¿Por qué no debemos bañarnos 2 veces al día? Experto responde

El baño es una parte esencial de nuestra rutina de cuidado personal, y aunque muchas personas creen que ducharse más de una vez al día es lo mejor para mantener una higiene óptima, la realidad es que hacerlo puede tener efectos negativos en nuestra piel y salud. 

Según el medio de salud Webmd , aunque la idea de limpiar el cuerpo más de una vez al día puede parecer saludable, el exceso de higiene puede ser perjudicial para la piel. La piel humana tiene una capa protectora de aceites naturales y bacterias beneficiosas que ayudan a mantenerla hidratada y a protegerla de infecciones. Cuando se baña con demasiada frecuencia, especialmente con jabones agresivos, puede eliminar esta capa protectora, lo que deja la piel seca y vulnerable a irritaciones.

Los efectos más comunes de bañarse en exceso incluyen sequedad, picazón y descamación de la piel. Además, el uso constante de productos de limpieza fuertes puede alterar el equilibrio bacteriano de la piel, lo que puede resultar en infecciones cutáneas o brotes de condiciones como el eczema. Un baño demasiado frecuente también puede aumentar la sensibilidad de la piel, haciéndola más susceptible a la agresión de factores externos.

La piel no solo actúa como barrera física, sino que también tiene un papel clave en el sistema inmunológico. Los expertos afirman que el baño excesivo puede interrumpir este proceso al eliminar las bacterias "buenas" que viven en la piel y ayudan a fortalecer el sistema inmunológico. Estas bacterias son fundamentales para estimular la respuesta inmune natural del cuerpo. Al eliminar estas bacterias con demasiada frecuencia, su sistema inmunológico podría no estar tan preparado para defenderse de patógenos externos.

Aunque la frecuencia ideal de los baños depende de varios factores, la mayoría de los expertos coinciden en que bañarse una vez al día es suficiente para la mayoría de las personas. Sin embargo, no es necesario tomar una ducha larga o excesiva todos los días. De hecho, para muchas personas, dos o tres duchas por semana pueden ser más que suficientes para mantener una higiene adecuada sin dañar la piel.

Esto es especialmente cierto si lleva un estilo de vida más sedentario o si no está expuesto a factores que requieran una limpieza más frecuente, como el ejercicio intenso o la exposición al sol. En caso de que tenga la piel especialmente grasa o sufra de alguna condición dermatológica, su médico puede recomendarle una frecuencia de duchas más elevada.

Por otro lado, no ducharse lo suficiente también puede tener consecuencias negativas. La acumulación de grasa, suciedad y células muertas puede obstruir los poros y desencadenar problemas como el acné, la caspa o irritaciones en la piel. Si no se mantiene una higiene mínima, los gérmenes pueden proliferar y causar infecciones o malos olores.