En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Se nos murió Teodoro…

Con gran hidalguía advirtió del peligro que significaba Chávez como eje de un proyecto hegemónico.

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
Teodoro Petkoff, uno de los más brillantes venezolanos de cualquier época, cede su espacio en la tierra. Es sumamente complicado imaginarlo definitivamente fuera de la cruenta realidad nacional. Orador electrizante, capaz de convertir sus palabras en manojo de genialidad, y un escritor brillante, con un estilo con matices tan diversos que la amenidad al leerlo nos convertía en adeptos. Petkoff fue un hombre de una vasta cultura. Pocos políticos poseían ese acendrado toque de brillantez para cualquier empresa que emprendiera.
Su coraje lo hizo irrumpir en la lucha por la libertad, buscando distintos caminos. Él se percató de la inviabilidad de la lucha armada y fue de los primeros que entendieron que esa no era la salida, y fue protagonista de una espectacular fuga del cuartel San Carlos, que causó conmoción en la década del sesenta. Gracias a ese enorme coraje pudo cuestionar el omnímodo poder de la dictadura soviética, que también había secuestrado el pensamiento de izquierda para anquilosarlo al lado de un régimen criminal y negador de toda libertad.
Petkoff se adelantó cuarenta años a la perestroika que lideró Mijaíl Gorbachov, siendo señalado por el ‘premier’ ruso Leonid Brézhnev en 1968 como un peligro para su sistema. Esas tesis de Teodoro fueron la base de cambios extraordinarios que llegarían a la extinta URSS en años subsiguientes.
Él hizo del periodismo un fortín, en donde se expresaron sus ideas alejadas de la política partidista. En esta área logró innovar de tal forma que sus publicaciones lograron cautivar al difícil lector político. El público se desvivía por sus editoriales llenos de profundidad y compromiso.
Aquí, en Venezuela, con gran hidalguía nos advirtió del peligro que significaba Hugo Chávez como eje de un proyecto hegemónico que terminó destruyendo muchas probabilidades de desarrollo. En aquel momento se enfrentó a su partido, donde andaban encandilados por la ilusión que despertaba el líder de la intentona golpista del 4 de febrero. El tiempo terminó dándole la razón. Debido a ello fue injustamente perseguido por la ignominia. Quisieron quebrantar su espíritu a toda costa, pero no pudieron lograr someterlo, ya que su altura estaba muy por encima de la felonía.
Tuvimos la suerte de acompañarlo por Venezuela entera cuando fue candidato presidencial. Compartimos tarima en muchos actos en diversas partes. La primera vez que hablé en un mitin fue en una actividad en Duaca, junto a Orlando Fernández. Ese día, Teodoro me dio consejos que conservaré eternamente.
Son tantas anécdotas como aquella cuando en el poliedro, en 1982, estreché su mano justo al lado del gran Gabriel García Márquez, el dramaturgo José Ignacio Cabrujas y el malogrado líder colombiano Luís Carlos Galán. —¿Cuándo llegaste de Duaca? —me dijo minutos antes de intervenir.
Teodoro Petkoff fue un amigo entrañable, brillante como pocos, un hijo del trueno que seguirá siendo un ejemplo de lucha.
ALEXANDER CAMBERO
Twitter: @alecambero

Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.