La lectura digital ha cambiado.
Los medios deben darles gusto a los s que buscan textos cortos y directos.
Hoy, la gente prefiere consumir contenido desde el celular. Y eso significa cambios para todos.
Las personas leen en pantallas pequeñas, en espacios limitados, con atención reducida.
¿Por qué seguir entonces con las estructuras extensas y los párrafos de cuatro, cinco o seis líneas de siempre?
Es momento de brindarles a los s este cambio.
Así también lo queremos algunos escritores de columnas de opinión.
Los textos breves ayudan a captar la atención desde el principio.
La concisión es un arte, y aplicarla a la información requiere habilidad y sensibilidad.
La experiencia se vuelve más intuitiva, cercana y atractiva.
Reducir los textos a lo esencial es clave. Hay que hacerlo sin sacrificar calidad, profundidad, veracidad, responsabilidad y contexto.
Editorialmente, es un reto. Cada palabra cuenta, cada frase debe ser precisa y directa. La concisión es un arte, y aplicarla a la información requiere habilidad y sensibilidad.
Esto es potencialmente favorable para atraer a nuevas audiencias, una necesidad de los propios medios de comunicación.
Las generaciones jóvenes, acostumbradas a la inmediatez y brevedad de las redes sociales, pueden encontrar de esta forma una experiencia similar a la de sus plataformas favoritas.
La renovación es bienvenida. En digital, hay que probar siempre. Ensayo y error es la premisa. Ensayo y error. Ensayo y acierto.
Un texto con esta estructura no tiene por qué sacrificar la credibilidad y tampoco la rigurosidad.
Abrámonos a la oportunidad de innovar sin perder el rigor.