En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Contenido automatizado
El sencillo fraile que confesaba al papa Francisco y a sus 98 años sigue trabajando: ‘Clarificaba todas mis dudas’
● Luis Dri se ordenó sacerdote a los 25 y lleva más de 70 años como fraile capuchino.
● El fraile capuchino fue nombrado cardenal en 2023, aunque no puede votar en el cónclave.
Fraile Luis Dri confesaba al papa Francisco y hoy, con 98 años, aún sigue activo. Foto: Enrique Medina
Han transcurrido más de diez años desde que Jorge Mario Bergoglio fue elegido como sumo pontífice, pero el fraile capuchino Luis Dri, hoy con 98 años, conserva intacta la memoria de aquel 13 de marzo de 2013.
En dicho momento se encontraba escuchando confesiones en el templo. Al oír el repique de campanas, salió rápidamente y preguntó qué estaba ocurriendo. Le respondieron que no sabían, pero que el humo blanco había salido. Dri dejó todo y se dirigió hacia una sala con televisión. Allí, al ver la transmisión en vivo desde Roma, quedó paralizado. “¿Nunca te han tirado un balde de agua fría encima? Así fue, como un balde de agua fría”, dijo al recordar el instante.
Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el nuevo papa saludaba a la multitud, vestido de blanco. Dri reconoció en él no solo a un compatriota, sino al sacerdote a quien conocía desde sus primeros años de vida religiosa, a quien había escuchado en confesión y con quien mantenía un vínculo que perduró por décadas.
Durante una entrevista concedida a La Nación en 2023, Dri relató cómo fue ese tiempo de relación con Bergoglio, antes y después del papado. “Él venía acá muchas veces y, cuando pedía confesarse, yo lo atendía”. Ese mismo año, el Papa decidió nombrarlo cardenal, una distinción honorífica que representa el mayor reconocimiento dentro de la Iglesia Católica. No obstante, debido a su edad, no tiene derecho a participar en la elección de un futuro pontífice.
Dri confesaba a Bergoglio incluso en la siesta y lo ayudaba con sus propias dudas. Foto:Enrique Medina
Pese al título recibido, Dri conserva su estilo de vida. A diario viste el hábito marrón característico de los capuchinos, el mismo que ha llevado durante setenta años. Ese atuendo contrasta con el anillo dorado que le fue entregado tras su nombramiento. Su oficina está ubicada a un lado del Santuario Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, Argentina. El espacio, austero, consta apenas de una mesa de madera, dos sillas y un cartel de cartulina en la puerta con la palabra “Confesiones”.
Tras el fallecimiento del papa emérito, La Nación intentó entrevistarlo nuevamente, pero el religioso no quiso hablar con la prensa debido a su estado emocional y su avanzada edad. Sin embargo, aún mantiene su rutina de trabajo. Aunque ya no permanece largas horas en el confesionario como en el pasado, todavía atiende durante media hora cada mañana.
Su oficina es una sala sencilla con dos sillas y un cartel que dice “Confesiones”. Foto:Enrique Medina
En 2018, durante una visita de diez días a la residencia papal en Santa Marta, Dri compartió momentos personales con Francisco. Comían juntos y en uno de esos días, el Papa le pidió que lo confesara. “Estuve 10 días con él en Santa Marta. Así que comíamos, como estás tú y yo ahora, así comíamos, enfrente. Él me pasaba alguna cosita; yo le pasaba algo mío. Y un día aprovechó para pedirme que lo confesara. También charlamos en algún momento en privado. Estuvo muy bien”, recordó.
Durante su pontificado, Francisco mencionó en al menos cinco ocasiones frases de su antiguo confesor. En una de ellas, en un encuentro con sacerdotes en San Juan de Letrán, compartió una anécdota: “Recuerdo a un gran confesor, un padre capuchino, que ejercía su ministerio en Buenos Aires (contó Francisco en esa ocasión). Una vez vino a mi encuentro, quería hablar. Me dijo: ‘Te pido ayuda, tengo siempre tanta gente delante del confesionario, gente de todo tipo, humildes y menos humildes, pero también muchos sacerdotes. Perdono mucho y a veces me viene un escrúpulo, el escrúpulo de haber perdonado demasiado’. Hablamos de la misericordia, y le pregunté qué hacía cuando sentía ese escrúpulo. Me contestó así: ‘Voy a nuestra capillita, delante del sagrario y le digo a Jesús: ‘Señor, perdóname porque he perdonado demasiado. ¡Pero fuiste tú quien me dio el mal ejemplo!’ Esto no lo olvidaré nunca. Cuando un sacerdote vive así la misericordia consigo mismo, puede darla a los demás”.
