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Colombia retrocede en lo alcanzado: en 2024 aumentó en casi 50 % la destrucción de bosques primarios

El aumento de actividades ilegales como la minería y la coca están destruyendo inmensas extensiones de bosque. 

La suspensión de las conversaciones de paz y el aumento de actividades ilegales como la minería y el cultivo de coca están destruyendo inmensas extensiones de bosque. 
Foto: MICHAEL DANTAS. AFP

Periodista de medioambiente y saludActualizado:
Colombia venía avanzando en la batalla contra la deforestación. El Gobierno del presidente Gustavo Petro había logrado cifras históricas en la reducción de la pérdida de bosques, que fueron celebradas por el mundo entero. Sin embargo, esa tendencia positiva parece haberse revertido en 2024, según el más reciente informe de la plataforma Global Forest Watch, del World Resources Institute, que advierte que el año pasado la pérdida de bosques primarios en el país creció casi un 50 por ciento con respecto a 2023.

olombia perdió 98.220 ha de bosque primario en 2024, un aumento del 48,55 %. Foto:Ministerio de Defensa

De acuerdo con los datos del informe, el año pasado Colombia perdió 213.031 hectáreas (ha) de bosque en general, lo que representa un aumento del 8,34 % frente a las 196.634 hectáreas perdidas en 2023. Pero más grave aún fue la pérdida de bosques primarios -ecosistemas vírgenes e irrecuperables, algunos de los cuales nunca han sido estudiados- que pasó de 66.121 ha en 2023 a 98.220 ha en 2024, lo que representa un incremento del 48,55 %.
Y es que los bosques primarios tropicales húmedos son los ecosistemas con mayor diversidad biológica del planeta, y desempeñan un papel crucial en el equilibrio climático, ya que almacenan grandes cantidades de dióxido de carbono. Según diversos expertos, la destrucción de biomas como estos —que en su mayoría se encuentran en la Amazonía— sería uno de los principales factores que impedirían que el mundo logre la meta de reducir casi a la mitad las emisiones de CO₂ en los próximos ocho años, objetivo clave para frenar el calentamiento global. Es decir, si se mantiene la tendencia actual, se superarán los 2 grados centígrados de aumento en la temperatura media del planeta, lo que provocaría eventos climáticos extremos como inundaciones, incendios forestales, deslizamientos de tierra y huracanes, entre otras catástrofes.
Si bien el año pasado el World Resources Institute celebró las cifras alcanzadas por Colombia y Brasil en 2023 —cuando ambos países lograron reducciones inéditas en la pérdida de bosque—, en 2024 Colombia aparece reseñada en el informe como un caso preocupante, debido al brusco aumento en la deforestación y a los factores que lo explican. Y es que, a diferencia de otros países de América Latina, los incendios no fueron la principal causa de la pérdida de ecosistemas vírgenes. En el caso colombiano, la pérdida no asociada a incendios aumentó un 53 %, impulsada por la inestabilidad derivada del colapso en las negociaciones de paz, así como por el avance de la minería ilegal y la producción de coca.
“Los desafíos como la presencia de grupos ilegales y el reasentamiento de comunidades que antes no tenían tierra han llevado a una mayor inestabilidad en áreas remotas, y pueden haber contribuido al aumento de la pérdida de bosque. La suspensión de las conversaciones de paz y el aumento de la violencia en áreas remotas también han aumentado la minería ilegal y la producción de coca y han alentado la pérdida de bosques, lo que afecta a las comunidades indígenas en particular”, alerta el informe. Y agrega que, en otras zonas del país, la conversión ilegal “de bosques para la producción ganadera y las plantaciones de palma aceitera siguen siendo los principales impulsores de la pérdida de bosques primarios”.

La pérdida de bosque global fue de 213.031 hectáreasa, 8,34 % más que en 2023. Foto:Edwin Caicedo. EL TIEMPO

