En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Una vieja preocupación

Hoy el médico se enfrenta con cuadros clínicos deformados por la caprichosa automedicación.

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
“Comentaba el profesor Alfonso Uribe Uribe durante su reciente magistral conferencia dictada en el curso de Medicina Interna en el hospital de La Samaritana, cómo se han modificado las enfermedades desde el advenimiento revolucionario de los antibióticos, tanto que muchas requieren ya una revisión en la descripción clásica de su cuadro clínico. Sucede que el uso de aquellos ha traído como consecuencia que el conjunto propio de signos y síntomas que hacen de cada enfermedad una entidad nosológica definida, y que así consignan todos los textos de patología, se haya trastornado en tal forma que sea difícil, y a veces imposible, identificar en un momento dado cuál es ella. En la actualidad el médico se enfrenta con cuadros clínicos deformados o mixtificados por la caprichosa automedicación empírica escogida del arsenal terapéutico que entre nosotros está a la mano de quien desee alcanzarlo. La penicilina, la estreptomicina, la terramicina, la cloromicetina, la eritromicina son drogas cuyos nombres son recomendados por la generalidad de las gentes que les achacan bondad desmedida para toda dolencia, ignorando que poseen indicaciones y posología precisas y que su empleo con abusiva liberalidad convierte su poder, un tanto milagroso, en peligroso instrumento.
(También le puede interesar: Comentario al duodécimo grado)
Se explica porque al menor asomo de enfermedad, manifestado por estado febril, o aun sin él, el mismo paciente inicia el ataque con el medicamento de su arbitraria elección, entorpeciendo el cuadro clínico al lograrse una falsa remisión de la sintomatología, pero sin quedar vencida la enfermedad, que sigue su curso de manera solapada y proteica. Combatir entonces el estado patológico, que pudo inicialmente ser sencillo, se torna en problema complicado, pues a la dificultad para acertar con el diagnóstico se añade la de su tratamiento por haber ya creado resistencia el agente causal a la droga selectiva.
(...) Para contrarrestar esta alarmante situación, creada por la ignara automedicación, las entidades médicas numerosas veces han demandado de los encargados de velar por la salud pública que se tomen las medidas que la previsión indica, es decir, un control severo de expendio de drogas y medicamentos, por considerar que su libre comercio va más en perjuicio que en beneficio de la colectividad. El Estado, que es al que compete protegerla, no ha de dilatar por más tiempo la promulgación de tales medidas”.
Al menor asomo de enfermedad, manifestado por estado febril, o aun sin él, el mismo paciente inicia el ataque con el medicamento de su arbitraria elección, entorpeciendo el cuadro clínico.
El texto que acabo de transcribir me lo publicó EL TIEMPO en el año 1956, cuando yo me iniciaba en el ejercicio de la profesión médica. Hoy, 67 años después, el problema sigue vigente, manteniendo en ascuas a la comunidad internacional. En su edición del 2 de septiembre último, este periódico editorializó al respecto, llamando la atención sobre el compromiso que tenemos todos para frenar esta amenaza. No hace mucho, The Conversation registró el siguiente párrafo: “Un informe reciente calcula que la resistencia bacteriana a los antimicrobianos estuvo asociada con 5 millones de muertes en el año 2019, incluidas 1,27 millones de muertes atribuidas de forma directa. Estas cifras colocan a la resistencia bacteriana a los antimicrobianos como una de las principales causas de mortalidad en el mundo”.
Al leer el editorial de EL TIEMPO me remití a mi archivo y desempolvé la columna que he revivido ahora. Siendo un médico recién graduado, lejos de imaginar que ese problema iba a pervivir, alcanzando las dimensiones escalofriantes que muestran las cifras exhibidas hoy. No se trata de algo que solamente afecta a los colombianos. En el ámbito científico mundial, más que preocupación, hay consternación. Cuando se comercializaron los antibióticos (en la década de los cuarenta del siglo pasado) los luchadores contra las infecciones consideraron que por fin contaban con el soñado instrumento para vencer a sus enemigos. Infortunadamente, su uso inadecuado los ha convertido en un arma de doble filo, tal como lo demuestran las cifras mencionadas atrás. Ante esta realidad, las autoridades encargadas de velar por la salud pública tienen un desafío que deben encarar con decisión. Pareciera que desde 1956 nada se hubiera hecho para controlarlo. Increíble, ¿verdad?
FERNANDO SÁNCHEZ TORRES

Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.