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La ‘guerra’ de las ambulancias en Bogotá por ganarse ‘bonos’ y la plata del Soat
Clínicas estarían pagando entre 20.000 y 50.000 pesos por cada paciente que sea atendido.
Una llamada de emergencia puede definir la vida de un ciudadano que acaba de sufrir un accidente de tránsito. La mal llamada guerra del centavo, o de las tarifas, ha puesto en competencia desde hace varios años a los conductores de ambulancia de empresas privadas y públicas por llegar de primeras con la camilla al lugar del siniestro y luego a las clínicas de las IPS.
“Lo que vuelve esto una competencia es el tema de la plata fija. Cómo el Soat es obligatorio y todos los pagan por él, entonces sí o sí es una plata que van a cobrar todas las ambulancias una vez transporten al paciente. Eso hace que muchas empresas privadas se dediquen solo a la atención de pacientes Soat y de la misma manera clínicas especializadas en esto”, contó un tripulante de Atención Prehospitalaria de ambulancia.
No obstante, esta problemática tiene un trasfondo aún más marcado que el simple hecho de quién es el que llega de primeras y es lo que está relacionado con el cobro de las tarifas. Según la información recolectada por EL TIEMPO, los pagos que se generan para las atenciones y traslados de pacientes Soat y pacientes generales tienen diferencias.
Mientras atender a un ciudadano de cualquier tipo de accidentalidad puede costar 150.000 pesos en promedio, recoger y trasladar en ambulancia a una víctima de accidente de tránsito puede llegar hasta los 350.000 pesos. No obstante, Jorge Toro, director ejecutivo de la Asociación de IPS de Colombia (Unips), señaló que desde este año el Gobierno Nacional estandarizó los cobros y la atención para cualquier tipo de eventualidad quedó en 370.000 en el caso de las ambulancias básicas y 520.000 en medicalizadas.
En los comparendos no se especifica el tipo de vehículo, en este caso, ambulancia
Sin embargo, pese a estas regulaciones el fenómeno no para. Según las estadísticas del Distrito, en promedio se realizan 10 comparendos al mes a ambulancias que ocupan los carriles de TransMilenio para llegar más rápido a los lugares donde se deben atender las emergencias y por uso indebido de los megáfonos y las sirenas.
Ahora, cuando se consultó a la Secretaría de Movilidad sobre las cifras oficiales de 2022 y lo que va de 2023 sobre los comparendos a ambulancias irregulares, la entidad respondió que “en los comparendos no se especifica el tipo de vehículo, en este caso, ambulancia”, lo que deja entrever la complicada situación de regulación de estos vehículos en la ciudad.
EL TIEMPO también consultó a la Secretaría de Salud sobre los lineamientos que hay desde la entidad para la habilitación de las ambulancias públicas y privadas y el número de carros de este tipo que hay en la ciudad para atender emergencias de todo tipo. Según la autoridad en salud, en Bogotá hay 556 ambulancias básicas y 169 medicalizadas de carácter privado, mientras que de las públicas hay 153 básicas y 63 medicalizadas.
El bono ‘pa’los dulces’
La ambigüedad en la regulación ha hecho que se registren casos como el accidente múltiple de ambulancias en el que tres de estas colisionaron entre sí el 15 de junio de 2022 en medio de una competencia por atender un caso de accidente de tránsito o la fuerte pelea entre auxiliares médicas que se lanzaron de carros en movimiento por llegar de primeras a la escena del accidente.
En una conversación con este medio, Pedro Carmona*, conductor de ambulancia medicalizada, señaló que esto ya no está tan ligado al cobro que hacen las empresas privadas a las EPS sobre el transporte de los pacientes sino al pago “pa’ los dulces” que algunas clínicas especializadas dan a los auxiliares y conductores por llevarles pacientes.
“Hay clínicas especializadas en la atención de Soat que hacen que los pacientes terminen solo allá porque son clínicas donde se liberan las camillas más rápido y los tripulantes pueden rotar con más frecuencia. Además de esto, les dan bonos pa’ los dulces por cada paciente que lleven”.
En Bogotá operan 759 ambulancias, de las cuales 568 son privadas y 181, del Distrito. Cortesía: SDS Foto:SDS
Según este mismo testimonio, el pago que hacen algunos centros de salud puede oscilar entre los 20.000 y los 50.000 pesos por cada traslado. Sin embargo, Jorge Toro aseguró que aunque esta teoría no se puede comprobar y que, de hecho, hay varias denuncias en curso hechas por la Asociación de IPS, lo que sí es cierto es que las ambulancias han logrado identificar los puntos de la ciudad donde más siniestros viales hay y ubican su operación en estos sectores.
Esa práctica, que ya fue identificada por las autoridades, ha hecho que las atenciones médicas de otro tipo de accidente que no son de tránsito se retrasen y se afecte la disponibilidad en la ciudad. Incluso, señaló el mismo conductor, que en muchas ocasiones la guerra por los pacientes los ha llevado a hacer pasar víctimas de accidentes generales como de Soat y los llevan para ser atendidos en estas clínicas especializadas.
Finalmente, desde la Secretaría de Salud se señaló que para mitigar la problemática se ha establecido que todos los vehículos medicalizados que presenten servicios de emergencia deberán contar con un sistema de geolocalización y georreferenciación que es operado por el Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (Crue), que también es el encargado de hacer las respectivas asignaciones de los servicios.
¿Cómo funciona el 'negocio'?
Fue un tripulante de ambulancia el que reveló cómo es que opera realmente el negocio de los “bonos” Soat. “Eso depende de la empresa, pueden pagar un mínimo o lo que uno se haga con los cobros de Soat. Solo por trasladar a un paciente al hospital que sea pagan 30.000 pesos, pero si uno lleva al paciente a una clínica de “convenio” pagan 10.000 pesos más, y si al paciente tuvo una fractura, pagan 10.000 pesos adicionales, es decir, uno se puede hacer hasta 50.000 pesos por cada caso que lleve a las clínicas”, contó.
Sin embargo hay otra modalidad del negocio y son los presuntos bonos que los hospitales y clínicas otorgan a los dueños de las ambulancias por llevar el servicio hasta sus puertas. “Los hospitales dan bonos a los dueños de las ambulancias o a los dueños de las empresas. Entonces, si usted lleva un paciente caso SOAT y lo lleva a una clínica de convenio al dueño del carro le dan 230.000 pesos por llevar al paciente y si es fractura o se requiere UCI pues el bono es más alto”.
Pero ¿cómo se enteran de los casos las ambulancias?, el tripulante contó que los casos siempre llegan primero a ellos porque los conductores, “tienen os en Secretaría de Salud, los que revisan las cámaras, patrulleros y grupos de moteros y taxistas (…) entonces ellos tan pronto se cae el motero saben a dónde tiene que llegar y por eso es que compiten (…) a ellos les pagan a veces en mensualidades, a la semana o por cada caso que lleven”.
No obstante, las medidas que se han tomado desde las autoridades no responden al problema real, como lo denuncian los gremios médicos y los mismos conductores de ambulancia, quienes afirman que en ocasiones “la adrenalina por llegar de primeros y obtener los ‘bonos’ hace que no nos fijemos en las normas de tránsito o si vamos por el carril que es o no, o incluso, si se nos atraviesa una persona o algún animalito. Lo importante es llegar”.