A sus 98 años, Dri aún confiesa media hora cada mañana en Buenos Aires. Foto:Enrique Medina
Un camino largo marcado por la vocación y la humildad
Dri no recuerda con exactitud la conversación a la que aludió el Papa, pero señaló que ese tipo de dudas eran frecuentes para él en su juventud.
“Yo iba a ver a Bergoglio cuando era más joven y tenía mis rayes. Él me recibía a cualquier hora, incluso en el horario de la siesta, y siempre con dos palabras me clarificaba todas mis dudas. Era muy amable. En esa época tenía mis escrúpulos, porque en la confesión a veces hay cada problema que uno no sabe cómo manejar, y a veces hay que ser cuidadoso de no equivocarse con lo que uno aconseja o dice, ¿no? Él enseguida me clarificaba todo lo que yo le preguntaba, clarito, clarito”.
Cuando se le preguntó si alguna vez imaginó que sería designado cardenal, Dri fue tajante: “Pero, ¡qué va a ser, mi ángel! No, por favor. Nunca lo hubiera esperado, para nada. Eso es para personas de alta categoría”.
Y agregó: “Generalmente se elige a personas que son estudiadas, que son doctores en Teología. Yo no tengo nada. Los estudios para sacerdote sí los tengo todos, y puedo decir que los hice con mucha alegría. Después estuve en la formación de los jóvenes que ingresan al seminario, entonces me llevaron a Italia, España, Suiza, para ver cómo realizaban la formación allá para replicarla acá, y en los viajes aprendí mucho. Pero después la vida me fue enseñando todo lo que sé. Pero nunca hubiera pensado que me iba a elegir, si yo soy un tipo de campo”.
Dri confesaba a Bergoglio incluso en la siesta y lo ayudaba con sus propias dudas. Foto:Enrique Medina
En su escritorio se encuentran un termo, un mate y un recipiente con dulces. “Son para la gente (explicó). A veces vienen muy amargadas, entonces yo siempre les ofrezco un caramelo”.
La historia de Luis Dri
Desde pequeño, Dri vivió en una familia de recursos limitados. Nació en Federación, Entre Ríos, y perdió a su padre a los cuatro años. Su madre, con profunda religiosidad, crió sola a sus hijos y los hizo partícipes del trabajo desde temprana edad. “Yo sentí el deseo, la vocación. Por aquellos caminos irrefutables del Señor, un capuchino me invitó para el seminario. Cuando comencé a estudiar, a mí me encantaba. Hasta los domingos yo era feliz leyendo las obras clásicas. Para mí era un delirio”.
Fue ordenado a los 25 años y desde entonces ha dedicado su vida a acompañar comunidades religiosas en distintos lugares. En octubre de 2023, recibió los símbolos cardenalicios en la Catedral Metropolitana. Durante esa ceremonia, asistieron personas de muchos de los pueblos en los que trabajó, algunas de las cuales no veía desde hacía décadas.
“Estaba la Catedral repleta, repleta. Me sorprendió muchísimo. Nunca pensé que por este fraile iba a ir tanta gente, incluso de pueblos vecinos vinieron. Alquilaron colectivos y se vinieron desde Alvear, de General Lagos, Pueblo Esther, de toda esa zona. Fue una situación muy vergonzosa, porque yo no merezco nada de eso, pero de alegría, porque la gente responde, ¿viste? Me conoce desde hace muchos años y bueno, se enteraron de eso y corrieron. Todos esos pueblos son muy queridos por mí, muy recordados. Ellos se acuerdan de mí porque yo iba en la chata recorriendo los pueblos, celebrando misa, catequesis, todo. Celebraba hasta seis misas por domingo, pero era joven, no me cansaba”.
Al finalizar esa entrevista, Sara, quien colabora con él en el santuario, lo posicionó junto a una ventana para que le tomaran fotografías. “Van a tener fotos para cuando él sea santo (comentó ella). Lo digo en serio, recuerden lo que les digo: él va a ser santo”.
El récord de Francisco: es el papa que ha proclamado más santos en toda la historia
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de un periodista y un editor.