Hoy es el día de la cruz de mayo, es día de fe y de esperanza. Lo último que se pierde, pero aquí, por desgracia, está más embolatada que la consulta popular de Petro. Estamos mal, politizados, polarizados y desorientados. Inclusive, casi dudando algunos entre la amenazante espada de Bolívar y la cruz de mayo.
Desde luego, este país católico debe acogerse a la santa cruz, en este día que es también el del albañil. Para quienes se dedican a este oficio, va una mezcla de afecto y iración por carretilladas, con el deseo de que puedan irse a azotar baldosa. Los albañiles, y en general el gremio, desde luego los arquitectos, son personas que aportan mucho para este país en construcción. Ellos sí que son gente de altura.
Hablando de altura, esa es la condición que se necesita a todo nivel. Porque lo que estamos viendo en los pisos de arriba del edificio Colombia es, como expresó acertadamente el exministro y exfiscal Alfonso Gómez Méndez, clara muestra de la degradación de la política. Y hasta del ser humano, mano, como dijo un mexicano.
Se ha perdido la majestad de las instituciones, el respeto por la división de poderes y por las personas. Antes, la primera magistratura significaba dignidad, decoro y compostura. Ahora es con postura de pelea, “guerra o muerte”, y a veces con palabras de albañil, cuando se machuca, e insulta al h. p., el honorable palustre. Da tristeza que hoy en los pisos altos del poder se desafía y agrede verbalmente a los adversarios. Todo es calle. Hasta las hermanitas Calle. Ya casi desde Palacio se canta La cuchilla. “Si no me querés, te corto la cara con una cuchilla de esa de afeitaaaar”, el día de la reforma, te echo al pueblo y te hago revocaaaar. Ayayayayyy. Qué pesar.
“Estamos decididos, hay un presidente de Colombia, comandante y jefe de la Fuerza Pública, y elegido por el voto popular, está decidido a que hay democracia en Colombia o aquí cambiamos, entonces, las instituciones”. Juepa.
Calma, por favor. Es peligroso incendiar los ánimos en un país de ‘plan pistola’, de avance de los ilegales, donde la MOE acaba de decir que la crisis de orden público pone en riesgo las elecciones del 2026. La MOE registra, desde 2024, 500 agresiones contra líderes políticos, especialmente donde hacen presencia estructuras armadas y desalmadas. Santa cruz, protégenos.
Y como si fuera poca esta degradación, el martes va para sexto debate la reforma constitucional que le da vía libre al transfuguismo. ¿Un Congreso lleno de tránsfugas? Antes, decirle así a alguien era “guerra o muerte”. Es decir que les autoriza a los políticos cambiarse de partido, irse con sus votos a otra parte, sin sanción, sin pena ni gloria. ¿Y los principios, al final? ¿Y la filosofía y los compromisos y el respeto para con quienes los eligieron? ¿Al sol que más caliente, como dijo un camaleón?
Estamos mal. A esto llegamos porque la política es un negocio, socio, porque no hay partidos fuertes, con estadistas como líderes, y a los que se pertenecía con orgullo, se daba la vida por ellos y sus causas. Pero ahora vamos a llegar a que muchos parlamentarios o concejales tendrán pase como los futbolistas y valen dependiendo de los goles que hagan y se venden por una temporada a un equipo, al que más pague, o se van en calidad de préstamo.
Queridos parlamentarios, estamos en un momento muy difícil para el país y para la política. Nos están apuntando desde afuera y en casa nos peleamos por unas lentejas. Es vital que le envíen a la sociedad el mensaje de que hay Legislativo y hay respeto por los principios y la camiseta que se defiende es la de Colombia. Más que nunca se necesita juego limpio, y valiente, en la defensa de los colombianos, sin dejarse chantajear. Solo así se defiende el voto. Y al país.
LUIS NOÉ OCHOA