Varios eventos ocurridos durante este año que se termina nos vuelven a dar confianza en el hecho de que nada truncará la marcha de las mujeres hacia adelante. Mujeres que con paso firme les piden a los hombres darles espacio. Las mujeres adelante y, poco a poco, cada vez más en el centro.
Febrero de 2022: una histórica sentencia de la Corte Constitucional (C/055) eliminó el delito de aborto hasta la semana 24. Solo cinco países en el mundo lo lograron. Y, sin duda, es una victoria de la llamada Causa Justa y, añado yo, reparadora, por lo que ha significado el aborto en la historia de las mujeres.
Octubre 2022 (Bombay): en el Mundial sub-17 femenino, 20 jóvenes mujeres colombianas de 17 años o menos se disputan la final del torneo con un fútbol que dejó a más de un hombre sin aliento. Al lado de nuestra pobre, muy pobre selección masculina, ellas merecen todo nuestra iración y apoyo incondicional.
Por primera vez en Colombia se posesiona una vicepresidenta mujer, afrodescendiente, muy comprometida en la causa de los que ella llama los y las “nadies”, aquellos y aquellas casi nunca visibilizados, reconocidos o nombrados. Buenos vientos y buena mar a Francia Márquez.
Un Congreso con 30 por ciento de mujeres cumpliendo por fin esta vieja ley de cuotas. Nombro este hecho porque después de años de un lamentable 10 o 12 por ciento, llegar al 30 por ciento es una victoria. Para mí una victoria relativa. Las mujeres colombianas necesitan urgentemente llegar a un 46, 50 por ciento, y por qué no, ¡un 53 por ciento!
La semana pasada se inauguró una nueva Manzana del Cuidado, esta vez en la localidad de Chapinero. Ya son 15 manzanas del Cuidado. Terminar bachillerato, estudiar con el Sena, formarse en emprendimiento, recibir atención en violencias, llevar su ropa a la lavandería comunitaria con las más modernas máquinas de lavar y secar, hechos, entre otros, que permiten a todas estas mujeres cuidadoras de ese flujo tan repetitivo de la cotidianeidad, pensar en ellas mismas unas horas y participar en unos momentos de relajación. Por fin, un programa que cuida a las cuidadoras. Ojalá muchos otros alcaldes y alcaldesas del país lo estén pensando.
Dieciocho escritoras colombianas, la mayoría de la primera mitad del siglo XX, reconocidas gracias al Ministerio de Cultura que inauguró la Biblioteca de Escritoras Colombianas que, nombrando a 18 escritoras, permite reconocer y reivindicar sus libros poco editados y prácticamente imposibles de encontrar en librerías. Como dijo la muy reciente premio Nobel de literatura Annie Ernaux en su discurso: “Hay hombres para quienes los libros escritos por mujeres no existen”. Citaré algunas: Soledad Acosta de Samper, Emilia Pardo Umaña, Elisa Mujica, Meira Delmar, Helena Araújo y María Mercedes Carranza, entre otras.
En la alcaldía de Bogotá, 432 mujeres se están formando para ser choferes de TransMilenio y asegurar una mirada de cuidado en los trayectos de cada día.
Y no puedo terminar esta lista sin nombrar, a pesar de no ser colombianas, a las heroicas mujeres del Irán, por darnos un ejemplo de lucha sin tregua, con una valentía más que irable, por el reconocimiento de derechos fundamentales como los de ser ciudadanas plenas, es decir, el derecho a la autonomía, al reconocimiento y a la libertad.
FLORENCE THOMAS