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'Popcorn brain': el fenómeno que explica por qué 'pierde el hilo' en una conversación
Hace referencia a un estado mental caracterizado por pensamientos dispersos y atención dividida.
Se destaca que la interacción rápida y constante con las redes sociales. Foto: iStock.
Imagínese estar en una cena con amigos y, de repente, perder el hilo de la conversación. Las razones pueden ser diversas: quizás apareció una notificación en el teléfono, surgieron pensamientos sobre el futuro, se recordaron eventos ocurridos más temprano en el día o, simplemente, se escuchó el ladrido de un perro en la distancia.
Así es como opera el cerebro humano constantemente en un mundo donde concentrarse y mantener la calma son desafíos cada vez más difíciles de alcanzar.
Este comportamiento podría compararse con lo que sucede con los granos de maíz al someterlos al calor: saltan en todas direcciones y se convierten en palomitas.
Una descripción similar fue presentada por David Levy, académico de la Universidad de Washington, cuando en 2011 acuñó el término ‘cerebro de palomitas’, que hace referencia a un estado mental caracterizado por pensamientos dispersos, atención dividida y una tendencia a cambiar rápidamente de un tema a otro.
El avance tecnológico de las últimas décadas, junto con el uso intensivo de redes sociales, son dos de los factores que más influyen en la complejidad del cerebro, el cual está “encendiendo y apagando interruptores” sin descanso.
El cerebro de palomitas surge por la exposición continua a estímulos digitales. Foto:iStock.
Ante el volumen de información que se recibe y para el cual no se está preparado, surgen síntomas asociados a la ansiedad, el miedo, el déficit de atención y otras emociones similares que ponen en evidencia el desequilibrio que experimenta este órgano vital.
"Para incorporar todos los estímulos, el cerebro no llega a procesarlos como algo placentero y, por ende, aparece el sufrimiento o la angustia por no ser capaz de integrar toda la información que llega", explica la neuropsicoeducadora y autora de ‘Catadores de emociones’, Jackie Delger.
También señala que "lo que se está viviendo es extremadamente complejo".
Una evidencia clara de la evolución del ‘popcorn brain’ es el estudio titulado ‘El <>: cómo Internet podría estar cambiando nuestra cognición’, publicado en la revista ‘World Psychiatry’.
En dicho trabajo, se destaca que la interacción rápida y constante con las redes sociales entrena al cerebro para preferir fragmentos breves de información, lo que hace que sea cada vez más difícil mantener la atención en tareas prolongadas.
En su libro ‘Attention Span: A Groundbreaking Way to Restore Balance, Happiness, and Productivity’, Gloria Mark, investigadora de la Universidad de California, examina un estudio de dos décadas sobre la capacidad de atención y revela que esta ha disminuido de un promedio de 2,5 minutos en 2004 a solo 47 segundos en los últimos cinco años.
"La multitarea, aunque parezca útil, reduce la eficiencia y calidad del trabajo, haciendo que nuestra mente salte de un pensamiento a otro, como pochoclos en una olla. Las recompensas instantáneas de las plataformas digitales entrenan al cerebro para que busque continuamente nuevas fuentes de gratificación, lo que fragmenta aún más la atención", afirmó Alejandro Andersson, neurólogo y director del Instituto de Neurología de Buenos Aires.
Además, detalla que el ‘cerebro de palomitas’ comparte algunas características con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), como la impulsividad, la dificultad para concentrarse y la necesidad constante de cambiar de actividad. Sin embargo, aclara que hay diferencias importantes:
Mientras el TDAH es un trastorno neurobiológico, el cerebro de palomitas es más un estado inducido por el entorno, especialmente por la tecnología.
La causa del TDAH es biológica, mientras que el cerebro de palomitas surge por la exposición continua a estímulos digitales.
El TDAH es una condición crónica, mientras que el cerebro de palomitas puede ser temporal y vinculado a los hábitos tecnológicos.
En cuanto al tratamiento, Andersson señala que el TDAH puede requerir medicación y terapia conductual, mientras que el cerebro de palomitas puede mejorar con cambios en los hábitos y la práctica de técnicas de atención plena.
"Reconocer las causas y consecuencias del fenómeno es fundamental para desarrollar estrategias que mejoren nuestra salud mental y capacidad de concentración en esta era de conectividad constante", comenta el Dr. Andersson. Para contrarrestarlo, los expertos sugieren prácticas fundamentales como:
La atención plena, para ayudar a reprogramar el cerebro y mantenerse presente en el momento actual, en lugar de enfocarse en lo que se está perdiendo o lo que podría suceder.
Establecer límites en el uso de dispositivos tecnológicos.
Concentrarse en una sola tarea a la vez.
Tomar descansos frecuentes.
Realizar ejercicios de respiración que favorezcan una correcta oxigenación del cuerpo. "Un método simple es concentrarse en el aire que entra y sale por la nariz, mientras se hace un conteo ascendente del 1 al 10 y del 10 al 1", recomendó Delger.
También es útil organizar las tareas y recompensarse por los pequeños logros obtenidos. "Una forma de celebrarlo es dándole al cerebro un descanso con una música placentera, bailando o saliendo a caminar un par de cuadras", sugiere la neuropsicoeducadora.
Por último, los especialistas proponen reconectar con el aburrimiento: aceptar este estado, ya que tiene la capacidad de activar el cerebro y potenciar su creatividad.
*Este contenido fue hecho con la asistencia de la inteligencia artificial, basado en información de La Nación Argentina (GDA) y contó con la revisión del periodista y un editor.