Según los expertos del World Resources Institute, para que la pérdida de bosques vuelva a caer, el gobierno debe mantener el acuerdo de paz y desarrollar fuentes de sustento sin deforestación para las comunidades locales. En palabras de Joaquín Carrizosa, asesor senior de WRI Colombia, “el aumento en la pérdida de bosques primarios en 2024 es un retroceso, pero no debería desanimarnos como país”.
De acuerdo con Carrizosa, es posible hacerle frente a esta pérdida de bosque a través de “economías locales basadas en la naturaleza”, especialmente en zonas remotas, como la Amazonia, donde se concentra el problema. Además destaca que se requiere “invertir en soluciones que protejan el medio ambiente, generen empleo y fomenten la paz”.
Con dicho análisis coincide Alejandra Laina, gerente de Alimentos, Uso del Suelo y Agua del WRI, quien calificó lo ocurrido en 2024 como un “retroceso significativo”. Según ella, es evidente que los conflictos armados, el avance de economías ilegales y el estancamiento de proyectos comunitarios de conservación han revertido la tendencia positiva que había alcanzado Colombia. Pero, más allá de eso, lo verdaderamente grave es la pérdida de bosques primarios, ya que estos ecosistemas son irrecuperables y fundamentales para funciones como la regulación hídrica.
Y es que cada hectárea de bosque perdida en la Amazonía no solo representa la desaparición de una riqueza natural —muchas veces aún desconocida—, sino que también tiene impactos directos en la vida diaria de las personas, tanto en la región como en el resto del mundo. Esto se debe a que este bosque actúa como un regulador global del clima y las lluvias. Su degradación está contribuyendo a fenómenos como la sequía extrema en los ríos de la cuenca amazónica —que el año pasado vivió su peor escasez de agua en más de un siglo— y a la disminución de precipitaciones en ciudades andinas, donde llegan los llamados ‘ríos voladores’: columnas de vapor generadas por la evapotranspiración de los árboles que se transforman en nubes. Hoy, esas nubes llegan cada vez menos a la Orinoquía, de donde se abastece de agua Bogotá.

Minería ilegal, coca y ganadería impulsan la pérdida de bosques. Foto:Usaid

“Creo que existe un vínculo muy estrecho entre la paz y el medioambiente. La paz no se da sólo mediante políticas formales, sino también a través de economías locales sólidas, seguridad territorial y gobernanza. La política de "paz total" impulsada por el actual gobierno es frágil. Algunas mesas de negociación siguen activas, otras han sido canceladas o están en revisión, lo cual impacta directamente los territorios”, señaló Laina.

Una tragedia advertida

Desde el primer trimestre del año pasado, cuando los diálogos de paz con los distintos actores armados del país comenzaron a verse comprometidos, expertos del sector ambiental y diversos informes técnicos empezaron a alertar sobre la necesidad de tomar acciones urgentes ante un posible aumento en las tasas de destrucción de bosque en Colombia.
En abril del año pasado, la entonces ministra de Ambiente, Susana Muhamad, advirtió que este flagelo se disparó en el último trimestre de 2023 y había tenido un aumento crítico durante lo que iba de 2024. De acuerdo con el Informe de Alertas Tempranas del Ideam se calculaba que el número de alertas había aumentado en 40 por ciento para ese momento. “Podemos estar en un pico histórico" , aseguró Muhamad.

La exministra de Ambiente, Susana Muhamad, había advertido esta situación. Foto:Minambiente

Según la entonces funcionaria, acciones del Estado Mayor Central (EMC) —las principales disidencias de las antiguas Farc— estaban impidiendo la entrada de programas de restauración y conservación, y en su lugar promovían la tala de bosques como mecanismo de presión en las actuales negociaciones de la paz total. Estas acciones se ven reflejadas en el informe que presentó esta semana el World Resources Institute.
“El Emc no nos está permitiendo entrar al territorio a cumplir el programa del Plan Nacional de Desarrollo. Pero no solamente eso: hemos también presenciado el asesinato de dos líderes ambientales. Así como también el desplazamiento del resguardo indígena Yaguará II, donde han sido también amenazados los líderes. En este caso se está poniendo a la naturaleza en la mitad del conflicto”, resaltó Muhamad.
EL TIEMPO consultó al Ministerio de Ambiente, ahora liderado por la nueva jefa de cartera, Lena Estrada Añokazi, pero al cierre de esta edición no habían respondido. El pasado 19 de mayo, la ministra Estrada se reunió con campesinos de la región amazónica, con quienes buscó soluciones para atender esta problemática que en 2025 tampoco ha disminuido.

Ministra de Ambiente, Lena Estrada. Foto:Minambiente

“Nos reunimos con los líderes campesinos de la Amazonia para unir esfuerzos en la lucha contra la deforestación. Juntos construiremos soluciones sostenibles que protejan nuestros bosques, fortalezcan a las comunidades y permitan continuar con la reducción histórica de la deforestación en Colombia”, dijo la ministra tras la reunión.
EDWIN CAICEDO
Periodista de Medioambiente y Salud
@CaicedoUcros

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