¿Qué es mejor para la salud: la mantequilla o la margarina?

Para determinar cuál es la opción más saludable, es crucial señalar que la mantequilla se clasifica como un alimento procesado, mientras que la margarina pertenece al grupo de los ultraprocesados.

La mantequilla, utilizada tradicionalmente para untar el pan o como ingrediente en diversas preparaciones, ha sido un elemento habitual en la dieta de muchas personas. Sin embargo, en los últimos años, ha surgido una mayor conciencia sobre su contenido en grasas saturadas y su posible impacto negativo a largo plazo en la salud.

Por otro lado, la margarina, comúnmente empleada en la cocina para recetas de repostería, se fabrica a partir de la mezcla de aceites vegetales, lo que la convierte en una alternativa aparentemente más saludable debido a su menor contenido en grasas saturadas.

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La mantequilla se clasifica como un alimento procesado, mientras que la margarina entra en la categoría de ultraprocesados, elaborados principalmente con ingredientes industriales.

A largo plazo, el consumo regular de mantequilla, debido a su alto contenido en grasas saturadas, podría aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
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En contraste, la margarina se elabora mediante la combinación de aceites derivados de grasas insaturadas, que se dividen en monoinsaturadas y poliinsaturadas. Según la Clínica Mayo, estas grasas pueden ayudar a reducir el colesterol "malo" y aumentar el "bueno", además de contribuir a disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas. 

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Sin embargo, es importante tener en cuenta que, si bien la mantequilla es un producto natural, su alto contenido en grasas saturadas puede afectar la salud. Por otro lado, algunas margarinas pueden contener grasas transgénicas, lo que plantea preocupaciones adicionales sobre su impacto en la salud, tal y como afirmó Jillian Kubala para el ‘New York Times’.

Siguiendo la línea de la experta anterior, Clare Collins, quien ejerce como profesora de nutrición y dietética en la Universidad de Newcastle, Australia, compartió con la BBC: “El principio general es que los alimentos ricos en grasas saturadas son más propensos a aumentar el colesterol en la sangre si ya se tienen enfermedades cardíacas, colesterol alto u otros factores de riesgo de enfermedades cardíacas”. Enfatizó la importancia de prestar atención a los alimentos que se incorporan en los menús diarios.

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Tanto la mantequilla como la margarina pueden formar parte de una dieta equilibrada si se consumen con moderación y se combinan con otras opciones más saludables. La clave está en tomar decisiones informadas sobre su consumo y priorizar la variedad y la moderación en la alimentación diaria.