Germán Moure: murió uno de los fundadores de La Mama y del Teatro Libre

Un 'Rey Lear' que dirigió con Ricardo Camacho, mostraba a ese soberano viejo y abandonado, y el público del Teatro Libre se rindió ante él, y también su mente brillante estuvo en 'A la diestra de Dios Padre', un montaje que amaba y uno de los más recordados del maestro Germán Moure, que falleció en Bogotá este 2 de mayo.

Moure pasó buena parte de su vida teatral en el Teatro Libre, al lado de Ricardo Camacho y fue uno de sus fundadores. También estuvo en la creación del Teatro La Mama y dirigió la Escuela Nacional de Arte Dramático.

"Fue uno de los más importanes directores del país y empezó a hacer teatro en el Parque Nacional de Bogotá", dice Ricardo Camacho, fundador y director del Teatro Libre de Bogotá.

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Defensor del teatro como una de las más importantes manifestaciones artísticas, fue formador de actores y directores. En su juventud fue uno de los fundadores de la Escuela de Teatro de Bellas Artes de Cúcuta y también del de la Escuela de Bellas Artes de Cartagena.

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Hizo parte del grupo Bread and Puppets Teatre, de Nueva York, y entre 1962 y 1967, participó en seis montajes de del fundador del grupo, Peter Schumann, recordado por sus títeres gigantes. El objetivo de esta forma de expresión es la crítica y el radicalismo. "Hasta el momento, ha sido el único actor colombiano en este grupo", agrega Camacho.

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A la Escuela Nacional de Arte Dramático llegó en 1985. Fue maestro de actuación y montaje y de análisis e interpretación de texto. Dirigió 14 obras de teatro en esta institución. También fue dramaturgo y entre sus creaciones está ‘El domingo del difunto’ y ‘Balada para un hombre que obraba conforme creía’.

Su vida en el teatro comenzó a principios de los años 60 del siglo XX y en el 2000, cuando el Teatro Libre le celebro cuatro décadas de trabajo incluyó una temporada de 'A la diestra de Dios Padre'.

“Muchos creen que esta es una obra menor y costumbrista. Pero para mí es grandiosa, divertida y colombiana, con toda la malicia y gracia de nuestra gente”, le dijo Moure a EL TIEMPO poco después de ese homenaje.

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'Seis personajes en busca de autor', 'Macbeth' y 'Madre coraje y sus hijos' también fueron montajes dirigidos por él, "que inspiraron y fascinaron a un público que pudo encontrar en sus obras un plan estético que siempre buscaba enaltecer la labor escénica. Igualmente, muchos artistas de diferentes generaciones fueron formados por su pasión hacia el oficio, su sentido estético y esa capacidad de sorprenderse con cada encuentro dentro del proceso", dice el Teatro Libre en un comunicado.

En el Libre fue coequipero de Jorge Plata y de Camacho, y juntos se aventuraron a abrir la sede del Centro de esta casa teatral.

Hace unos años, el maestro Moure, que había nacido en Pamplona, Norte de Santander, el 28 de octubre de 1933, sufrió quebrantos de salud que lo alejaron de su quehacer. En 2020 tuvo que dejar la Escuela de Actores del Libre, que ayudó a fundar en 1988. 

Su legado es muy grande. Además de formador y director, el maestro logró que el teatro colombiano evolucionara. El rigor en su trabajo es reconocido y irado por muchos de sus alumnos.

En el 2008, el Ministerio de Cultura le entregó el Premio Nacional Vida y Obra, que también le fue otorgado a la pintora Lucy Tejada y al compositor Pablito Flórez.

“Este reconocimiento al Maestro Moure es un homenaje a toda una vida dedicada al servicio del arte dramático como actor, director, titiritero, diseñador y fundador de varios de los más tradicionales grupos de teatro en Colombia”, señaló la entonces viceministra de Cultura, Martha Elena Bedoya.

Esa noche lo acompañaron, entre otros, Camacho y el también fallecido maestro Santiago García, director del Teatro La Candelaria.

Carlos Alberto Pinzón, coordinador del grupo de artes escénicas del Ministerio de Cultura en ese momento, escribió: “La vida del maestro German Moure se divide entre el quehacer pedagógico, la creación artística, su contribución al desarrollo del arte dramático, la dedicación de toda una vida al servicio de la pedagogía, su gran capacidad de análisis, su extensa cultura y su profundo saber, su pasión por la juventud y su dedicación al trabajo escénico; su influencia significativa al movimiento teatral son el testimonio único e irremplazable de su obra”.

Mienrtras, Camacho afirma: "Yo no sé cuántas obras dirigió ni cuántos actores formó. Era un hombre modesto, serio, inteligente, culto, que había visto todo el cine y había leído de todo.Y compartía su conocimiento con quien lo abordara,  especialmente con los jóvenes. Su pérdida es enorme para el tetro del país y, en concreto, para el Libre.