El gobierno del presidente Petro, el primero de izquierda en Colombia, está en su recta final y pasará a historia por ser diferente. Aquí cada día trae su afán, su sobresalto, su sorpresa, su renuncia, su ministro nuevo.
El Presidente no ha valorado los aportes de la experiencia, y tal vez ha sido un gobierno de ensayo y error. Pero con el Estado eso sale mal. Lástima, porque la izquierda tiene derecho. Pero si continúa así, le será difícil volver al poder.
Ha sido el tema de la semana, y quedará para la historia y para la histeria, el primer consejo de ministros trasmitido al país en vivo y en directo por señal de TV y por las redes. Porque ahora las redes tecnológicas, casi como las criminales, están en todas partes.
Se habla de que es una idea traída de Cuba y México. Otros dicen que es traída de los cabellos. La oposición cree que es del chavismo, pero no de Chávez, sino del Chavo. Y sí parece que fue como "sin querer queriendo" que el Presidente creyó que no contaban con su astucia, y sorprendió a los ministros. Aunque se comenta que unos lo sabían, pero tal vez no que a la copropiedad llegaría Armando Benedetti, silente, a quien solo le faltó que dijera: "Pero es que no me tienen paciencia".
Fíjate, fíjate, fíjate que otros dicen que fue idea del mismo Benedetti, como para decir: "Todos mis movimientos están fríamente calculados". No suena mal que el país vea cómo se gobierna, pero con esta polarización y la división interna, la cosa iba a salir mal. "Lo sospeché desde un principio". Comenzando porque el Presidente se despachó largamente, como en campaña política, y repartió chipote chillón a diestra y siniestra. Algunos ya estarían a punto de decir: "Cállate, cállate que me desesperas".
Nunca es tarde para rectificar, para llamar alfiles con experiencia en el Estado, para escucharlos y dejarlos trabajar.
Pero fue bueno también que el país haya visto cómo es y cómo está el Gobierno. Al presidente se le "chispoteó" que el 75 por ciento de los programas no se han cumplido. "Chanfle". Vimos al petrismo dividido, que hay desacuerdos y se expresan. Y que hasta hay carácter de algunos para decir las cosas que no comparten, para la defensa de género, para cantarle a Benedetti "no me simpatizas", y para tomar la decisión de renunciar, porque no hay ambiente o porque "al cabo que ni quería". Y vio el país que el Presidente le demostró su respaldo al jefe de Despacho. Prácticamente le dijo: "Vamos, tesoro, no te juntes con esa chusma".
Aunque algunas dicen que fue un reality show, la Casa de los famosos ministros. Inclusive lo han calificado como una asamblea de copropietarios, donde muchos se van contra el del edificio, que es defendido por el presidente de la asamblea.
"Que no panda el cúnico", pero, comedia aparte, faltó mucho y sobró mucho. Por ejemplo, que conociéramos qué se está haciendo en el Catatumbo o en Cauca, sin filtrar secretos, claro; o, a quien corresponda, las medidas para proteger y ayudar a los desplazados, a los confinados; que nos contaran sobre la salud, que está en cuidados intensivos, por qué no hay medicamentos. O cómo nos preparamos para recibir a los miles de deportados de Estados Unidos. Cositas así, concretas.
Presiente Petro, "tómalo por el lado amable", pero sonó improvisada la petición a Ecopetrol de salir del fracking en la cuenca Permian, en Estados Unidos. Eso nos puede costar 400 millones de dólares, unas pérdidas enormes, cuando aquí, como en el Chavo, no hay ni para pagar la renta.
Duele que le salgan tan mal las cosas al Gobierno, porque es mal para todos, "para qué les dijo que no si sí". Por eso, nunca es tarde para rectificar, para llamar alfiles con experiencia en el Estado, para escucharlos y dejarlos trabajar. Es hora de serenar los ánimos, enderezar la nave, porque, como en los viejos circos, "el show debe continuar".