Rodadas de motociclistas en Halloween estuvieron marcadas por las infracciones y la intolerancia ¿qué pasó en Bogotá?

La situación de los motociclistas en Bogotá ha sido motivo de controversia en la ciudad desde hace varios años, en parte por las altas cifras de siniestralidad y los repetidos casos de imprudencia. Lejos de ser una “estigmatización”, como algunos lo han llamado, las cifras de las diferentes entidades de movilidad demuestran que los moteros son los actores viales más involucrados en accidentes de tránsito, con casi el 60 %, y quienes más mueren o causan muertes en las vías.

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Esta situación tiene matices que la agravan, como ocurre en fechas de celebración especial, como Halloween. Desde hace una semana, varias caravanas de hombres y mujeres en moto han tomado las calles de la ciudad para celebrar el “mes de las brujas” y, en medio de esto, también se han reportado reiteradas quejas de la comunidad sobre lo que parece una omisión de las normas por parte de los motociclistas.

El desorden y la intolerancia durante las caravanas de moteros dejaron, la noche del pasado martes, una persona muerta y múltiples estragos en la ciudad. No obstante, según informaron las autoridades, la fatalidad del motero no se dio en una situación vial, sino en lo que al parecer fue una riña provocada por un desencuentro durante la caravana.

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Según el reporte preliminar de las autoridades, un hombre habría desenfundado un arma de fuego contra otro motociclista luego de que este, accidentalmente, chocara la parte trasera de su moto en medio de la caravana.

En estas caravanas, los motociclistas no solo exceden la velocidad, la infracción más frecuente, sino que también realizan maniobras peligrosas como transitar en zigzag, desatender las señales de tránsito, realizar sobrepasos prohibidos, circular por bermas y andenes y ejecutar piruetas.

Al respecto, Jorge Riveros, analista en seguridad vial, explicó que “en Halloween hay una mayor exposición al riesgo porque hay muchos más peatones en las vías, muestras culturales, rodadas de motociclistas y ciclistas, y esa exposición aumenta la siniestralidad en la ciudad (...) Los motociclistas no son la excepción en estas celebraciones y una de las actividades que realizan en esta fecha son las rodadas. Lamentablemente, muchas organizaciones olvidan las nociones y los elementos mínimos de seguridad vial para circular”.

A continuación, el experto indicó que el uso de disfraces también es un factor de riesgo recurrente en los datos de siniestralidad de la noche de celebración. “En el caso de los disfraces, muchos motociclistas, por querer lucir uno o llevar una máscara o algún elemento en la cara, no utilizan casco y, además, tienden a exceder la velocidad para desplazarse en grupo. También puede haber una combinación de consumo de alcohol y sustancias psicoactivas. Cuando se combinan todos estos factores, se genera un mayor riesgo para todos los actores viales”.

Al revisar los datos de siniestralidad aportados por las autoridades de movilidad de la ciudad, relacionados con eventos de motociclistas entre la tercera semana de octubre y la primera de noviembre desde el año 2021 hasta 2023, se evidencia un aumento exponencial de los siniestros y las fatalidades, precisamente en el marco de las celebraciones de Halloween.

Por ejemplo, en el mismo periodo de 2021 se registraron 21 muertes de actores viales y 834 lesionados, entre ellos cinco motociclistas fallecidos y 365 de esta comunidad lesionados. En 2022, el panorama fue aún más crítico, con 25 fallecidos y 853 lesionados; de los muertos, 12 fueron motociclistas, y de los lesionados, 391.

En 2023, aunque la tendencia de lesionados fue exponencial, el número de muertos fue menor. De los 26 actores viales fallecidos en ese periodo, ocho fueron motociclistas, y de los 908 lesionados, 463 pertenecían a esta comunidad.

Aunque esta cifra todavía está en revisión, desde la Secretaría Distrital de Movilidad aseguran que en la noche de Halloween (31 de octubre) de 2023 no hubo motociclistas fallecidos. No obstante, advierten que las famosas rodadas “no solo ocurren esa noche” y que, por ello, es necesario analizar el comportamiento en las semanas anteriores y posteriores a la celebración.

"Los días previos e inmediatamente posteriores a Halloween son críticos en seguridad vial, lo cual está asociado a celebraciones nocturnas. Esto incluye las rodadas de motociclistas, en las que una mal entendida diversión lleva a excesos de velocidad y consumo de alcohol y sustancias psicoactivas. Los excesos resultan en siniestros fatales y lesiones graves, totalmente evitables e injustificadas si lo que se busca es divertirse. Las autoridades piden prudencia; tal vez también sea oportuno reforzar los controles", señaló Darío Hidalgo, experto en movilidad.

El éxito de las protestas lideradas por motociclistas, la elección de un concejal que los representa en Bogotá y la influencia en el Congreso de la República para lograr la aprobación de la ley que elimina la inmovilización de motos para cinco infracciones son aspectos que, para Hidalgo, revelan el poder que ha logrado este gremio.

“Piden relajación de sanciones y que las autoridades miren hacia otro lado, pero están solicitando algo inconveniente. Las autoridades están obligadas a realizar controles para evitar esos comportamientos riesgosos”, apuntó el experto en movilidad.

Para Prieto, algunos motociclistas se han acostumbrado a realizar acciones riesgosas para ciclistas y peatones, con quienes comparten el espacio, bajo la creencia de que no recibirán sanciones.

“Lo que vemos es un caos total. Algunos suben a los andenes y no respetan el paso del peatón. Se vuelve casi imposible de controlar, más aún si incumplen aspectos tan básicos como la revisión técnico-mecánica o el pago del Soat. Piensan: ‘póngame la multa que quieran, igual no la voy a pagar’, y así se vuelve la ley de sálvese quien pueda”, expresó el profesor Prieto.

En este sentido, Charry indica que, si existe la posibilidad de levantar una sanción, se crea el imaginario de que se puede evadir la norma sin consecuencias.

“Es un problema cultural en el comportamiento, pero también estatal, en términos de política pública, pues es necesario ser más estrictos en la acción y ejercer mayor control. Si el propio Estado no ejerce control o permite vías para evadir la norma, será muy difícil reducir la siniestralidad", manifestó el sociólogo.

González enfatiza en la importancia de conocer la capacidad real del Estado para hacer cumplir las normas. Por ejemplo, señala que el control recae principalmente en los agentes de policía de tránsito, un recurso limitado.

Esto se confirma con infracciones frecuentes, pero poco sancionadas, como el “culebreo” entre vehículos. Si bien la norma indica que el motociclista debe ocupar el carril detrás del vehículo y no entre estos, es común ver a los motociclistas “culebreando” para avanzar más rápido.

De igual manera, para Montezuma, el comportamiento de los actores viales está asociado al contexto y a la determinación de la autoridad para ejercer control. Agrega que en Colombia hay un atraso tecnológico, ya que, si hubiese radares, identificación electrónica y métodos más ágiles para detectar infracciones, se lograría un mejor control y, en consecuencia, una mayor protección de vidas.

JENNYFER SOLANO BETANCOURT Y JONATHAN TORO ROMERO

Redacción Bogotá 

EL TIEMPO 

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