La moda rápida, más conocida como fast fashion, se refiere a grandes volúmenes de ropa que produce la industria de la moda para que los consumidores cambien en periodos muy cortos de tiempo su indumentaria personal.
Si bien es cierto que las tendencias son las que marcan el ritmo acelerado de la industria textil, la desaforada producción en cantidades masivas de las prendas de vestir producen efectos sumamente riesgosos al medio ambiente, afirma Green Peace.
La tendencia consumista de la moda rápida, menciona ConTreebute, ha hecho que el promedio de uso de una prenda nueva sea de solo siete posturas antes de ser desechada. Esta situación implica que si el fast fashion continúa, las emisiones de CO2 aumentarán casi el 50% para 2030.
¿Cuáles son las implicaciones ambientales de la moda rápida?
Teniendo en cuenta la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo en 2019, la industria de la moda es la segunda más contaminante en el mundo después de la petrolera. Lo que quiere decir que es responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel global.
Otros contaminantes que deja la fast fashion según Naciones Unidas:
- Se necesitan 700 galones de agua para hacer una camiseta, lo que equivale a 93.000 millones de metros cúbicos al año.
- Cada doce meses son talados entre 70 millones y 100 millones de árboles para fabricar tejidos de celulosa, es decir, fibra semi-sintética.
- Quemar un kilo de ropa genera 1.36 kilos de dióxido de carbono, siendo más contaminante que quemar carbón o gas natural.
- Medio millón de toneladas de microfibras sintéticas se vierten en el mar cada año.
“Estamos seguros de que el camino hacia un futuro sostenible comienza con un consumo responsable. Adoptar este estilo de vida impacta en muchos rubros: nuestra alimentación, la manera en que nos transportamos, la ropa que usamos. (...) Dile NO a la moda rápida”. Afirma Green Peace.
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Susana Ribero Duarte
Escuela de Periodismo Multimedia
EL TIEMPO