Fondos para ópera trans en Colombia y otros programas no vinieron de Usaid, como aseguró la Casa Blanca

Esta semana, Colombia volvió a quedar en el ojo del huracán luego de que la Casa Blanca usara como ejemplo del “desperdicio” en el gasto de la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid), la financiación de una “ópera trans” en el país.

Sin embargo, como lo anticipó este diario, se trata de una acusación falsa, pues, si bien los fondos sí se gastaron para respaldar la puesta en escena de una compositora estadounidense, estos no provenían de Usaid, sino del mismo Departamento de Estado.

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“Estas son algunas de las prioridades desquiciadas en las que esta organización se está gastando la plata: 1,5 millones de dólares para promocionar el DEI en Serbia, 70.000 dólares para la producción de un musical DEI en Irlanda, 47.000 dólares para una ópera transgénero en Colombia y 32.000 dólares para una tira cómica transgénero en Perú. Yo no sé ustedes, pero yo no quiero que la plata de mis impuestos vaya para financiar esta porquería”, dijo Karoline Leavitt, la portavoz de la Casa Blanca, citando estos tres casos entre otros 12 que, según ella, habían sido “innecesarios”.

El tema es importante, pues la istración de Donald Trump ha lanzado toda una cruzada cuyo objetivo es acabar con esta agencia de cooperación y, en gran parte, el argumento para hacerlo es señalando que despilfarra fondos en programas que no se alienan con los intereses de Estados Unidos. De hecho, la Casa Blanca anunció el pasado jueves que solo retendrá a unos 300 empleados de los 10.000 que tiene la agencia y que trabajan en más de 100 países del mundo.

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En el caso de Colombia, los fondos del Departamento de Estado -canalizados por el programa para la diplomacia y que hacen parte de su cartera para el Hemisferio Occidental- fueron entregados a la Universidad de los Andes para que ayudara con la puesta en escena de la obra que, entre otras cosas, ha sido llevada a más de 50 países del mundo y muchas ciudades de EE. UU.

Pero, como en el caso anterior, no fue con fondos de Usaid sino con recursos del Departamento de Estado y también de la cartera que usan para adelantar diplomacia pública.

La diferencia es importante puesto que, así se esté de acuerdo o no con el gasto -y esta istración cree que este tipo de programas deben ser eliminados- lo que sí queda claro es que no eran recursos de Usaid, que maneja su propio presupuesto aprobado por el Congreso y cuyo énfasis está en centrado en brindar ayuda humanitaria.

De hecho, este viernes el diario The Washington Post publicó una investigación en la que revela que 11 de los 12 casos que presentó la Casa Blanca como prueba del mal gasto en Usaid eran falsos o contenían información tergiversada. Entre ellos, el del Colombia.

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“47.000 dólares para una ‘ópera transgénero’ en Colombia”. Esto es falso. Usaid no financió esto. La Casa Blanca parece referirse a una subvención de 25.000 dólares del Departamento de Estado a la Universidad de Los Andes en Bogotá para montar la ópera, “As One”, compuesta por la estadounidense Laura Kaminsky¨, dice el Post que luego cita declaraciones de la actriz principal Juana Monsalve advirtiendo que el resto de dinero para la obra provino de otras fuentes no estadounidense.

“Esta es una ópera muy conocida en Estados Unidos, muy aclamada por el público. Lo último que esperaba era escuchar esas declaraciones de la Casa Blanca", dijo la actriz.

El único ejemplo de gasto de Usaid, entre los 12 casos que la Casa Blanca uso como ejemplo, fue el de un programa por 1,5 millones que si financió la agencia en Serbia para promover la diversidad y la inclusión en el mercado laboral.

El tema es delicado pues estos casos están siendo usados como una de las justificaciones para desmantelar la agencia.

De hecho, el comunicado de la Casa Blanca, que fue leído por Leavitt, se titulaba “Usaid, el abuso y mal gasto es profundo”, y habla de cientos de millones de dólares en programas ridículos, maliciosos, sin ningún tipo de supervisión.

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Pero, según el Post, de un presupuesto de 40.000 millones de dólares anuales solo fueron identificados 12 millones de dólares en este tipo de gasto de los que 6 millones de dólares correspondía a un programa de hace 20 años.

“El comunicado de prensa enumeraba 12 ejemplos, extraídos de sitios web de medios de comunicación de derecha. Pero las cifras citadas (tan bajas como 32.000 dólares) difícilmente justifican la afirmación de que se trata de “sumas masivas” de dinero. De hecho, son tan bajos que algunos de los fondos parecen haber sido otorgados a nivel de embajadores, sin la participación de Washington. Al menos uno databa de la primera istración Trump, y algunos eran en realidad subvenciones del Departamento de Estado, no de Usaid”, dice la investigación del Post.

SERGIO GÓMEZ MASERI 

Corresponsal de EL TIEMPO 

Washington