La condecoración presidencial que rechazó la Corte exaltaría su rol contra la 'parapolítica'

Cuatro días después de que el magistrado José Joaquín Urbano Martínez, en una inédita ceremonia, se posesionara ante la Sala Plena de la Corte Suprema y no ante el Presidente, como es habitual, este alto tribunal protagonizó un nuevo gesto que se ha interpretado como un rechazo hacia el Ejecutivo. 

La magistratura decidió no aceptar la Orden al Mérito Cruz de Boyacá, un reconocimiento que el presidente Gustavo Petro tenía previsto otorgarles en honor a su labor en el desmantelamiento de la 'parapolítica'.

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La razón de fondo de la Sala Plena fue "preservar los principios de autonomía e independencia judicial". Así lo expresaron al jefe de Estado en una carta, en la cual agradecieron su intención y le comunicaron su determinación de no aceptar este distintivo.

El presidente Petro aclaró en su cuenta de Twitter que la condecoración la propuso en el mes de octubre por el rol de la Corte en la investigación de la 'parapolítica' y por la persecución que sufrieron sus magistrados.

"Del poder judicial salió una resistencia (...) lo hizo la Corte Suprema de Justicia en el caso de la gobernanza paramilitar que se paró para destruirla, porque sabía contraria a la Constitución. Y fue perseguida esa Corte por lo que hizo. He pedido que les coloquen la Cruz de Boyacá", dijo el presidente en el mes de octubre.

EL TIEMPO supo que la entrega estaba programada para el próximo 14 de diciembre en Quibdó, Chocó. Y como estaba dirigida a la Corte y no a su presidente, Gerson Chaverra, fue la Sala Plena quien decidió renunciar a esta condecoración.

Este desaire se suma al gesto del magistrado José Joaquín Urbano Martínez, al solicitar, en una decisión sin precedentes, posesionarse ante la Corte y no frente al presidente de la República, inaugurando la norma que se introdujo en la reforma de la Ley Estatutaria de istración de Justicia que le permite a los magistrados elegir ante qué instancia desean asumir en sus cargos.

"Esta ceremonia es un acto de independencia, autonomía y dignidad que responden a un contexto que no podemos ignorar: la primera posesión de un magistrado en nuestra casa de justicia constituye un acto de respeto hacia las instituciones que representamos y hacia la ciudadanía que confía en nosotros para defender sus derechos”, dijo el presidente Chaverra en su momento.

El rechazo a la Orden al Mérito apunta en la misma dirección. "Es una acto que hay que interpretarlo desde la perspectiva específica de la reivindicación de la independencia y autonomía judicial. La rama no puede ser ni avasallada, intimidada, hostigada, tampoco seducida. En ese sentido el mensaje que envía la Corte Suprema de Justicia y su presidente es ratificar sus principios fundamentales. Una justicia que no sea autónoma, no es justicia", le comentó a EL TIEMPO el director de la Corporación Excelencia a la Justicia, Hernando Herrera.

De hecho, por las evidentes distancias entre el Ejecutivo y las Cortes, en la esfera judicial, el rechazo de la orden fue mayoritariamente aplaudida.

"Lo que estamos viendo en estos momentos es una justicia gallarda, una justicia altiva y, por supuesto una justicia digna desde todo punto de vista. Desde la Corporación apoyamos esta postura y la defendemos. Es sensata con la responsabilidad que tienen los jueces de ser imparciales y neutrales en su función", agregó el jurista.

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La cuerda que pendía entre estos dos poderes, aunque ya venía tensa llegó a su punto de quiebre tras una declaración del Presidente que afirmó: "poco entiendo de por qué los hombres negros pueden ser conservadores", refiriéndose al presidente de la Corte Suprema magistrado Gerson Chaverra.

"Las relaciones entre el presidente y la Corte no pasan por su mejor momento. Creo que las declaraciones que ha hecho cuestionado a la corte definitivamente los distancian. La más criticada, sin duda, fue la afrenta contra el presidente Chaverra", apuntó el abogado Francisco Bernate.

La ministra de Justicia, como el vértice entre el Gobierno y la Rama, también se pronunció. "En Colombia las condecoraciones han sido otorgadas por todos los presidentes de la República a los magistrados, desde épocas remotas. Esto es una tradición y las personas pueden rechazar esta clase de reconocimientos", le dijo a Caracol Ahora. 

En este sentido, los expertos consultados señalaron que las decisiones de la Corte, tanto la posesión del magistrado como el rechazo a la condecoración, responden a estos dos factores que confluyeron: los choques y afrentas, y la neutralidad judicial.

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SARA VALENTINA QUEVEDO

Redacción Justicia