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ayuno intermitente, de acuerdo con Mayo Clinic, es una práctica que consiste en no comer durante un periodo de tiempo. Se ha popularizado en los últimos años, ya que muchas personas dicen que les ha ayudado a bajar de peso y mejorar su salud. Sin embargo, todavía no hay suficientes estudios científicos para comprobar o desmentir estas declaraciones.
Uno de los métodos más populares es el ‘16:8’, como lo indica su nombre, se trata de comer durante una ventana de ocho horas y, luego, ayunar las 16 horas restantes. Existen otras alternativas y los expertos sugieren iniciar poco a poco.
“Algunos estudios sugieren que el ayuno intermitente es tan eficaz como una dieta típica baja en calorías para perder peso. Eso parece razonable porque reducir la cantidad de calorías que consume debería ayudarlo a perder peso”, explicó Mayo Clinic.
También, algunas investigaciones indicaron que puede disminuir el riesgo de ciertas enfermedades. Un artículo de la facultad de medicina de la Universidad Johns Hopkins citó el estudio de Mark Mattson, un neurocientífico de la institución.
"Durante el ayuno intermitente suceden muchas cosas que pueden proteger los órganos contra enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, trastornos neurodegenerativos relacionados con la edad, incluso enfermedades inflamatorias intestinales y muchos cánceres", dijo.
De acuerdo con sus hallazgos, esta práctica podría mejorar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, así como otras mediciones relacionadas con el corazón.
No obstante, el 18 de marzo se presentó un estudio sobre el tema en una conferencia de la Asociación Estadounidense del Corazón. La investigación indicó que 20.000 adultos, que tenían un período de alimentación de solo ocho horas y ayunaban durante las 16 restantes, tenían un riesgo del 91 por ciento mayor de muerte por enfermedad cardiovascular a largo plazo.
Estos resultados fueron criticados por la comunidad médica, ya que no presentaban un fuerte respaldo. Christopher Gardner, profesor de medicina en la Universidad de Stanford, habló con ‘WebMD’ sobre el estudio.
“Este hallazgo en particular es preliminar y debe tratarse con escepticismo, y hay que esperar una revisión por pares antes de que reciba una cobertura mediática adicional”, declaró Gardner.
Además, no dudó en señalar algunas fallas en el estudio. “Los investigadores carecían de datos sobre el trabajo por turnos, el estrés y otras variables, incluido el importante elemento de la calidad de los nutrientes en sus dietas, lo que por sí solo podría haber proporcionado otra explicación”, añadió.
Por otro lado, la coautora del estudio, JoAnn Manson, profesora de medicina de la Universidad de Harvard, dijo en un comunicado: “La correlación no prueba la causalidad y necesitaremos más investigaciones para comprender si las asociaciones observadas son causa y efecto”.
Recuerde consultar con un especialista de la salud antes de hacer ayuno intermitente. De acuerdo con Mayo Clinic, podría tener efectos secundarios como la fatiga, insomnio, náuseas y dolores de cabeza.
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SOFÍA ARIAS MARTÍNEZ
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
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