, lo que implica la creación de 522.000 empleos a través de modelos de bioeconomía.

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Por otro lado, el país también tiene como meta mejorar la gobernanza de todos los sectores, y en ese sentido uno de los objetivos es alcanzar el 34 % de la conservación y gestión de las zonas terrestres, aguas continentales y marino costeras, mediante sistemas de áreas protegidas, Omec y territorios indígenas, afrodescendientes y campesinos, consolidando así derechos territoriales étnicos, así como el establecimiento de medidas de protección a los defensores ambientales. Además los modelos financieros para que este plan funcione es otra de las metas, allí lo que se intentará es que el país logre a 2030 movilizar recursos de todas las fuentes para cumplir con la ambición planteada en el Plan de Acción.

Colombia también se planteó como meta contener los delitos ambientales, y para lograrlo se buscará, por ejemplo, que para el final de esta década al menos el 50 % de los productos derivados de la biodiversidad sean obtenidos, comercializados y utilizados de manera legal y sostenible en los municipios de alta importancia para la biodiversidad. Finalmente el país tendrá como foco central a las comunidades con la meta de planificación participativa, donde se plantean como acciones que al menos 19 millones de hectáreas con pérdida de integridad ecológica en territorios continentales y marino costeros sean incluidas de manera participativa como determinantes de ordenamiento territorial.

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La creación de las metas, y las 191 acciones que las conforman, tomó más de un año con reuniones que incluyeron a más de 16 mil personas y 23 encuentros regionales. En ese sentido, y teniendo en cuenta que el sector empresarial y productivo será clave para lograrlas, el Ministerio de Ambiente adelantó discusiones con 15 carteras ministeriales, el Departamento Nacional de Planeación, tres gremios empresariales (Andi, Acopi y Consejo Gremial Nacional), el sector financiero y asegurador, los espacios oficiales de representación de Pueblos Indígenas (Mesa Permanente de Concertación Indígena, la Mesa Regional Amazónica), y la comisión Quinta de territorio, ambiente y recursos minero energéticos del Espacio Nacional de Consulta Previa para comunidades negras, afrocolombianos, raizales, palenqueros y campesinos.

Según le explicó a EL TIEMPO la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, el gran objetivo es establecer acciones que permitan lograr que la biodiversidad se vuelva un gran sector productivo de la economía y generen al país oportunidades de crecimiento mientras se aprovechan de manera sostenible los recursos naturales.

“Este plan básicamente nos ayuda a ver cuál es nuestra estrategia al 2030 para preservar la biodiversidad. Tenemos seis metas muy específicas con una gran consulta pública a nivel nacional y queremos agradecer a todos los sectores con su participación. Son metas que realmente construyen hacia la economía, hacia el ordenamiento territorial y la preservación ambiental”, aseguró la funcionaria.

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De acuerdo con los expertos, si bien es cierto que las metas de Colombia son altamente ambiciosas, siguen siendo alcanzables mientras haya una correcta implementación por parte de los distintos sectores de la sociedad, con el empresarial como columna fundamental. Según explica el climatólogo y director del pregrado en Ciencias del Sistema Tierra de la Universidad del Rosario, Benjamín Quesada, dicha estrategia de reconversión productiva, entendida como el manejo colectivo de los sistemas productivos agropecuarios para lograr un uso eficiente de la tierra y de la agua, busca aumentar resiliencia, sostenibilidad y competitividad pero también reducir conflictos de uso del territorio e impacto ambiental sobre ecosistemas estratégicos. Sin embargo, destaca que es común que los países establezcan metas en el papel que luego son difíciles de realizar.

“Es muy común establecer planes, metas y objetivos con números grandísimos y muy ambiciosos, como 5 millones de hectáreas hacia 2030, pero lo que hay que mostrar a la ciudadanía para generar credibilidad es la lista precisa de acciones, de experiencia involucrada, de financiamiento y sobre todo de monitoreo de los resultados basados en evidencias científicas. No hay duda de que han tenido resultados pero hay que mostrarlos. Si no hay monitoreo, no somos capaces de evaluar la efectividad. Eso es lo que hace falta, la implementación real, pasar de los discursos a los actos como dijo el secretario de Naciones Unidas en la apertura de la COP16”, destacó Quesada.

Por su parte, la doctora en Ecología y Medio Ambiente e investigadora de la Universidad de los Andes, Sandra Vilardy, señaló que sí es posible conseguir lo planteado, pero gran parte del logro estará en manos del sector agropecuario y de la forma en que este se pueda transformar para permitir por ejemplo una ganadería menos contaminante.

“Estas metas hacen parte del tamaño de la urgencia que tenemos para poder hacer las transformaciones requeridas no solo por el Marco Kunming - Montreal, sino para evitar pérdidas mayores no solamente biológicas sino sociales y económicas. Esta agenda de la reconversión productiva tiene que ir de la mano principalmente con el Ministerio de Agricultura y asociada a cómo en asociación con la banca se ayudan a hacer las transformaciones productivas adecuadas para que podamos pensar en sistemas regenerativos o silvopastoriles. Que la producción agrícola ya no deteriore la biodiversidad sino todo lo contrario, pueda recomponer funciones ecológicas para ir aumentando capital natural”, señaló la también exviceministra de Ambiente.

Al respecto, el presidente del Foro Nacional Ambiental, Manuel Rodríguez Becerra destacó que, de lograrse el objetivo de restauración de hectáreas sería un hecho sin precedentes para el país. “No tiene antecedente en Colombia. El Plan Verde, ejecutado entre 1994 y 2002, abarcó 250.000 hectáreas. Según Minambiente hoy solamente sobrevive el 10 % de la zona restaurada y tuvo en su época una financiación de US$250.000”, señaló el experto.

EDWIN CAICEDO

Periodista de Medioambiente y Salud

@CaicedoUcros