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La última migración de Latinoamérica
"Expulsados" narra con responsabilidad el fenómeno migratorio que transforma a la región.
En una oficia en Bogotá y en la ruta del transmilenio observé dos escenas distintas y también parecidas en octubre de 2018. Un grupo de periodistas venezolano contó con ansiedad y tristeza cómo se estaba derrumbando el país. En la ruta del transporte masivo los migrantes del desespero arrastraban con dificultad sus maletas y con ellas sus sueños de un futuro mejor. Mirar más allá para explicar la crisis migratoria fue el impulso y el compromiso desde la Unidad de Periodismo de Datos de EL TIEMPO.
¿Cómo cubrir un evento que está cambiando a América Latina, el de miles de habitantes que huyen de un país, protagonizando la migración contemporánea más grande de la región? La respuesta está en esa frase que digo y digo: el periodismo es andar con el otro para intentar contar sus historias. Es explicar e interpretar muchas veces contra el querer del público, para la necesaria comprensión de los hechos.
¿Cuándo, cómo, con quién hacerlo? Lo que habría de comenzar en noviembre del año pasado, fue una alianza periodística transfronteriza liderada por EL TIEMPO, de Colombia. Para este trabajo hicimos equipo con medios y periodistas que viven en distintos países de América Latina; participamos de un concurso; ganamos una beca del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) y arrancamos.
Reportaje de la Unidad de Periodismo de Datos Foto:Unidad de Periodismo de Datos
La primera entrega del reportaje Expulsados, se titula Venezuela a la fuga. Cubre el fenómeno migratorio de Venezuela, el más grande de Latinoamérica en los últimos tiempos. A la fecha de la investigación las fuentes consultadas confirmaban que 1.500.000 personas habían huido del país en los últimos dos años debido a la crisis humanitaria.
La migración del desespero, que atraviesa ruidosamente Latinoamérica y se estrella con la xenofobia, nos juntó con Efecto Cocuyo, de Venezuela. El equipo periodístico transfronterizo recorrió cinco mil kilómetros con los migrantes, quienes apuntaban a tres destinos distintos, Perú, Argentina y Curazao; describió la despedida de familiares y los riesgos en las fronteras, reveló las cifras de la migración, explicó lo que significa que un país deje de ser potencia petrolera para convertirse en expulsor de sus nacionales y relató cómo viven los venezolanos en seis países del continente (Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, México, Perú) y como sobreviven los que se quedaron en la capital de Venezuela, Caracas.
El reportaje comprende 3 crónicas de viaje, 3 artículos de análisis de la crisis migratoria con infografías digitales, 7 historias, un documental web de 33 minutos “Los sueños a veces duelen”, que narra el recorrido de 2.900 kilómetros en un bus con 35 migrantes, 15 videos, y una visualización de datos sobre la canasta familiar venezolana. Cada contenido responde a una perspectiva intimista, que se extiende al diseño web, para acercar la experiencia de a la cruda realidad de los venezolanos.
La segunda entrega lleva por nombre Caracas sin filtroy es un recorrido por los barrios, hospitales, universidades de Caracas, por las afueras de las cárceles, en las filas para comprar pan o medicinas, en los improvisados vehículos de transporte público. En todos los rincones los venezolanos confirmaron que la estaban pasando mal y que sobreviven en medio del hambre, la incertidumbre y el miedo.
Una Miss relata que prepara comida para repartir a la gente en condición de calle. Una abuela va todas las semanas a la clínica en busca del tratamiento médico para su hija enferma. Una nutricionista responsabiliza al gobierno de las muertes por desnutrición y a los organismos internacionales por no declarar la crisis humanitaria. Un peluquero discapacitado reniega del socialismo de Nicolás Maduro. Unos estudiantes y un profesor se duelen de la universidad vacía. Una “chavista” le grita a la periodista extranjera que se vaya y una opositora grita más fuerte “que se sepa en tu país lo que nos pasa”.
Por los caminos verdes es la tercera entrega que preparamos en la actualidad. Uno a uno estamos recorriendo los puntos neurálgicos por donde pasan legal o ilegalmente los migrantes, al tiempo que caminamos, escuchamos, anotamos, interpretamos y explicamos, producimos un nuevo documental.
Colombia siempre ha estado entre los primeros lugares a nivel mundial con la más alta migración interna. La guerra y las difíciles condiciones económicas, así como la bonanza del bolívar fuerte en los años 70 y 80, hicieron que muchos nacionales se fueran a buscar mejor fortuna a Venezuela. Hoy muchos de ellos fueron deportados, algunos decidieron retornar y otros resisten en el país vecino.
De ahí también nace la responsabilidad de narrar este fenómeno migratorio que transforma la historia latinoamericana, que nos transforma a todos.